El icónico yate Regina d’Italia, propiedad de la prestigiosa firma italiana Dolce & Gabbana, ha sido avistado esta semana en las tranquilas aguas de Formentera, atrayendo la atención tanto de residentes como de visitantes.
Este majestuoso superyate, que se ha convertido en un símbolo de lujo y exclusividad, ganó notoriedad mundial al ser el escenario de la boda de Kourtney Kardashian y Travis Barker en Portofino, un evento que capturó los titulares por su opulencia y glamour.
El Regina d’Italia, que mide 65 metros de largo y fue construido en 2019 por el renombrado astillero italiano Codecasa, es una joya flotante que combina la ingeniería de vanguardia con un diseño interior espectacular, fiel al estilo exuberante y detallado de Dolce & Gabbana.
En su interior, el yate cuenta con lujosas comodidades que incluyen dos amplias suites, cuatro camarotes, un gimnasio completamente equipado y una piscina en la terraza, todos diseñados para brindar la máxima comodidad y exclusividad a sus afortunados ocupantes.
Aunque la mayoría de los superyates de esta categoría suelen estar disponibles para el alquiler, el Regina d’Italia es una excepción. Propiedad personal de Domenico Dolce y Stefano Gabbana, el yate no está disponible para el público, lo que lo convierte en una experiencia aún más exclusiva y reservada para unos pocos privilegiados.
La llegada del yate a Formentera no solo resalta el atractivo de las Islas Baleares como un destino predilecto para la élite global, sino que también subraya la continua atracción de las islas para aquellos que buscan disfrutar del Mediterráneo en su máxima expresión de lujo y privacidad, según Ok Diario.
Su estructura
El Regina d’Italia, con su casco de acero y superestructura de aluminio, es impulsado por dos motores diésel Caterpillar que le permiten alcanzar una velocidad de hasta 17 nudos, ofreciendo una combinación de poder y sofisticación en alta mar.
Valorado en más de 55 millones de euros, y con un coste anual de mantenimiento que supera los 5 millones, el Regina d’Italia no es solo un medio de transporte, sino una declaración de estilo y exclusividad que ha dejado una marca imborrable en cada puerto que toca.