Un violento incidente tuvo lugar en el puerto de Ibiza cuando un tripulante atacó a tres compañeros con extrema violencia. Los hechos ocurrieron cerca de las 23 horas en la Estación Marítima, donde aún se podían ver manchas de sangre esta mañana.
El caos comenzó tras el último trayecto del día del ferri de Formentera Lines, de la compañía Mediterránea Pitiusa, que había atracado en el puerto de Ibiza.
Según testigos, que dialogaron con el Diario de Ibiza, un joven asturiano de 28 años, parte de la tripulación, desató una brutal agresión contra sus compañeros. «No estamos acostumbrados a ver algo así, había mucha sangre», relató uno de los marineros de Baleària.
El altercado se desarrolló en el muelle, con los trabajadores y testigos tratando de detener al agresor. «Yo estaba aquí al lado cuando uno de mis compañeros me señaló al lado y me preguntó qué era lo que estaba pasando allí», cuenta un testigo.
Al percatarse de la pelea, decidió intervenir: «Vi que alguien se había enzarzado en una pelea y que el capitán le estaba propinando golpes a uno de los marineros. Fue entonces cuando vi el hacha de gran tamaño en el suelo»
Después de que varias personas separaran a los dos implicados en la reyerta, el presunto agresor sacó una navaja y acuchilló al capitán dos veces por la zona del cuello. «Un chaval empezó a gritarme: ¡El hacha, el hacha! Entonces fui y la cogí», prosigue el marinero en diálogo con el Diario de Ibiza.
El agresor subió al barco y retiró el amarre con la intención de quedarse en el interior, pero otros trabajadores lo impidieron. «También impidieron, con gritos, que otra de las marineras fuera agredida. Aunque la trabajadora tuvo que saltar al agua del puerto para evitar que el atacante la alcanzara», explicó otro testigo.
Agentes de la Policía Nacional de Ibiza acudieron de inmediato a la zona de la trifulca y se enfrentaron al hombre, que se resistió e intentó agredirles, por lo que, finalmente, tuvieron que reducirle con un táser.
«Salió luego un marinero de dentro del barco con la cabeza abierta, con una brecha enorme», continúa el testigo, a quien los agentes cogieron los datos, así como a otra pasajera y al vigilante de seguridad privada de la zona portuaria.