Agentes antidisturbios de la Guardia Civil ingresaron al asentamiento ilegal de Can Rova para sacar de las viviendas ilegales a los ocupantes que más se han resistido. En un principio eran 150 personas, pero con el correr de los minutos quedaron algo menos de 60 y ahora el lugar quedó prácticamente vacío, aunque la tensión en el lugar continúa y con un tránsito lento.
Todas estas personas que han sido retiradas por la fuerza del asentamiento han ocupado la carretera que une Ibiza y Sant Antoni para reclamar para que les devuelvan sus hogares, o al menos les den un sitio donde poder pasar la noche.
A esto hay que sumarle que la Policía Local de Santa Eulària y la Guardia Civil se encuentran trabajando desde las 9:00, con una vigilancia profunda sobre lo ocurrido. Los desalojados denuncian violencia de parte de las fuerzas de seguridad, de quienes cuestionan que no les ha interesado que más de 20 niños estuvieran presentes en todo momento.