El pasado miércoles, el PSOE en Palma ha votado a favor de limitar la compra de viviendas a no residentes en Baleares, una iniciativa que en el Congreso de los Diputados ha rechazado hace pocas semanas. Sin embargo, este hecho tiene un doble discurso desde el sector socialista que los remonta a noviembre de 2022, en una transacción inmobiliaria con un inmigrante alemán.
Precisamente, el PSOE Balear vendió por 350.000 euros la sede en la localidad mallorquina de Alaró a un ciudadano alemán. Para ese entonces, Francina Armengol, presidenta del Govern, defendía este tipo de ventas y no mostró rechazo al gran dinero que obtuvieron los socialistas del capital foráneo, cosa que ahora sí hacen, según recuerda Okdiario.
La portavoz socialista, Rosario Sánchez, justificó su voto a favor de limitar la compra para ciudadanos no residentes en Baleares porque era «una de las líneas en la que ya trabajó el anterior gobierno en Baleares». Además,ha asegurado que esta limitación es necesaria «mientras no exista el suficiente parque de vivienda pública para incidir en el mercado, tanto como incide la compra de viviendas por personas con un poder adquisitivo más alto que el de los residentes en Baleares».
Para la concejala y portavoz socialista, este veto a los no residentes «es la forma de controlar un mercado que está entregado a la especulación, con menos viviendas ofertadas que demandadas y en el que se queda la vivienda quien más puede pagar, gente con mayor poder adquisitivo que nuestros residentes».
Por su parte, la diputada socialista Dolores Corujo afirma que «no se puede hacer distinción entre españoles de otras comunidades autónomas, que gozan de la libertad de adquirir propiedades en cualquier parte del territorio nacional» y que cualquier limitación sería «contraria al espíritu y la letra de los tratados comunitarios que consideran esencial la circulación de personas y la libertad de establecimiento».
