La noche del miércoles 11 de diciembre, Alfonso Rojo, presidente de la PIMEEF, ofreció un discurso cargado de reflexiones y advertencias durante la gala de los Premios PIMEEF 2024.
En su intervención, Rojo abordó los principales desafíos que enfrentan las pequeñas y medianas empresas (pymes) de las Pitiusas, desde la crisis habitacional hasta los costos crecientes y las normativas laborales desfasadas, sin dejar de mencionar las recientes medidas contra el intrusismo y la solidaridad empresarial en tiempos de crisis.
Una temporada de claroscuros para las empresas locales
Rojo abrió su discurso señalando que, aunque la temporada turística comenzó con fuerza, los resultados no fueron uniformemente positivos para todos los sectores. «Eran varias las voces que durante el verano anunciaban que no estaba siendo una temporada de récords», afirmó, explicando que el buen arranque fue seguido por un «ligero suavizamiento» en temporada alta que generó incertidumbre. Factores como el aumento en los costes de personal y la ampliación de plantillas desde el inicio de la temporada complicaron la rentabilidad.
«Imposible completar las plantillas sin poner más dinero encima de la mesa», aseguró Rojo, quien destacó el incremento del 18% en los costes desde 2019 debido a impuestos, cotizaciones y regulación excesiva, afectando directamente la productividad y el crecimiento de las pymes.
Críticas a normativas desconectadas de la realidad local
Uno de los puntos más álgidos del discurso fue su crítica a la normativa laboral vigente, que limita las horas extras en contratos temporales. Según Rojo, estas leyes empujan a los trabajadores a buscar ingresos adicionales en la economía sumergida.
«Con una ley que no permita hacer más de 40 horas extras en un contrato de 6 meses, no es realista», sostuvo. Aseguró que estas limitaciones perjudican tanto a empleados como a empresas y pidió una revisión urgente. «¿Nos ponemos a trabajar en serio o seguimos empujando a nuestra gente a las fauces de gentuza mal llamados empresarios?», cuestionó, dirigiéndose a sindicatos y legisladores.
Un tirón de orejas a la clase política
Rojo también dedicó un segmento de su discurso a criticar el «bloqueo político» que podría llevar a la prórroga de los presupuestos autonómicos. «Suena a broma que por sus desencuentros vayan a penalizar a sus ciudadanos y a sus empresas», dijo, comparando la inacción política con una hipotética paralización de inversiones en el sector privado.
«¿Imaginan que las empresas de Baleares congelásemos nuestros planes de mejora? Es insostenible», señaló, enfatizando que la falta de acción política aumenta la carga que ya soportan las pymes.
La vivienda: el gran desafío social
El acceso a una vivienda digna fue uno de los temas centrales del discurso de Rojo, quien no dudó en calificar la situación como “una lacra”. Explicó que las empresas locales se enfrentan a un doble reto: por un lado, garantizar condiciones de trabajo adecuadas para sus empleados; por otro, lidiar con los efectos de un mercado inmobiliario marcado por la especulación y los abusos.
«Alquilamos viviendas para nuestros empleados, pagamos sueldos más altos, pero el dinero se escapa como el agua entre los dedos mientras haya gente sin escrúpulos alquilando a precios abusivos y mercenarios realquilando sin el menor pudor», señaló Rojo, quien también hizo hincapié en la necesidad de perseguir estas prácticas ilegales. Según el presidente de la PIMEEF, estas acciones no solo perjudican a los trabajadores, sino que también generan un caldo de cultivo para la economía sumergida.
Reconocimientos y mensaje de unidad
A pesar del tono crítico, Rojo dedicó espacio para reconocer esfuerzos positivos. Celebró el inicio del curso académico en la Escuela de Hostelería y destacó que el porcentaje de pymes concursadas en Baleares es significativamente menor al de la media nacional, un hecho que atribuyó a la resiliencia del tejido empresarial local.
El cierre de su discurso estuvo marcado por un reconocimiento personal a José Raya Sánchez, de Punky Trance, por su trabajo en situaciones de emergencia. «Cuando tenía un tráiler bajo dos metros de agua en una zona devastada, lo primero que se le ocurrió fue: ¿Cómo puedo utilizar mi empresa para ayudar? ¿Cómo puedo usar mi personal y conocimiento para los demás?», narró emocionado. Con estas palabras, Rojo destacó el espíritu solidario que define a los empresarios pitiusos.
Al finalizar, Rojo hizo un llamado a la unidad entre empresas, sindicatos y administraciones para abordar los desafíos que enfrentan las pymes locales. «Podemos seguir haciendo trampas al solitario o coger el toro por los cuernos», sentenció, instando a un compromiso real para transformar los problemas en soluciones concretas.
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