El Ayuntamiento de Vila ha endurecido las sanciones leves para mantener la ciudad limpia y ahora las multas costarán tres veces más. En concreto, tirar la colilla de un cigarrillo a la vía pública pasará a costar de 600 a 2.000 euros en cuanto el próximo pleno lo apruebe y entre en vigencia esta nueva ordenanza de residuos y limpieza por medio del Boletín Oficial de las Islas Baleares (BOIB).
En este sentido, el concejal Jordi Grivé y la Técnica de Medio Ambiente, Barbara Pohlkotte, han anunciado que desde abril habrá agentes cívicos para vigilar el cumplimiento de todas las ordenanzas y que tendrán la posibilidad de levantar actas sancionadoras de ser necesario.
Ambos han remarcado la necesidad de un compromiso social de mantener la ciudad limpia y lo importante que será no tirar chicles, papeles, botellas o bolsas fuera de los contenedores. Si bien han valorado que prácticamente todos recogen los excrementos de sus mascotas, también han anunciado que los dueños o paseadores deberán limpiar la orina de los animales con agua y un producto.
Medidas preventivas
Por su parte, Grivé y Pohlkotte han revelado que desde el Ayuntamiento de Vila tomarán medidas para prevenir las sanciones leves y que la ciudad se encuentre más limpia. Primero, ampliarán el horario de la recogida de residuos durante el invierno, el cual pasará a ser de 18 a 23 horas.
Para la técnica de Medio Ambiente, el incumplimiento del horario para sacar la basura provoca malos olores por el estancamiento de los desechos y que este será un tema a tratar y prevenir. Para ello, valora el funcionamiento de las 30 cámaras para monitorizar los contenedores e incumplimientos a la ordenanza. «Seguiremos poniendo cámaras«, ha adelantado en rueda de prensa como una posible medida.