Si hay dos problemas que mantienen en vilo a toda la comunidad de las Islas Baleares son la masificación turística y la emergencia habitacional.
En una reciente encuesta realizada por el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES) entre el 13 y el 17 de mayo, que entrevistó a 1.300 personas de Palma, la Part Forana, Menorca, Ibiza y Formentera, los residentes de Baleares han identificado a estos como sus principales preocupaciones.
Estos problemas se agravan especialmente durante la temporada alta de turismo, cuando la afluencia masiva de visitantes incrementa la demanda de servicios y vivienda, llevando los precios a niveles inasequibles para muchos isleños.
La encuesta que realizaron para el medio Última Hora destaca que un 57 % de los encuestados cree que el problema del acceso a la vivienda puede tener solución.
Sin embargo, esta percepción varía entre islas; en Ibiza, donde la situación es particularmente crítica, un 52 % mantiene la esperanza de una mejora, mientras que, en Formentera, un 59 % de los residentes ve la situación como prácticamente irreversible.
Además de la vivienda, otros problemas recurrentes incluyen la falta de trabajos cualificados y bien remunerados, la excesiva dependencia del turismo, la escasez de alquileres asequibles y los problemas de convivencia causados por los pisos vacacionales ilegales. La saturación de vehículos y el consiguiente deterioro de las infraestructuras viarias también figuran entre las preocupaciones principales de los isleños.
El estudio revela diferencias significativas en la percepción de posibles soluciones según las preferencias políticas de los encuestados. Los votantes de Vox (65 %) y Podemos-Sumar (64 %) son los más optimistas respecto a la solución de la crisis habitacional, mientras que los seguidores del PP (55 %) y el PSOE (57 %) muestran mayor pesimismo.
Las propuestas de los partidos varían desde la construcción de más viviendas y la liberación de suelo, promovida por Vox, hasta la limitación de precios y restricciones a la compra por no residentes, defendida por los partidos soberanistas.
