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ENTREVISTA ALEJANDRO PONCE / JEFE DE LA POLICÍA LOCAL DE SANT ANTONI (2)

«Vender gas de la risa es más rentable que drogas para los camellos: ganan más y tienen menos riesgo»

El jefe de la Policía Local reitera que la venta callejera de globos de gas de la risa es el principal problema de seguridad del municipio
Gas de la risa.
Gas de la risa.

Abordamos con el jefe de la Policía Local de Sant Antoni la problemática de la venta en la calle de óxido nitroso, conocido como gas de la risa, y otras problemáticas en materia de seguridad ciudadana.

-¿Es tan grave realmente el problema con el gas de la risa como nos quieren hacer ver?

-Es una sustancia lúdica que es muy complicada de tratar dentro de nuestro ordenamiento jurídico. Hemos hecho un buen trabajo este invierno, hablando con la Fiscalía, a cuyo fiscal jefe agradezco su colaboración, y hemos diseñado un plan de choque contra la venta y el consumo de esta sustancia dentro del plan de seguridad 2024.

Está muy bien que cuando alguien vende gas de la risa lo detengamos y lo pongamos a disposición judicial y que es lo que tenemos que hacer. 

Para nosotros, como ya le he dicho, es mucho más importante la prevención. Así trato de explicarlo al equipo de gobierno. Si tenemos más presencia en la calle, disuadimos la venta.  Esperemos que dé resultado, ahora hay que esperar a final de verano a ver cómo nos ha funcionado. 

Desde el 12 de mayo, hemos reforzado la presencia policial en las calles.

-¿Qué novedades tiene este plan de choque?

-Los planes de seguridad y los planes de choque policiales no suelen ser explicados para no dar información de los operativos. En cualquier caso, nos hemos marcado el objetivo de que haya más presencial policial, uniformada y de paisano, en las zonas calientes de tráfico de esta sustancia. También estamos estudiando poner más cámaras en determinadas zonas.

Además de pedir cambios legislativos, también tenemos que hacer un esfuerzo para que le llegue el mensaje a la gente que se dedica a esto de que, aunque no se esté considerado tan peligroso como la cocaína, el éxtasis y demás, es una estancia nociva y que tiene sus penas de cárcel. 

-Supongo que habrá mafias detrás de este tráfico.

-No exactamente. Más bien hay buscavidas que pueden comprar palets en Amazon de este producto y luego vender cada globo a cinco euros. Es mucho dinero. 

Por eso hemos trabajado con la Fiscalía la forma en la que combatirlo. En todo Sant Antoni, no hay ni un solo establecimiento hotelero, de restauración o pastelería que utilice el formato de las botellas de 750 mililitros que son compradas para revender con los globos.

-Entiendo que las mafias están centradas en otras cosas, pues, prostitución, menudeo de drogas, venta ambulante… 

-Hemos conseguido que en el municipio de  Sant Antoni no haya ningún prostíbulo, ni tampoco prostitución callejera. Lo mismo que no tenemos ningún club de fumadores de cannabis.

Puede que haya prostitución en algunos pisos privados, pero tratamos de detectarlos a tiempo y trabajar coordinadamente con la Policía Nacional, cuerpo con competencias sobre la trata de blancas. 

-¿Y que me cuenta del tráfico de drogas?

-En cualquier sitio de ocio, no ya de Ibiza, sino de España, por desgracia tiene tráfico de drogas. Vemos que antiguos traficantes se han pasado al gas de la risa, ya que tiene una pena menor y mejor margen que vender cocaína. 

-Entonces, ¿han percibido que hay menos menudeo de droga en la calle? 

-Sí, hemos visto que sí. Nosotros la mayoría de las actuaciones que tuvimos el año pasado por tema de droga fueron de gas de la risa. Seguimos teniendo actuaciones relacionadas con las drogas clásicas, en controles rutinarios, y hay aprehensiones.

También influye que el gas de la risa es muy vistoso, es muy llamativo llamativo, crea mucha alarma social y lo mismo que un ciudadano ve a simple vista a una persona con el globito de gas de la risa, mis agentes también lo ven. 

-¿Y puede ser que la gente beba menos que antes? 

-A mí me gustaría decirle que sí. Lo que pasa es que no tenemos datos. Los que tenemos son que hay menos incidencias en el municipio de Sant Antoni. De hecho, el año pasado el cónsul británico nos felicitó debido al descenso que habíamos tenido. 

-¿Se ha erradicado la venta ambulante en las playas de Sant Antoni?

-Sí, pero quiero matizar el término erradicar. Es lógico que la gente piense que cuando se dice que la venta ambulante se ha erradicado, espere llegar a  Sant Antoni y no ver ningún vendedor ambulante. 

No hay que llevarse a engaño, lo que hemos hecho es disminuir de una forma notable, sobresaliente para mí, en la zona de playas la venta ambulante. La unidad territorial de playas se desplaza con las motos de agua muy fácilmente por la costa y puede llegar a ir Cala Saladeta cinco veces una misma mañana. No es como antes, que teníamos que ir por la montaña para bajar hasta allí. 

Y, obviamente, si vamos cinco veces en una mañana, evitamos que se instalen actividades de venta ambulante. Denunciar y sancionar está bien, pero está mejor la presencia del uniforme, lo que persuade a los que quieren cometer irregularidades.

A nadie se le ocurre coger el teléfono y ponerse a hablar mientras conduce cuando un policía está delante. Las cámaras son efectivas para sancionar, pero menos para disuadir. Lo más importante es la prevención. 

-¿El West End ha dejado de ser un problema?

-Para mí nunca ha sido un problema el West End. Ha sido un sitio de ocio de gente joven con todo lo que ello conlleva. Es verdad que ahora el West End que yo conocí en su día no tiene nada que ver con el West de ahora. Antes dedicábamos muchos efectivos policiales a la zona y ahora dedicamos menos porque la afluencia de público es menor y se ha dispersado en otras zonas. 

¿Qué impacto ha tenido en el trabajo policial el fenómeno del tardeo o del ocio diurno?

-Ha cambiado la forma de trabajar y de organizarnos porque hemos de destinar efectivos policiales hacia otro tipo de problemáticas que nos hacen tener que mediar entre la convivencia ciudadana y el ocio. Antes el ocio se concentraba en el West End durante el horario nocturno.

Ahora se ha dispersado y hay más quejas de los vecinos, sobre todo, cuando salen los clientes. Para evitar eso, distribuimos los efectivos de manera que podamos reducir al máximo esas quejas vecinales e, incluso, me atrevería a decir que eliminarlas. 

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