La presión policial sostenida en el Campo de Gibraltar durante los últimos años ha obligado a las redes de narcotráfico a buscar nuevos territorios para operar.
Baleares se ha convertido en uno de los focos emergentes para estas actividades ilícitas, aprovechando su ubicación estratégica y la fragmentación geográfica de las islas.
Un nuevo mapa del narcotráfico
El narcotráfico en España ha comenzado a diversificar sus puntos de acción tras los intensos controles en el sur del país. Según el informe presentado en la Mesa de Coordinación Operativa (MECO), las organizaciones criminales han ampliado su radio de acción hacia regiones como Murcia, Girona y, especialmente, Baleares.
En las islas, estas redes han encontrado un terreno fértil para transportar y almacenar drogas, aprovechando tanto su conectividad internacional como las áreas portuarias y puntos menos vigilados. Este cambio en las rutas no solo representa un desafío para las fuerzas de seguridad, sino que también amenaza con generar nuevas dinámicas delictivas en la región.
Impacto del IV Plan Especial de Seguridad
Desde 2018, el IV Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar ha dado como resultado la incautación de 2.344 toneladas de droga y la detención de más de 28.000 personas. Estas acciones han debilitado las operaciones en el sur peninsular, pero también han desplazado la actividad delictiva hacia otros puntos del litoral español, incluyendo Baleares.
En 2024, el plan ha contado con una inversión de 37 millones de euros, destinados a reforzar las plantillas policiales y a la incorporación de tecnología avanzada para la lucha contra el narcotráfico.
Baleares: un nuevo desafío
La llegada del narcotráfico a Baleares representa un reto complejo para las fuerzas de seguridad. En las islas, la vigilancia marítima y terrestre debe adaptarse a la geografía local y a las nuevas tácticas empleadas por las organizaciones criminales, que buscan aprovechar cualquier vulnerabilidad en los sistemas de control.
Además, expertos advierten que no basta con la presión policial. Para frenar el impacto del narcotráfico, se necesita un enfoque integral que incluya educación y programas sociales destinados a evitar que los jóvenes sean captados por estas redes delictivas.