Micaela Flores Amaya, conocida artísticamente como La Chunga, ha fallecido este viernes a los 87 años, según ha confirmado su hijo, Luis Gonzalvo. La bailaora y pintora deja un legado inolvidable en el arte flamenco y la pintura.
Luis Gonzalvo explicó que su madre había estado «entrando y saliendo del hospital» durante días debido a una enfermedad prolongada: “Es triste y nunca es una noticia agradable, pero también ha habido un progreso largo de una enfermedad y entonces lo asumes un poco mejor”, expresó.
Homenaje a una vida de arte y pasión
La actriz y amiga de la bailaora, Charo Reina, lamentó su pérdida en una llamada telefónica al programa Y ahora Sonsoles: “Bailaba descalza y su movimiento de manos era algo espectacular. Era una mujer de raza”, recordó con admiración.
Nacida en Marsella en 1938, La Chunga se crió en un humilde barrio de Barcelona. A los seis años comenzó a bailar descalza en bares, donde fue descubierta por el pintor Paco Rebés en una de sus actuaciones callejeras.
Su estilo único llamó la atención del célebre Salvador Dalí, quien le propuso un proyecto artístico excepcional: crear pinturas con los pies. Al compás de la guitarra de Ramón Gómez, La Chunga bailaba sobre lienzos impregnados con pintura, dando vida a una técnica artística única.
Reconocimiento nacional e internacional
La Chunga no solo triunfó en los tablaos flamencos de España, sino que también dejó su huella en el extranjero. Sus obras fueron expuestas en ciudades como Madrid y París, y durante las décadas de 1960 y 1970 recorrió la Costa Brava y escenarios internacionales, convirtiéndose en uno de los nombres más destacados del flamenco.
Durante más de 20 años, su figura estuvo asociada a los tablaos flamencos más icónicos del panorama nacional e internacional, consolidando un legado artístico que trasciende generaciones.