La citación para declarar del juez de Instrucción número 1 de Palma al presidente del Parlament balear, Gabriel Le Senne (Vox), en calidad de investigado por un presunto delito de odio por rasgar en un pleno la foto de la militante comunista mallorquina Aurora Picornell, asesinada en 1937 con ocasión de la guerra civil española, ha aumentado la tensión entre la fuerza de extrema derecha y el Partido Popular Balear conducido por Marga Prohens.
Es que el nuevo frente judicial se da justo cuando los populares apuraban a Vox para que se sienten a negociar antes de la votación para echar a Gabriel Le Senne como presidente del Parlament balear, una propuesta presentada por la izquierda. Todo esto en medio de la ruptura anunciada por Vox con el PP tras no coincidir en las políticas inmigratorias.
El PP venía evitando pronunciarse sobre este asunto. La semana pasada, Sebastià Sagreras, portavoz del PP en el Parlament, no desveló qué votará su partido sobre la propuesta de expulsión contra Le Senne, lo que abría la puerta a unas negociaciones a contrarreloj con Vox para mantenerlo al frente del Parlament a cambio de que apoyen los proyectos de Marga Prohens. La fecha límite es el 3 de septiembre, último día hábil antes de que empiece el periodo de sesiones.
Sin embargo, el nuevo frente judicial que deberá enfrentar Le Senne parece minar el campo de negociaciones. Casi como un formalismo, el portavoz del PP ha expresado este domingo «el máximo respeto» a este procedimiento judicial. Sagreras ha recordado también que el PP ya «condenó y rechazó» en su día «estos hechos que todo el mundo pudo ver».
Tras conocerse la nueva situación procesal de Le Senne, los partidos de la oposición al Govern de Marga Prohens han exigido adelantar a esta próxima semana este pleno extraordinario, pero el PP ha respondido este domingo que la fecha ya ha sido fijada.
El portavoz popular ha señalado: «Ya dijimos que nos pronunciaríamos (sobre este asunto) cuando toque porque podían pasar muchas cosas«, y ha añadido que su partido debe analizar las «circunstancias» de cara a tomar una decisión sobre su voto final en el referido debate de remoción de presidente de la Cámara.
Hay una razón política clave: el PP gobierna en solitario las Islas Baleares desde el inicio de la legislatura, pero cuenta con el apoyo puntual de Vox en el Parlament para sacar adelante sus iniciativas políticas y los presupuestos de la comunidad autónoma.
Por eso, desde aquel 12 de julio cuando Prohens pidió abiertamente a Le Senne que dejase la Presidencia del Parlament para “ser consecuente con lo que dijo Santiago Abascal”, la postura del PP fue girando hacia una posición más moderada y fue ganando tiempo para negociar con su aliado político. Sin embargo, la abrupta convocatoria judicial a Le Senne parecen dificultar los puentes de negociación.