SANT JOAN

Un policía infiltrado en una “escuela de yoga” de Ibiza desmantela una fiesta ilegal: se pondrán multas de hasta 300.000 euros

Una villa en Sant Miquel, municipio de Sant Joan, camuflaba fiestas ilegales bajo la apariencia de una escuela de yoga. Tras una investigación policial, los organizadores enfrentan sanciones de hasta 300.000 euros

Una de las imagenes publicadas por Garden Of Light
Una de las imagenes publicadas por Garden Of Light

Un policía infiltrado ha desmantelado una fiesta ilegal encubierta como «escuela de yoga» en Sant Miquel, Ibiza. Lo que inicialmente se promocionaba en redes sociales como un retiro espiritual, bajo el nombre «Garden of Light», resultó ser una fiesta clandestina con decenas de asistentes, música a alto volumen y venta ilegal de productos.

Tras la intervención del agente en el marco de un operativo organizado por la Policía Local, los organizadores ahora se enfrentan a multas que podrían alcanzar los 300.000 euros.

El Caso “Garden of Light”: cómo se organizó la fiesta ilegal en Sant Miquel

Todo comenzó con la promoción en redes sociales de un evento llamado «Garden of Light». Bajo la apariencia de un retiro de conexión espiritual, los organizadores prometían una experiencia única en un entorno natural.

La villa en Sant Miquel, designada oficialmente como una “escuela de yoga y desarrollo humano”, servía como sede de esta fiesta encubierta. Las entradas se vendían por 70 euros, y dentro, los asistentes podían disfrutar de música a alto volumen, comprar bebidas, alimentos e incluso artículos de ropa.

Lo que se anunciaba como un evento tranquilo y exclusivo generó sospechas entre los vecinos, quienes, preocupados por el ruido y la afluencia de personas, alertaron a las autoridades.

La infiltración: un policía se cuela en la fiesta para recopilar pruebas

Uno de los puntos más interesantes de este caso es cómo se ha llevado a cabo la operación policial. En lugar de realizar una intervención abierta, las autoridades decidieron infiltrar a un detective del Consell de Ibiza, quien, bajo la apariencia de un asistente más, se sumergió en la fiesta.

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Este oficial no solo documentó el cobro de entradas, sino que también registró la venta ilegal de productos y la música estridente, lo que claramente violaba la normativa local de actividades en suelo rústico.

La estrategia fue sencilla pero eficaz: el policía infiltrado observó todo lo que sucedía y luego presentó un informe detallado, junto con la acta que levantó la Policía Local. Gracias a esta táctica, las pruebas fueron irrefutables, lo que permitió al Ayuntamiento iniciar el proceso sancionador.

Una “escuela de yoga” con licencia para el desarrollo humano: ¿Cómo Ocultaban las Fiestas Ilegales?

Una de las claves para que este evento se mantuviera durante un tiempo fue el uso fraudulento de la licencia. Los organizadores se amparaban en una licencia otorgada para actividades como el yoga y el desarrollo personal. Este tipo de permisos permiten realizar eventos tranquilos y educativos, pero de ninguna manera autoriza la celebración de fiestas masivas con cientos de asistentes.

Este tipo de prácticas no es nuevo en la isla, donde muchas villas situadas en suelo rústico protegido intentan evadir las regulaciones utilizando licencias para actividades más inocuas. Sin embargo, las fiestas en Sant Miquel superaban claramente el límite de lo permitido por la ley, violando tanto la normativa autonómica como las condiciones de la licencia.

Las consecuencias: multas de hasta 300.000 euros para los organizadores

La legislación de las Islas Baleares es clara en cuanto a las sanciones que se imponen por organizar fiestas no autorizadas. Amparados bajo la Ley 7/2013 de actividades, las autoridades locales consideraron este caso como una infracción muy grave según el artículo 104.r), que abarca sanciones por actividades ilegales en propiedades privadas.

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La multa a la que se enfrentan los organizadores podría oscilar entre 100.000 y 300.000 euros, dependiendo del impacto final del evento en la comunidad y de la cantidad de pruebas acumuladas por el detective infiltrado y la Policía Local.

La alcaldesa de Sant Joan de Labritja, Tania Marí Marí, ha expresado su rechazo a este tipo de actividades, recalcando que se tomarán medidas severas para evitar que las villas privadas se utilicen para fines ilícitos.

“Estas sanciones son necesarias para disuadir futuros intentos de eludir nuestras regulaciones. No toleraremos operaciones que comprometan la seguridad y la tranquilidad de nuestra comunidad”, ha afirmado la alcaldesa.

La importancia de la colaboración ciudadana para desmantelar fiestas ilegales

Este operativo no habría sido posible sin la colaboración activa de los vecinos, quienes, alertados por el ruido constante y la presencia de numerosos vehículos, informaron a las autoridades. En áreas rurales como Sant Miquel, la vigilancia comunitaria es clave para detectar irregularidades.

Los residentes locales juegan un papel esencial en la preservación del entorno y la tranquilidad de sus vecindarios, y este caso es un claro ejemplo de cómo la denuncia ciudadana puede desencadenar una investigación efectiva.

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