La ciudad de Ibiza ha conmemorado este miércoles el 25 aniversario de su declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, destacando a Dalt Vila como un símbolo vivo de su rica historia.
Los actos oficiales, encabezados por el alcalde Rafael Triguero, han reunido a autoridades como el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, el presidente del Consell de Formentera, Llorenç Córdoba, y el vicepresidente del Govern Balear, Antoni Costa.
La jornada ha incluido momentos únicos como la inauguración de una placa conmemorativa, una muestra fotográfica del libro «Quan la mar abraça la història» y un emotivo concierto de la Orquesta Sinfónica Ciutat d’Eivissa, con la participación de la violinista Lina Tur, Medalla de Oro de la Ciudad.
La velada culminó con un espectacular espectáculo de 220 drones que iluminaron el cielo con imágenes de los elementos patrimoniales de Ibiza y otras ciudades pertenecientes al Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad.
Un legado que une generaciones
El alcalde Triguero destacó en su discurso el valor de este reconocimiento internacional y su importancia para la ciudadanía. “Hoy celebramos un día para sentirnos orgullosos de nuestra ciudad. Mi objetivo es que este patrimonio sea disfrutado y sentido, especialmente por las nuevas generaciones, que deben aprender a valorar lo que significa ser parte de este legado único», expresó.
Triguero también hizo un llamado a continuar con el espíritu de consenso que marcó la declaración en 1999 para afrontar nuevos retos en el futuro.
Actividades que conectan pasado y presente
La programación comenzó con la inauguración de una placa conmemorativa y continuó con la muestra fotográfica instalada en el Claustro, que podrá visitarse hasta el próximo 31 de enero. El libro «Quan la mar abraça la història», creado para esta efeméride, reúne imágenes que capturan la esencia del patrimonio ibicenco.
Por su parte, el concierto de la Orquesta Sinfónica, celebrado en la Iglesia de Santo Domingo, incluyó piezas emblemáticas como Rapsodia Patrimonio de la Humanidad, de Villalonga, y la participación destacada de Lina Tur Bonet. El programa combinó clásicos como El sombrero de tres picos, de Manuel de Falla, y piezas que conectan música y patrimonio.
Un cierre de altura: drones y luz sobre Ibiza
El momento más esperado llegó con el espectáculo de drones, que ofreció una coreografía lumínica única en la isla, representando elementos icónicos de Dalt Vila y el resto de ciudades patrimonio. Esta innovadora exhibición simboliza la conexión entre la historia y la modernidad, reflejando el compromiso de Ibiza con la promoción y preservación de su riqueza cultural.
La celebración no solo puso en valor el legado histórico, sino que también reforzó el compromiso de la ciudad con la protección y divulgación de su patrimonio, consolidando su lugar como referente cultural en el Mediterráneo.
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