La tregua en Formentera ha durado poco. El proceso de negociación empujado por la propia Marga Prohens entre el presidente no adscrito, Llorenç Córdoba, y casi todos sus ex compañeros de lista electoral –hoy enemigos irreconciliables- de Sa Unió, en busca de una salida a la crisis ha volado por los aires este viernes por la dimisión colectiva de siete consellers.
Aunque todos los cañones apuntaban a socavar un poco más la autoridad de Córdoba en la isla, el presidente del Consell parece no recibir todavía las esquirlas de la explosión de Sa Unió y hasta ha ganado un aliado inesperado: Artal Mayans, conseller de Turismo, quien no ha dimitido, a pesar que Sa Unió tratara de ocultarlo.
El movimiento de Mayans es una derrota de Sa Unió que, de momento, no puede asegurar que Córdoba ha quedado solo. No es el único. Otro de los derrotados de la convulsionada jornada de viernes es la oposición.
El nuevo capítulo fuerza tanto a PSOE como a Gent per Formentera, a mojarse. Hasta ahora parecían observadores externos de la crisis, casi espectadores comiendo palomitas de una película de enredos políticos mientras especulaban con salir fortalecidos y sin heridas de la crisis institucional. El escenario ha cambiado.
Elecciones anticipadas
Ya lo había advertido el portavoz de Sa Unió, Oscar Portas, el pasado mes de abril en una entrevista en La Voz de Ibiza: «Si dimitimos, forzaremos a la oposición, que no está muy por la labor, a negociar».
«En el momento en el que nosotros dimitamos, habrá un gobierno presidencialista formado por una persona y 16 consellers en la oposición. Sería más esperpéntico y surrealista todavía que lo que tenemos ahora. Ante este escenario, la oposición tendría la posibilidad de llegar a un acuerdo con el presidente o con nosotros. Por eso, queremos llegar a un acuerdo con ellos. Y es lo que estamos tratando de hacer: llegar a un acuerdo», dijo entonces Portas quien insistió en que «está en manos de los políticos» evitar las elecciones anticipadas.
Moción de censura
De momento, todavía no hay ni rastros de una posible moción de censura que se viene barajando desde diciembre pasado, cuando se ha desatado la crisis en Formentera y que ha escalado hasta un punto sin retorno.
En sus respectivos comunicados, el PSOE y Gent per Formentera han evitado pronunciar esas tres palabras mágicas, a pesar de llenarlos de adjetivos calificativos: “irresponsabilidad”, “vergonzosa”, “esperpéntico”, “ridícula” y muchos etcétera.
La secretaria general de Gent per Formentera se ha animado a pedir la dimisión de todos los involucrados, es decir, Córdoba y los consellers de Sa Unió. Aunque bien sabe que en sus manos está la carta de la moción de censura para lograr parte de su cometido.
Alejandra Ferrer, portavoz de GxF en el Consell y expresidenta de la institución, ha mantenido la distancia con dicha posibilidad. «Es muy complicada», ha señalado en el programa especial de Radio Illa.
La también ex presidenta, la socialista Ana Juan, ha anunciado que el primer paso es aclarar por qué siete consellers han dimitido y uno. «Luego tomaremos medidas para poder establecer la dignidad de este Consell y sobre todo que sea gobernable y poder avanzar todos los proyectos que están paralizados».