Es sábado. Santa Gertrudis de Fruitera. Recorro un camino de campo atravesando un bosque que parece un cuento. Llego a una casa payesa que es un paraíso vegetal, plantas por doquier que con sus colores rosas, rojos, violetas y fucsias se rebelan frente a un cielo gris encapotado que anuncia el regalo de una lluvia tan necesaria para afrontar otro verano. Se oyen grillos de fondo. Nos sentamos con Andrés Aller Mesa (Gijón, 1963), psicólogo afincado en Ibiza desde hace décadas y que creó una empresa dedicada a mejorar el rendimiento de empresas ocupándose del bienestar de los trabajadores. Hablamos con él de la situación laboral actual y el estado emocional de las personas en un momento local y global tan particular.
-¿Qué hace un asturiano como usted en una isla como esta? ¿Qué lo trajo a Ibiza y cuándo?
– Vine a Ibiza en 1983 por amor. Mi pareja de entonces vivía aquí y hoy, 40 años después se ha convertido en mi compañera de vida, lo que confirma que ¡hice bien! [risas]. Además, era buena idea venir a trabajar en verano para seguir estudiando en invierno en vez de estudiar y trabajar a la vez. Empecé de temporero alquilando terrazas y barras y luego ya me quedé definitivamente en 1987, luego de acabar la carrera en Salamanca.
«Ibiza era una isla más amable, más cercana. Éramos menos residentes, con un ritmo de vida más lento y unos inviernos muy tranquilos»
-¿Qué recuerdos tiene de aquella Ibiza que seguramente de varias maneras ya no exista en comparación con la actual?
-Bueno, con la cámara en retrospectiva la imagen sale distorsionada, este Andrés de hoy tiene poco que ver con el de entonces, pero sí que recuerdo que era una isla más amable, más cercana. Es cierto que éramos menos residentes, con un ritmo de vida más lento, con unos inviernos muy tranquilos. Ese quizás es el mayor cambio que noto. El nivel de amabilidad y de tranquilidad han cambiado.
-¿Cuántos años se dedicó a la hostelería?
-Desde los 18 a los 50 años. Empecé en el 81 justo cuando empecé la carrera.
-Como camarero imagino
-No, como relaciones públicas.
«Gestionar hoy una empresa es mucho más complejo y dinámico que en las décadas de los 80 y 90»
-¿Qué cambios nota de haber sido empresario de hostelería entonces a serlo ahora?
-La diferencia principal son las normativas. Ahora son mucho más elaboradas. El nivel de control, supervisión y organización es mucho más complejo. Gestionar hoy una empresa es mucho más complejo y dinámico que en las décadas de los 80 y 90.
-Después de vender y retirarse de la hostelería y de un año sabático para viajar por el mundo, tocó reinventarse y crea IBZ Jobs, ¿qué hace exactamente su empresa?
-Ibz Jobs surge junto con mi compañero de aventuras Nacho Rodrigo como una consultora de recursos humanos. Algo que ya existía, pero la diferencia es que somos un departamento de RRHH externo dando servicio a las empresas. Hacemos por un lado procesos de selección tanto como reclutadores y headhunters (encontrar personas para ocupar puesto jerárquicos), y por otro damos asesoramiento sobre las personas, el liderazgo, los equipos de trabajo y el desarrollo organizacional.
Mi trabajo es asegurarme que el trabajador esté lo más contento posible en su puesto para que la empresa sea lo más productiva posible. El objetivo son las personas, el resultado, el éxito de las empresas.
-Imagino que al principio que no había tanta cultura de Recursos Humanos, al menos en Ibiza, debe de haber sido difícil ofrecer este tipo de servicio. ¿O me equivoco?
-Más de una vez, cuando me veían llegar decían con cachondeo “ahí viene el gurú de RRHH” [carcajadas]. Luego sí que las empresas se han abierto más a comprender que un empleado feliz dará su mayor rendimiento y será más leal a la empresa. Si quienes te contratan, te demuestran que les importas, te pones naturalmente en una actitud de querer dar el máximo por sentir que formas parte de un equipo, de una identidad colectiva. Y la verdad es que funciona porque ¡me siguen llamando! [risas]. Estamos muy agradecidos sobre todo con las empresas que nos dieron la oportunidad y confianza cuando comenzamos ya que, a diferencia de otros sectores, no vendemos algo tangible como es un producto cualquiera, sino más bien ofrecemos una forma de entender las diferentes maneras de trabajar que al final se convierten en mejores resultados para las empresas.
-¿Qué tipos de puestos acepta y cuáles no?
-Generalmente nos dedicamos, principalmente por eficacia para la empresa contratante y nuestra, de puestos medios y directivos. O sea, con puestos que tienen responsabilidades económicas o responsabilidades económicas y/o directivas, estratégicas y gerenciales.
-¿Cómo es el procedimiento? Yo le contrato y…
-Hay clientes que depositan toda la confianza en nosotros y nos piden que encontremos algún trabajador decidiendo nosotros la mejor opción y luego hay otras empresas que nos piden una triada de candidatos para ellos tomar la última decisión de quién contratar.
-¿Qué puestos no acepta?
-Puestos bases y sobre todo puestos base en hostelería. Son demasiados dinámicos, con mucha rotación y siempre con una necesidad que ha de cubrirse en tiempo récord. Al final la intermediación se vuelve ineficiente.
-¿Cuánto tiempo de contratación es el mínimo para considerar que esa persona ha sido un buen fichaje.
-Tres años.
-¿Cree que las empresas podrán completar plantillas o será una subasta de ofertas entre empresarios robándose trabajadores entre ellos otra vez?
-Hay mucha demanda y poca oferta. A partir de aquí, hablamos de un mercado que está saturado. Ahora mismo captar talento de fuera de la isla es complejo por el tema de vivienda. Con lo cual las empresas compiten entre ellas. Si me pregunta si va a cambiar con respecto al año anterior, mi respuesta es no.
«El problema de la vivienda se repite en casi el mundo entero. Cuando un éxito económico no repercute en la población, no es tal»
-Me da la sensación que los empresarios ibicencos en vez de exigir en bloque a los políticos que resuelvan el problema de vivienda y presionar, han salido a comprar hoteles y edificios pequeños para hospedar a sus trabajadores. Fue un ‘sálvese quién pueda’ que supone un parche a la situación para los que han podido hacerlo pero que no soluciona el problema de base.
-Entre lo perfecto y la nada; lo posible. Este es un problema estructural que se repite en Barcelona, Vizcaya, Madrid y casi el mundo entero. En Canarias, ha habido manifestaciones por el turismo masificado. Cuando un éxito económico no repercute en la población, la realidad es que el éxito económico no es tal. Y esta es una reflexión que hay que hacer para empezar a solucionar el problema.
-¿Cuál sería una solución a este problema, lo imagina?
-La solución será colectiva, debe involucrar a políticos y empresarios con sus voluntades de reorganizar el mercado para revertir el problema actual.
-En la ciudad de Nueva York prácticamente se ha prohibido el tal Airbnb. ¿Cree que sería posible eso en Ibiza?
-Habrá que reflexionar sobre cuál es la función de una vivienda, si es parte de una oferta del sector turístico o una necesidad y un derecho. Ese es el debate. Entendiendo que la fortaleza de la estructura turística de Ibiza es que somos un sector de servicios. Pero dicho sector necesita talento y capital humano, dos cosas que justamente no sólo por derechos si no por también por necesidad hay que cuidar mucho. Sin vivienda digna, no habrá servicio de calidad.
-En ese cuadro actual, ¿cómo hace usted para conseguir talento para que venga a trabajar a la isla?
– Las empresas me consta que están haciendo un esfuerzo para provocar interés en trabajadores residentes fuera de la isla, para ser un mercado atractivo para el mercado laboral. Ahora mismo Ibiza sigue, como siempre, siendo un gran atractivo turístico, pero no uno laboral. Por esto muchas empresas no llegan a completar plantilla en toda la temporada. Más o menos hablamos de un 15 a 20% de carencia. Esa cualidad de amabilidad se está perdiendo y no sólo es lo difícil que se ha vuelto conseguir atraer talento, es que además mucho talento está abandonado la isla. Hay una gran capacidad de formar talento en hostelería pero no tanto la capacidad de enamorar al trabajador desde la situación actual como para retenerlos.
Cuando empezamos IBZ JOBS en 2014 cubríamos el 100% de plantillas. Y también los tiempos de búsquedas ahora mismo son muy distintos, ahora deben de ser muchos más cortos.
-Como consultor, ¿qué tipo de servicios ofrece?
-Está enfocado al desarrollo personal, de liderazgo y de organización en relación a equipos de trabajo. Estos incluyen cosas como análisis de clima laboral, evaluaciones del desempeño, reestructuración de departamentos y funciones. Entonces nuestros clientes se pueden enfocar en la parte operativa, ventas, etcétera mientras que saben que los equipos, o sea, las personas, están cuidadas.
Junto a esto, hay una parte de formación que hago en colaboración con la empresa CRR Marketing con Carlos Ribas en donde damos otra parte orientativa a la formación tripartita avalada por la administración pública a través de bonificaciones a través de la Seguridad Social.
-Pero, además, es usted psicólogo.
-Si, me licencié en la Universidad Pontificia de Salamanca y luego me especialicé en Inteligencia Emocional por la Universidad Complutense de Madrid.
-¿Desde hace cuánto atiende en Ibiza?
-Desde cuando me instalé a vivir en la isla definitivamente, años 87 / 88.
-¿Qué rama de la psicología ejerce?
-En las primeras fases me dediqué a la infantojuvenil, luego ya siempre con adultos y desde la psicología cognitiva conductual y la inteligencia emocional, en esos dos campos. También en 1992 he tenido una experiencia de combinar la psicología y el emprendimiento, realicé una colaboración con una asociación de discapacitados físicos, psíquicos y sensoriales que me enseñan que, a pesar de sus diferencias, como todos necesitan integrarse al mercado laboral y les cuesta mucho lo que afecta a su inserción social. Entonces, inicio un proyecto para la creación de un centro especial de empleo con ayuda de la administración pública. Una empresa especializada en conseguir trabajo a personas de ese colectivo básicamente. Trabajos como buzoneo para publicidad, correos de cartas emitidas por los ayuntamientos y además creamos una lavandería en la que sólo se contrataban personas con discapacidad.
«Hay estrés laboral fruto del incremento de la carga de trabajo que se produce cuando no se completan las plantillas. Con la vivienda y los precios altos, viene la ansiedad. Hay muchas personas con este cuadro»
-¿Cuáles son las patologías más presentes actualmente en un mundo post pandemia y tan inestable entre sus pacientes?
-Cuadros de ansiedad, de depresión y de estrés. El estrés sobre todo es laboral porque cuando no se completan plantillas, la carga de trabajo aumenta para los que sí están trabajando. Si a eso le sumamos el problema de vivienda y los precios altos, es cuando viene la ansiedad. La cantidad de personas ahora mismo con ese cuadro de situación es muy alto. Pero por suerte está muriendo el estigma de hablar de estos temas y ya se habla mucho más y sin miedo de la salud mental. Ya no es una cosa que se esconda. Pero aún hay mucho camino por recorrer, empezando con la poquísima cantidad de profesionales en la sanidad pública para atender tanta demanda.
-A todos mis entrevistados le preguntó sobre la I.A., es un tema que me fascina y preocupa. Llegará un día que haya psicólogo personal virtual, disponible las 24 horas, ¿lo ve factible? ¿Cree que un psicólogo artificial puede suplantar a uno humano?
-El debate para mí es que lo llamamos inteligencia pero no dejan de ser algoritmos, códigos introducidos a un ordenador. Para mí la inteligencia es mucho más que eso.
A mí me llegan pacientes con altísimos conocimientos de desarrollo personal, conceptos de autoayuda, etc. Y me dicen que por mucho que estudian lo que consiguen en terapia no lo consiguen leyendo. La psicología es otra cosa, no sólo una acumulación de conceptos, es cómo gestionarlos e implementarlos.
-El problema es que la I.A. puede simular la parte humana del terapeuta y ejecutar recetas de cómo atender cada patología…
-Puede sólo simularla, al menos por ahora, tenerla, no. La I.A. ha de ser un asistente, ese es su rol en la sociedad. No puede ser un rival. Ha de ser un colaborador y nosotros añadir el pensamiento crítico.
-¿Usted la utiliza?
-Sí, la uso como asistente para ayudarme a completar información en mis escritos y trabajos. Para editar, para estructurar la información. Coordinación del escrito con otros programas como el Excel. Me permite centrarme en lo importante para no perder tiempo en lo repetitivo.
-Viajemos al futuro. La I.A. junto con la robótica ya ocupan el 80% de los trabajos en el mundo. La humanidad ya no necesita trabajar y recibe una renta universal para poder vivir. ¡La gente es libre! De hacer lo que quiera cuando quiera, no tiene mayores responsabilidades, para muchos el mejor escenario posible. ¿Pero qué pasa con la psique cuando no tenemos que trabajar para vivir y en ese efecto mantenerse activo? Si no nos ponemos metas, puede ser muy peligroso, ¿no?
-¿Qué significa trabajar? ¿Por qué vinculamos el trabajo sólo al concepto de trabajo? Y ¿cuál es el sentido de la vida? ¿El salario es un fin o un medio? Pues tendríamos las necesidades básicas cubiertas, pero no las superiores, las del vivir, o sea autorrealización, desarrollo personal. Si miras “las jerarquías de la pirámide de Maslow”, las escalas superiores son las espirituales, las energéticas, las más importantes que hay que atender en cualquier escenario. Pero de lo que estoy convencido es que el ser humano tiene una capacidad de adaptación maravillosa. Y como todo lo que hacemos y creamos tienes sus pros y contras, sus fortalezas y debilidades.
-¿Qué pasa con esas personas que tienen todo el conocimiento y razonamiento para identificar sus carencias o problemas pero que a la hora de ejecutar un plan no son capaces? ¿Por qué pasa esto?
-Dentro de las multiinteligencias hay que trabajar la inteligencia emocional que es la que nos permite entendernos y gestionarnos. En ese punto no va de conocimientos sino de adaptación entendiendo las mecánicas. Cuando dejas de preguntarte los “por qué” y te preguntas los “cómo” ahí es cuando empieza el cambio. El “cómo” como herramienta y vehículo hacia la solución. Esa es la gestión emocional. Las palabras “amabilidad” y “cómo” para mí son mágicas. Amabilidad para mí es buque insignia, amabilidad para tratar bien al prójimo y a uno mismo, para hacer fáciles las cosas, tratar a las personas con respeto; ser amoroso y amado. Siendo amable con uno mismo ayuda mucho a encauzarse hacia la solución de tu problema. Autofustigarse, no.
-¿Piensa quedarse en la isla o será como tanto talento que finalmente decide irse?
-Hasta mi retiro aquí me quedo, luego veremos. Pero reconozco que en donde más he crecido como persona y como profesional ha sido aquí en Ibiza, por eso le tengo tanto amor y tanto agradecimiento.