Los periodistas Antonio Montero y Marisa Martín Blázquez desvelaron la semana pasada estar en posesión de un material inédito y muy comprometedor de Juan Carlos I en el programa de Ana Rosa Quintana TardeaAR, de Telecinco. Según avanzaron, el reportaje podría ver la luz muy pronto.
Las imágenes a las que se refirió la pareja de periodistas corresponden a una tórrida escapada del Rey en compañía de su amante mallorquina, Marta Gayá, en septiembre de 1999.
El Rey desnudo ‘cazado’ desde un acantilado
La escena se produjo a bordo del antiguo Fortuna, barco propiedad de Patrimonio del Estado, el domingo 5 de septiembre del citado año. Las imágenes fueron tomadas desde un acantilado de la costa norte de Menorca próximo al pueblo de Fornells, en el municipio de es Mercadal, mientras el yate estaba fondeado muy cerca de la costa en un lugar inaccesible y en teoría ajeno a miradas indiscretas que pudieran perturbar el encuentro.
La escapada de la pareja se inició el sábado. Horas después de la tradicional cena oficial que celebraba todos los años el monarca y su familia junto a la sociedad civil de Baleares en el palacio de Marivent, Juan Carlos I se embarcó junto a su amante en el Fortuna desde Porto Pi rumbo a Menorca.
Escapa discreta y sin casi seguridad del Rey
Con una escasa dotación de seguridad y sin dar aviso a las fuerzas de seguridad de la isla para evitar filtraciones, la nave fondeó en el puerto de Fornells el sábado por la noche. Lo hizo de forma discreta. Se colocó entre el resto de embarcaciones que estaban fondeadas en la bahía y sin ningún tipo de medida de seguridad adicional para no llamar la atención.
La pareja se quedó en todo momento en el interior el barco. No llegó a bajar a tierra para no despertar la curiosidad de vecinos y turistas del pintoresco pueblo de pescadores, parada obligatoria de todo visitante a la isla de Menorca y famoso por sus restaurantes especializados en servir la típica y apreciada caldereta de langosta.
El menú del Rey: una caldereta
Según desvelaron Montero y Marín Blázquez, uno de los restaurantes del pueblo les acercó una caldereta de langosta a bordo.
Tras pasar la noche fondeados, el domingo por la mañana el Fortuna recaló en una recóndita cala de la escarpada costa norte de Menorca. Una embarcación neumática auxiliar protegía al Fortuna de las miradas indiscretas desde el mar y un puñado de escoltas se apostaron a lo alto del acantilado para garantizar que no hubiera riesgo de ser cazado. Algo que no lograron a la vista de las imágenes inéditas.
Tórrido momento del Rey y su amante
Fue en ese momento cuando un paparazzi logró inmortalizar el tórrido momento vivido entre Juan Carlos I y su amante. Apostado a gran distancia y equipado con un potente teleobjetivo captó al entonces rey de España saliendo del mar desnudo tras haberse dado un refrescante chapuzón después del tórrido encuentro que acaban de vivir.
Mientras el rey se bañaba, Marta Gaya estaba sentada en la bañera del Fortuna protegida con una gorra con visera.
La secuencia inmortalizada recoge el momento en el que el rey sube desnudo por la escalera de popa del yate. Al acceder al barco, se cubre con un albornoz blanco.
Ambos degustan una botella de cava tal pareja de enamorados que está disfrutando de un dominical jornada marinera en un entorno paradisiaco.
El Fortuna puso rumbo a Mallorca el domingo por la tarde sin que nadie percibiera su presencia.
El Rey: al desnudo y sin protección
El reportaje, «de buena calidad» en palabras del paparazzi Antonio Montero, nunca ha sido publicado, algo que podría suceder en próximas fechas tras las revelaciones hechas en el programa de Ana Rosa Quintana y después de que haya caído la protección mediática de la que había gozado el monarca durante su reinado. Juan Carlos, envuelto en multitud de escándalos, tampoco dispone en estos momentos de la protección del aparato del estado inherente a su condición de Jefe del Estado y máxima autoridad del país.
Uno de los últimos viajes en el ‘Fortuna’
Esta travesía fue una de las últimas del viejo Fortuna. Una décadas antes, en 1988, el yate protagonizó un bochornoso incidente cuando quedó a la deriva rumbo a Menorca con el príncipe Carlos y el príncipe Felipe a bordo.
El episodio motivó que Juan Carlos I empezara a pensar en sustituir la segunda unidad bautizada como Fortuna por una nueva embarcación.
El Fortuna II en el que protagonizó el tórrido encuentro fue un regalo del rey Fahd de Arabia Saudí. Un año antes el rey fue fotografiado tomando el sol desnudo en su cubierta en 1998.
Asimismo, esta es la embarcación en la que ETA le tuvo en el punto de mira en varias ocasiones en Porto Pi.
El nuevo ‘Fortuna’, un regalo de Baleares
Un año después de las imágenes con Marta Gaya, el Rey estrenó el Fortuna III, regalo del Govern balear y de una veintena de empresarios de Baleares quienes pensaron que era una buena manera de promocionar las islas garantizando la presencia estival de la Familia Real de por vida.
Eran otros tiempos, ya que la Casa Real no había empezado a acumular escándalos y nada se sabía de los andanzas del monarca, su patrimonio ni del caso Noos, protagonizado por su entonces yerno Iñaki Urdangarin.
En 2013, renunció a su uso y Patrimonio del Estado lo devolvió a la fundación creada a tal efecto y que lo acabó vendiendo a precio de saldo.