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ENTREVISTA ANTONI MERCANT/DIRECTOR GENERAL DE PUERTOS Y TRANSPORTE MARÍTIMO

Antoni Mercant: «No queremos cambiar el uso comercial del puerto de Sant Antoni ni hacer una marina para megayates»

El director general de Puertos y Transporte Marítimo defiende la negativa a permitir la línea solicitada por Baleària a pesar de reconocer que no hay ningún criterio técnico que avale la limitación a barcos menores de 65 metros de eslora
Antoni Mercant
Antoni Mercant

Antoni Mercant, director general de Puertos y Transporte Marítimo del Govern balear del que depende Ports IB, ha descartado la posibilidad de modificar los usos del muelle comercial del puerto de Sant Antoni y ha aclarado a La Voz de Ibiza que «no es adecuado decir que irán mega yates». 

Ni tampoco lo contrario, ya que el uso del muelle para yates es una de las opciones, en cualquier caso, que maneja el Govern para rentabilizar las instalaciones. «Esta posibilidad existe, pero todavía no hemos diseñado cómo funcionará», advierte Mercant.

El anuncio llega después de que se haya conocido que el Govern ha rechazado la solicitud de Baleària de operar con un buque de 86 metros de eslora.

Independientemente de que el Govern haya decidido mantener la prohibición de facto que supone limitar la eslora máxima a barcos de 65 metros, la infraestructura portuaria requiere actuaciones de urgencia que impedirían acoger actividad comercial, tanto en el edificio de la estación marítima como en los muelles.

Las pérdidas económicas que ha generado el puerto cerrado al tráfico marítimo son de 500.000 euros anuales desde 2019 y por su no utilización cuenta con instalaciones rotas y baños inutilizables. De esta manera, previo a la llegada de cualquier embarcación, deberán acometer las obras para su correcto funcionamiento.

La mirada de un ex Baleària

Antoni Mercant Morató -nacido en Capdepera (Mallorca)- fue nombrado en julio de 2023 por Marga Prohens y es licenciado en Náutica y Transporte Marítimo por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), capitán de Marina Mercante y tuvo un rol destacado en la naviera a la que ha denegado el atraque, a pesar de reconocer que no hay ningún argumento técnico que lo justifique.

En Baleària, ejerció como director de Relaciones Institucionales, formando parte del equipo de dirección de la empresa, trabajando directamente bajo la supervisión de Adolfo Utor, el presidente de Baleària. De hecho, el PSOE de Sant Antoni, muy beligerante con la reapertura del puerto, se equivocó al vincular su nombramiento con una reapertura que no se ha producido. 

– ¿Baleària les consultó antes de pedir la autorización?

– No hubo una comunicación previa, ni una solicitud de una reunión para explicarnos que la compañía tenía estas intenciones. Simplemente, Baleària solicitó en la sede electrónica sin consulta previa empezar a operar el día 15 de junio con ese barco. Si nos lo hubieran consultado antes, les habríamos dicho que no lo hicieran.

– ¿Por qué?

– Los motivos es que este puerto está cerrado desde 2019 y desde 2021 hay una limitación a los ferris de más de 65 metros de eslora. Esta limitación aún sigue vigente y el barco que había solicitado Baleària, Cecilia Payne, tiene 85 metros de eslora, por lo tanto, no podíamos autorizar el atraque porque no está autorizado. Es una limitación que hizo la anterior administración del gobierno pasado. Nosotros no hemos modificado estas limitaciones que no están justificadas técnicamente. No hemos encontrado ningún informe técnico que acredite esta eslora máxima.

– Entonces, ¿cuál es el criterio para prohibir los barcos de más de 65 metros? 

– Ninguno. No hay ninguno y no hemos encontrado ningún criterio técnico. No entendemos quién puso esta cifra, ni por qué. Cuando establecieron estos 65 metros, no sé en qué criterios se basaron para decir que la eslora máxima sea hasta 65 metros.

La verdad es que a día de hoy ninguna empresa ha venido con un barco de menos de 65 metros con la intención de querer operar en el puerto de Sant Antoni. La decisión que se tomó en aquel momento no venía avalada por ningún criterio técnico. Podrían haber puesto 60, 70, 80, 40 ó 20 de máximo, no hay ningún informe que diga que esta es la eslora máxima.

– Es evidente que el criterio es prohibir el tráfico comercial en el puerto sin prohibirlo porque probablemente alguien podría tumbarlo en los juzgados. ¿Por qué no modifican esta limitación y justifican la nueva, en el caso de que la haya?

– Ahora mismo no hay ningún interés en modificar estas limitaciones, no está en la mesa de trabajo de hacer cambios. Ni con el informe técnico si es que en algún momento aparece.

– ¿Van a encargar algún informe?

– Nosotros lo que hemos encargado es un estudio de maniobrabilidad en el puerto. Queremos una simulación de atraque en este puerto de barcos de diferentes esloras sin necesidad de medios auxiliares, es decir, prácticos y remolcadores. A día de hoy, no sabemos hasta qué punto puede maniobrar un barco y en qué condiciones.

¿Y cuándo sabrán los resultados del estudio?

– No esperamos el resultado de forma inmediata. Lo urgente es arreglar un puerto que tiene 130 metros de longitud y una estación marítima deteriorada y problemas en el muelle.

Este informe técnico lo tenemos que tener. Hemos de conocer en qué condiciones pueden operar los barcos por si en algún momento cambiamos de estrategia o hay una emergencia y necesitamos usar el muelle. Nosotros queremos tener un informe que nos diga qué tipo de barco puede atracar o no. Además, también lo necesitamos para los trabajos de mantenimiento de las instalaciones.

-Usted es un marino y a los marinos les encantan los barcos y los puertos. La comunidad portuaria es unánime en Ibiza sobre la necesidad de mantener el puerto de Sant Antoni operativo ante la saturación del puerto de Ibiza. ¿Cómo convive su alma marinera manteniendo un puerto cerrado?

-Ahora estoy en una etapa pública y estoy defendiendo el interés general. Desde el punto de vista técnico, jurídico y económico, si no se cumplen con los requisitos, Baleària no puede ejercer la actividad.  Que yo haya trabajado en esta empresa como en otras navieras, no quiere decir que deba darles permiso, si no cumplen con los requisitos. Yo no puedo autorizar una cosa que es ilegal, como es autorizarle la entrada en un puerto donde no cumple con los requisitos de entrada en el puerto. Es impensable. Ni por Baleària, ni por Trasmapi ni por cualquier otra naviera.

-¿El puerto tiene algún tipo de actividad?

-Es exclusivamente comercial y no queremos plantear un cambio de usos. Ahora estamos arreglando la estación marítima, que está en muy mal estado.

-¿No podría utilizarse en estos momentos si fuera necesario?

El edificio tenía los baños destrozados, la grifería destrozada, el falso techo que se había caído… Es una instalación pública que debe ser cuidada y no puede dar esta imagen de dejadez y de inseguridad. Al mismo tiempo, el puerto también tiene deficiencias en cuanto a las defensas del muelle y no creo que puedan estar operativas hasta agosto. Lleva cinco años inutilizado y se tienen que reparar.

– ¿Y los mega yates? ¿Cómo los compatibilizarán con el uso comercial, aunque sin barcos, del puerto?

-En este puerto pueden atracar embarcaciones que no sean ferris de más de 65 metros. Pueden ser yates, minicruceros o cualquier tipo de embarcación, incluso privada, pero que no sean ferris de más de 65 metros.

 

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