Baleares ha registrado un hito sin precedentes en el turismo. Hasta octubre de 2024, el archipiélago ha recibido 18.069.162 visitantes, superando por primera vez los 18 millones en un año antes de finalizar el ejercicio.
Este récord, según datos del IBESTAT y el INE, supone un crecimiento del 4,8% respecto al mismo periodo del año pasado, cuando la cifra total alcanzó los 17.854.981 turistas.
El liderazgo de Mallorca frente a los retos de Ibiza y FormenteraMallorca ha sido el principal motor de este aumento, con un incremento anual del 7,26%, consolidándose como el destino más demandado. Por su parte, Ibiza y Formentera han recibido 3.588.448 visitantes, lo que representa un ligero descenso del 1,71% frente al mismo periodo de 2023. Menorca, en cambio, se ha mantenido estable, registrando cifras similares al año anterior.
El perfil del visitante y sus preferencias
En términos de procedencia, el 82% de los turistas que llegaron a Baleares fueron extranjeros, destacando Alemania y Reino Unido como los principales mercados emisores. Ibiza y Formentera, en particular, mantuvieron un notable flujo de turistas británicos, con más de 285.000 visitantes en octubre, según el informe mensual del Instituto Nacional de Estadística.
El análisis del tipo de alojamiento preferido muestra una clara tendencia hacia los establecimientos hoteleros, que concentraron el 77,91% de las pernoctaciones. Sin embargo, las viviendas de alquiler turístico han experimentado una caída significativa del 19,89% respecto al año anterior, un dato que podría reflejar un cambio en las preferencias de los visitantes o el impacto de las regulaciones recientes en el sector.
El reto de las Pitiusas: sostenibilidad y competitividad
En Ibiza y Formentera, los datos evidencian retos en la captación de turistas. La disminución del 1,71% en las llegadas podría estar vinculada a factores como el aumento de costes en servicios turísticos, la competencia de otros destinos o incluso cuestiones vinculadas a la sostenibilidad, que han generado debate en las Pitiusas en los últimos años.
Con estos números, Baleares reafirma su posición como uno de los destinos turísticos más importantes del Mediterráneo. No obstante, las variaciones entre islas subrayan la necesidad de una estrategia adaptada que permita distribuir el flujo de visitantes de manera equilibrada y sostenible, maximizando el impacto positivo para la economía y minimizando la presión sobre los recursos locales.
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