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Vicente Rico, el desokupa que vigila a la influencer atrincherada: «Ella sabe bien sus derechos pero no sabe ninguna de sus obligaciones»

Uno de los integrantes de la empresa Desokupa de Dani Esteve aclara que la mujer ha recibido asistencia médica, comida y constante atención de su parte y de las autoridades, pero que no cesa en su posición
Vicente Rico, desokupa.
Vicente Rico, desokupa.

La influencer okupa, Alazne Rodrigo García, lleva dos días atrincherada en su habitación en la calle Jaume I, en el municipio de Sant Antoni, de la cual no paga el alquiler desde diciembre pasado. Es por ello que los propietarios del lugar han decidido contratar a la empresa Desokupa de Dani Esteve para acelerar el desalojo y allí llegó Vicente Rico, uno de los dos desokupa que trabaja para que la modelo de Onlyfans se retire del lugar.

Él y su compañero se turnan para estar las 24 horas del día pendientes de la mujer que ha realizado falsas acusaciones contra ellos desde su llegada, las cuales Rico ha negado en diálogo con La Voz de Ibiza y ha detallado su trabajo, cómo sigue este procedimiento y qué tipo de vínculo establece con la atrincherada.

«Ya hoy es el tercer día. Desde que empezó el control de accesos, pues aquí llevo metido. ¿Y qué ha pasado desde entonces? Pues nada, la vivienda no tiene luz, ella tiene medios, porque tenía previsto que iban a comenzar unas obras, la cual se han tenido que frenar por el motivo este, porque ella no ha querido salir de la vivienda, entonces sí que estaba autorizado el corte de luz para el inicio de las obras y demás, y al no prever que ella no iba a abandonar porque ella ha estado manipulando todo el rato. Ella pide, se sabe bien sus derechos, pero no sabe ninguna de sus obligaciones«.

– ¿Y ustedes la ayudan con algo o no?

– Nosotros le estamos entregando unas series de recursos mínimos vitales, como personas humanas que somos, no vamos a dejar que la chica le pase nada, aunque ella parece que quisiera que le pase algo. Nosotros le estamos dando café, bollos. Ayer le dimos café, hoy le dimos bollo para que desayunara, ahora mismo un plátano, una torta Inés, para que la chica por lo menos se alimente de algo tenga algún sustento y no desfallezca.

– ¿Y la casa como se encuentra?

– Yo lo vi muy mal el tema y en esa casa estaba todo muy desastrado y para mí no era para nada condiciones humanas. Muchísima, muchísima suciedad. De hecho, fui yo el que encontré la droga, la encontré en el baño con unos compañeros tuyos de testigo, que gracias a Dios pues estaban de testigos y no es que ella también ha dicho que lo hemos puesto y es mentira totalmente. Yo la encontré porque fui al lavabo, abrí el armario para ver si había papel higiénico porque lo tenía en el canuto, pelado y me lo encontré de sorpresa allí.

– ¿Le dan algún recurso?

– Le hemos dado batería porque al no tener luz, pues la chica está un poco incomunicada. Si veíamos necesario, pues, que pudieras estar en contacto con la Guardia Civil, con la policía, con los sanitarios. El otro día, a las 4 de la mañana, estuvo chillando por aquí. ‘Socorro, policía, me muero de hambre’. No sé si es que pretendía que la policía le trajera una hamburguesa o algo.

– ¿Y asistencia médica?

– Esta noche no, la pasada comprobaron que estaba bien, que todo lo que pudimos hicimos por ella, ellos también, de hecho en un primer momento no les quería ni abrir la puerta. Nosotros pusimos todas las facilidades del mundo, cesamos el control de acceso, nos bajamos aquí (planta baja) y dejamos que accedieran los sanitarios con control de la policía, de la Guardia Civil en este caso, y que la atendieran para que ella incluso se sintiera cómoda, sin nuestra presencia. Ella también pidió que se fuera la Guardia Civil, pero los sanitarios a eso no accedieron. Te quiero decir, nosotros le estamos dando todas las facilidades del mundo para que ella abandone la vivienda y cese en su empeño de continuar con esta locura.

– Pues esto es una batalla perdida…

– Totalmente, perdida para ella.

– ¿Y en cuánto salga, qué? ¿Cambian la cerradura o algo?

– Desde la aprobación del control de accesos, pues tenemos restringido el acceso, entonces pues ya en el momento en el que salga tendría que pedir la autorización a mis superiores y que me comunicaran si debo de dejarla acceder o no, pero como no se ha dado el hecho todavía. El acceso lo autoriza la comunidad, el ayuntamiento, los propietarios… Tiene que haber varias autorizaciones.

– Pero, ¿el acceso no lo controlan ustedes?

– Somos una empresa de seguridad. Lo que realmente no podrías acceder es a su vivienda, pero vaya es que ella tampoco facilita nada. No le facilita el acceso ni a la Guardia Civil ni a la Policía. Entonces, es algo que yo mismamente hoy le he verbalizado, que ni aunque ella me abriera la puerta y me invitara a entrar, mi intención no es entrar para nada. No vaya a ser que ella aproveche que yo haya entrado para manifestar cualquier cosa que no sea real como que la he agredido sexualmente como ya ha hecho en anteriores ocasiones, cuando estuvo aquí la policía, delante de la policía, verbalizó que un compañero suyo había intentado agredirla sexualmente.

– ¿Y qué dispositivo tienen o han movilizado aquí en Sant Antoni? ¿Cuántos son?

– Pues la verdad que nosotros tenemos efectivos por toda España. Ahora mismo aquí en este control de acceso solo somos dos, más que nada para darnos apoyo, por si uno necesita ir al baño, son 24 horas. Es un trabajo duro, pero socialmente considero que estamos ayudando y pues intentando que este problema de la ocupación disminuya porque es un problema grave y más cuando afecta a personas que no tienen una capacidad tan grande como ellos, los ocupas, quieren hacer ver.

– ¿Y hablas con ella?

– Sí, yo intento hablar con ella para saber que está bien, le pregunto cómo está, cómo se encuentra, si necesita algo, pero es lo que te he comentado antes, todos los medios que ponemos a su disposición los emplea para boicotear, el facilitar que se llega a un entendimiento, sabes, no llama para gestionar una salida, llama un colectivo, prokupa para que se presenten aquí y hagan las cosas.

– ¿Ha llamado a un colectivo prokupa?

– Sí, se presentaron ayer tres chicos y tengo aquí de hecho la conversación. Ellos, hasta el mismo colectivo prokupa, le ha dicho que no está haciendo bien las cosas. Esta gente va de paz y amor pero no es así. Ellos mismos, los prokupa, dicen textualmente: ‘Hemos estado hablando sobre lo que ocurrió ayer cuando vinieron y hemos llegado a la conclusión de que no podemos permitir el maltrato que te estás haciendo. Por ahora no vamos a ir a pegarnos con nadie porque no perteneces a nuestra asamblea y porque entendemos que no formas parte del colectivo de afectados. Vamos a iniciar presión mediática sobre las autoridades, sobre los periódicos que forman parte del circo y sobre el propietario. Yo ahora voy a estar un par de días fuera de juego, te contactaré con mi compañero tal y mi compañera (que tapan los nombres), documéntalo todo y habla con el abogado que te está llevando al juicio y con el abogado que te recomendé para ir poniendo las respectivas demandas’.

– ¿Vosotros podeis estar dentro de la vivienda? Porque el martes estuviste, ¿no?

– Nosotros, en principio, teníamos la posesión de la vivienda, salvo la habitación de ella. Nos entregó la posesión un morador de la vivienda, por lo tanto, nosotros tenemos derecho, pero la ley dice que si ella como moradora no quiere que alguien que no sea morador esté en la vivienda tiene derecho a decirle que esté fuera. Entonces ella aprovechó ese derecho para tirarnos fuera y en ese momento conforme se retiró la policía y la guardia echó un pestillo de la vivienda.

– ¿Está sola?

– Ella es un morador y hay otro morador que tiene sus cosas ahí, lo dejó fuera en la calle, está durmiendo fuera en la calle ese chico, ese chico no tiene acceso porque ella se lo ha impedido, o sea que tanto que habla de delito de coacciones, ella está cometiendo un delito de coacciones contra esa persona, esa tercera persona, que es una buena persona, ha entendido que lo que estaba pasando en esa vivienda no era correcto y no estaba bien y se ha marchado, ha entregado la posesión y como otros muchos, había otro chico que también se fue que no se ha mojado, no se ha implicado

– ¿No tiene las cosas de él?

– Se fue, se llevó sus cosas y hasta nosotros también ayudamos, o sea, si ella quiere abandonar y necesita ayuda, aquí estamos para ayudar a lo que sea, bajar lo que necesite, buscarle un medio de transporte, incluso se le ha ofrecido pagarle un hotel, pagarle un billete de avión. Desde parte de la propiedad, de hecho lo ha ofrecido.

– Por dinero no es, si no paga y realquila…

– No tiene ni un duro, dice. Eso dice. No sabemos en qué se lo habrá gastado. Ese medio millón que verbalizaba que tenía. Si no paga y realquila las habitaciones, ahí ya tiene unos ingresos…

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