Este sábado está programado un encuentro amistoso entre la filial de la UD Ibiza y la CD Ibiza en el campo de fútbol de Sant Rafel, el cual en las últimas horas comenzó a correr peligro. Aparentemente, el club rojillo adeuda 16.000 euros a los celestes por el uso del estadio Sánchez y Vivancos y podría suspenderse el duelo si no regularizan la deuda.
Toni Marí ‘Moreras’ explica que se han negado a abonar esta suma porque les cobra «1.000 euros por entrenamiento y otros 1.000 por cada partido, cuando en campos de Primera División como el del Mallorca se paga la mitad», argumenta el ejecutivo, según informa CadenaSer.
«Hemos explicado la situación una y otra vez al Ayuntamiento, pero tampoco hace nada a pesar de que se trata de una instalación municipal», añade.
Este viernes el Consejo de Administración del CD volverá reunirse para decidir si finalmente se pagan los 16.000 euros. Si se mantiene la postura actual, no se descarta jugar partidos oficiales de liga esta temporada en la que el club milita en Segunda RFEF en el campo de Sant Rafel.
Opuestos
Por su parte, desde la UD Ibiza aseguran que los números que hace el CD son «falsos» porque «lo que se les computa son las horas que han utilizado las instalaciones entre entrenamientos y partidos oficiales, la parte proporcional, del coste total que ronda los 90.000 euros por el mantenimiento del césped«.
En este marco, explican, según informa el medio local, que la pasada temporada jugaron 18 partidos e hicieron 25 entrenamientos en ese campo. En la entidad celeste dicen estar «cansados» de la situación y de que «vayan de víctimas, los que siguen incumpliendo con su obligación de pagar por usar el campo».