Es un día con solazo y un cielo azul-celeste chillón, con unos trazos de nube a tiras que además de bonitos, estiran el firmamento fardando de profundidad de campo.
Estoy en San Mateo, en altura, desde la cual se puede admirar otra vez este valle maravilloso de la isla. Me siento con Patricia Marañon (Boston (EEUU), 1970) y Carlos Cabañares (Comodoro Rivadavia (Argentina), 1970) quienes juntos han creado la empresa de arreglos florales llamado Florando Ando.
Antes de meternos en tema les pido que me cuenten brevemente acerca de sus vidas hasta llegar a donde estamos.
PATRICIA – Yo nací en Boston, Estados Unidos pero crecí y viví en Madrid. Estuve en Londres estudiando la carrera de Historia del Arte y un postgrado de Historia del Arte Contemporáneo y trabajé allí en galerías. Fueron unos años divertidísimos en una ciudad apasionante. Amo Londres. Luego me casé y después de 8 años en Londres nos volvimos a Madrid. Luego me separé y me fui a vivir 1 año a Ecuador, país del que me enamoré. Pero siempre volví a Madrid – porque lo de nacer en Boston fue pura casualidad – Soy 100% madrileña aunque ahora prefiero, como dice mi amigo Juan Masedo, decir madrisleña porque ya llevo 11 años en Ibiza.
Después de Londres y Ecuador y de vuelta en Madrid trabajé varios años en producción, siempre relacionado con trabajos de fotografía. Fui productora y editora gráfica en la revista Elle y de los números especiales de la revista Cosmopolitan. Luego acabo en Ibiza. Nada más llegar conseguí trabajo como manager de una urbanización en Cala Compte y todavía sigo trabajando ahí.
CARLOS – Yo nací y me crie en la ciudad de Comodoro Rivadavia, en la Patagonia Argentina. Estudié la carrera de Ingeniería, que compaginaba con mi pasión por la música. Toco el bajo y la guitarra y soy afinador de pianos. Viví en Bariloche un tiempo con mi ex mujer y hace 20 años nos vinimos a vivir en Ibiza porque teníamos familia y amigos aquí. Hace 7 años me separé. Sigo trabajando como ingeniero y mi actividad como empresario en Florando Ando la compagino también con trabajos como project manager. Y la música. Siempre la música.
-¿Cómo se conocieron?
P – Fue hace seis años. Nos conocimos en una fiesta. Carlos estaba tocando la guitarra y tuvimos un flechazo… Desde ese día estamos juntos. Hace tres años nos casamos.
-¿De dónde sale el interés por las flores?
P – En casa de mis padres y de mis abuelos siempre había centros de flores. De pequeña iba con mis abuelas y mi madre de paseo por el campo y volvíamos con flores, ramas y lo que encontrábamos en la naturaleza. Las tres siempre fueron súper artistas y decoraban mucho la casa, sobre todo en comidas y celebraciones, que hacían arreglos silvestres preciosos.
Por eso siempre que iba yo a comprar un ramo a una floristería lo desarmaba y rehacía a mi gusto. En mi familia hay decoradores y paisajistas, así que de alguna manera las flores siempre estuvieron presentes. En Ibiza mis amigas veían los arreglos que hacía, empezaron a hacerme pedidos de ramos, a pedirme que les decorara una mesa para una cena, y así empezó todo…
-¿Cómo funciona el binomio?
P – Bueno, yo me ocupo de toda la parte artística, la relación con el cliente, elección de las flores que vamos a plantar y Carlos, de la parte de logística, empresa y el huerto de flores.
Al principio yo empecé sola pero luego menos mal que Carlos, el ingeniero, se sumó, porque para nuestro huerto de cultivo ecológico y el lado empresarial había mucho por aprender y hacer. Al empezar con el proyecto empecé a publicar en Instagram, algo que había estado evitando, pero ya con la empresa entendí que era necesario. La verdad es que es una ventana al mundo espectacular y nos entra muchísimo trabajo a través de Instagram.
C – Yo tuve que capacitarme con cursos de floricultura. Empezamos durante la pandemia, sin tener idea. En un principio fue un huerto de verduras para nuestro consumo pero luego, Patricia me propuso asociarme con ella y me contó las ganas que tenía de cultivar flores.
P – Usar nuestras propias flores para los arreglos es un lujo. Elegir las variedades que queremos plantar, los colores y texturas es un proceso maravilloso.
Ver cómo crecen desde que plantamos las semillas y cuidarlas nos conecta con la naturaleza, que es mi fuente de inspiración, mi gran maestra.
-¿Pero compran también a mayoristas, imagino, por el tema del volumen?
P – Sí, claro, tenemos una huerta pequeña en casa y otra más grande en Juntos Farm y la intención es la de usar nuestras flores siempre que sea posible, pero a veces por cantidad o por necesitar variedades que no cultivamos, es necesario comprarlas.
Nosotros intentamos ser lo más sostenibles posible. Desde que empecé esta andadura mi obsesión fue hacerlo desde un respeto a la naturaleza. Me formé en Inglaterra y Madrid con floristas que tienen huertos de flores ecológicos y son parte de un movimiento que rechaza la espuma floral llamado no floral foam.
-¿Qué es eso, donde pinchan las flores en un arreglo?
P – Sí, son ladrillos de una espuma floral que es muy tóxica. Están hechas con lo mismo que el plástico y son muy contaminantes. Ahí es donde se clavan las flores. Me gusta más que las flores no estén rígidas, sino que tengan movimiento. Me gusta que mis arreglos respeten las formas naturales y el crecimiento de las flores.
C – La espuma floral las usan en la mayoría de las floristerías del mundo…
P – Y es lo peor, son muy tóxicos. No entiendo cómo se puede trabajar con la naturaleza para después contaminarla, porque no hay sistema de reciclaje para la espuma floral.
-¿Y que usáis?
C – Malla de gallinero y agua, como se ha hecho toda la vida.
-¿Qué efecto pensáis que tienen las flores en las personas?
P – [se le ilumina la cara] ¡De alegría! Traes la naturaleza a una casa, a un interior, para mi es alegría pura.
-¿Cómo son las temporadas?
P – Tenemos dos temporadas, las que se cosechan en primavera (se plantan en otoño – invierno) y las que se cosechan en verano y que se plantan a finales de invierno y en primavera. Algunas flores de verano duran hasta el otoño.
-¿De plantar a cortar cuánto tiempo lleva?
C – Depende la planta, pero más o menos unos 2,5 a 4 meses. Nosotros no compramos plantines, lo hacemos desde cero, desde la semilla pasando por invernadero; todo el proceso.
En breve empezamos con la siembra de las flores de la próxima primavera. Siempre es muy emocionante.
-¿Qué flores crecen fácil en el clima de Ibiza?
C – Hay muchas que crecen bien en la isla. En verano las dalias, las zinnias, los cosmos…
P- Y los amarantos, las celosías, entre otras.
C – En primavera cultivamos guisantes de olor, ranúnculos, iris, anémonas, ammi majus, Escabiosas y muchas más variedades.
-Vosotros sois como Juan Masedo que se ciñe mucho al clima mediterráneo por obvias razones o usáis flores de otros climas aprovechando que no se pretende que duren más que un momento?
P – Lo nuestro es un poco distinto, pero hay que plantar flores que se adapten al clima de la isla. Hay flores como las dalias que son originarias de México pero que se dan muy bien aquí..
C – Y también nos gusta utilizar flores silvestres y ramas locales.
-Hablemos del arreglo en sí, ¿en cuántas partes se divide?
P – Bueno a mí me gusta ser flexible y darme la libertad de fluir a la hora de hacer un arreglo, pero es verdad que un arreglo consta normalmente de las ramas para darle la estructura, la forma al arreglo. Las focales son las centrales, el relleno las que dan volumen y las que yo llamo las bailarinas que son las que aportan el vuelo, el gesto y el movimiento, lo que les acaba dando la personalidad.
Con las ramas se da la estructura y la altura. Yo estoy obsesionada con la proporción. Me gusta mucho la altura…
C – pero después hay que transportarla [reímos, sobre todo por la cara de Carlos que evidentemente queda claro es el que se ocupa de los traslados.]
-Es un proceso súper creativo.
P – Mucho. Juegas con formas, tienes colores, texturas, movimiento… no acaba allí.
-¿Y aromas?
P – En general las flores que usamos no tienen un olor intenso. Si hay algunas como los guisantes de olor que como su nombre indica sí que huelen (un olor buenísimo) pero en general no nos metemos en la combinación de aromas. Las fresias por ejemplo también huelen maravillosamente y las usamos, pero hay que tener en cuenta que hay clientes que son muy sensibles a los olores y hay que tener cuidado con eso. Utilizamos menta que tiene un olor delicioso ó jazmín ó albahaca.
-¿Y la personalidad del cliente es importante a la hora de hacer un arreglo, o lo que manda es el espacio?
P – Depende, a veces el cliente dice mi frase favorita “haz lo que te apetezca”, otras puede ser que conozco al cliente y sé que le encanta el azul y tiene su casa llena de azules, pues utilizo su complementario para crear contraste. En general me gusta crear diseños que reflejen el espíritu del lugar.
C – También juega el ambiente, si es una casa más campestre o moderna…
P – A mí me gusta esta sensación de llevar un pedazo de campo al interior de una casa. Al final es cómo me sale porque no tengo una formación de florista. Esto tiene sus inconvenientes ya que me falta un poco la parte más formal, pero su lado bueno es que tengo total libertad creativa.
-¿Es cierto eso de que plantar flores al lado del huerto vegetal es necesario?
C – Sí, sí, la idea es rodear la huerta como para protegerla. Plantamos tajetes, menta y otras variedades de aromáticas que repelen insectos o los atraen y así no se acercan tanto a las flores. Hay que formar un ecosistema. Tenemos abejas, que son una bendición.
-Y la Rosa qué marketing tiene, ¿no? Es la estrella del jardín…
P – Nosotros no usamos [risas], como mucho pétalos para tirarle a una novia
Si las cultiváramos sería otra cosa…las rosas de jardín son una belleza. Las que normalmente se encuentran en las floristerías no me gustan mucho.
-Pero si les contrato y quiero rosas, ¿Qué pasa?
P – Pues que si solo quieres rosas, ¡te has equivocado de florista [risas]!
Rosas de jardín mezcladas con otras flores por supuesto, pero sólo Rosas especialmente si son todas blancas yo no puedo [risas].
-¿Qué tipo de eventos hacéis?
C – Bodas, cumpleaños, aniversarios, cenas de empresas, eventos de marcas, sesiones de fotos. Nos piden muchos arreglos florales semanales para casas, clientes que quieren tener flores frescas en casa y les gustan las composiciones que hago… Para publicidad también. Nos llaman para pedir arreglos para mandar de regalo, para agradecer algo, etc. Hemos puesto flores para las fotos de los interiores de las casas de un libro de un arquitecto, para revistas de decoración. También ponemos flores semanales en hoteles y tiendas… Charo Ruiz siempre nos llama para sus campañas del Día de la mujer.
-¿Funerales?
P – No, me apetece más celebrar la vida.
-Yo tenía el prejuicio que la juventud de hoy u homo-digitalis como les llamo estaban abandonando la costumbre romántica de regalar flores, pero mi hija de 19 años me dice que sí, obviamente en cumpleaños, Sant Jordi y San Valentín pero que además esa generación está rompiendo un tabú regalando flores a hombres, ¿Cuál es vuestra experiencia en este sentido?
P – Yo creo que la belleza se valora siempre. No pasa de moda. No me imagino las flores pasando de moda. La naturaleza no pasa de moda.
C – Muchas veces nos hace encargos gente joven. O los recibe gente joven y siempre las caras son de sorpresa y alegría. Tenemos clientes jóvenes y muchos encargos de chicos para chicos, y de chicas para chicos también.
-Qué alegría, ¿hay esperanza!
P – Y también de gente joven para gente mayor…
-¿Cuando un ignorante va a comprar flores que debería tener en cuenta?
C – Quizás que sean de temporada, ¿no?
P – Que te gusten es lo más importante creo yo, y si se puede, comprar local. Pero que pregunten todo lo que no sepan, sin timidez.
-Cuando yo era joven había una creencia popular que cuando las flores están un poco tristes lo mejor es meterles aspirina en el agua, ¿es cierto?
P – Bueno, lo mejor es cambiar el agua. Poner agua fresca y darle un corte a las flores. Pero sí, la aspirina en el agua funciona. También el azúcar. Nosotros hay veces que ponemos azúcar y unas gotas de lejía.
C – Cambiar el agua cada dos días, darle un corte en diagonal porque si es plana se limita la entrada de agua al tocar el fondo y poner un reductor del PH como unas gotas de lejía.
P – Con estos consejos alargas un poco la vida de las flores en el jarrón, aunque para mí es muy poético ver cómo se marchita una flor. Me encanta el concepto japonés Wabi Sabi. La belleza de la imperfección, del paso del tiempo, de lo impermanente.
-Y lo de meterlas en la nevera en el caso de comprarlas por la mañana y el evento y por la noche? En los hospitales las meten en la nevera.
P – No, las metes en agua fresca, fuera del sol y en un ambiente aireado va bien.
-¿Qué os parece esta moda desde hace unos pocos años de flores comestibles?
P – Me encanta, hay muchas variedad pero nosotros no estamos en eso. Pero me encanta verlas en los platos.
-¿Tienes una flor favorita?
P – Las dalias son maravillosas y me encantan. Pero hay tantas flores que me fascinan…las agrostemas, los cosmos, las nigellas..
C – Y además dentro de cada familia hay variaciones o sea que las opciones son extensísimas.
-¿Hacéis cursos?
P – Sí, enseño a hacer arreglos florales en jarrón. Tengo uno próximamente en el agroturismo AguaMadera contratada por los organizadores de un retiro y como parte de las actividades les daré un taller.
-Cuando los bomberos limpian los campos como prevención de incendios debes de sufrir tú Patricia me imagino, ¿no?
P – Primero lo entiendo y lo agradezco, obviamente por temas de seguridad… pero sí, me da un dolor ver cómo cortan todas esas flores silvestres. Voy mirando siempre que voy en coche y paro para recoger o al menos para mandarle a Carlos la ubicación para volver más tarde porque, en esa cuneta … ¡en esa cuneta pasan cosas! [carcajadas]. Hay un ecosistema dentro maravilloso… ¡es que a mí me encantan las cunetas!
La foto de portada es de la fotógrafa Hester Marriot.