En una tarde de primavera en medio del invierno y el sol, en su retiro, baña de dorado los pinos de Santa Gertrudis cual último regalo del día.
Voy de camino al encuentro de Sophie Costes (París, 1974), terapeuta psicocorporal y de la ayurveda, y también fundadora del Waterness Journey™.
Siempre he pensado que la Seguridad Social se queda corta a la hora de incluir terapias alternativas que son muy necesarias, pero claro, quizá no interesa.
Creo que en general la mayoría de las personas hemos sido educados para no oír a nuestros cuerpos y darles lo que piden sin rodeos.
Sumerjámonos en el mundo de la terapia acuática, entre otras, para conocer las opciones que ofrece esta terapeuta dedicada a hacer brillar el poder intrínseco de los cuerpos.
-¿Cómo comienza tu historia?
-Nací en París. Me crie en París y en Suiza, en la parte francesa, estudié Bellas Artes y por fortuna empecé a trabajar en una galería de arte contemporáneo donde estuve varios años con artistas internacionales… muy apasionante. Pero de pronto dejé todo para mudarme a Barcelona y comenzar una nueva vida a partir de descubrir que tenía un cuerpo y mi deseo de habitarlo. Entonces empecé estudiando yoga, luego continué ayurveda y mientras, a la par, estuve trabajando dos años en el Museo de Picasso en Málaga. Estaba dividida entre el arte y el cuerpo. Estuve trabajando en el nacimiento del museo, un proyecto muy bonito. Al acabar, me marcho a India a aprender Vipassana o retiros en silencio y acabé 10 años viviendo en India aprendiendo todo tipo de cosas. Al final acabé en Goa trabajando con masajes ayurvédicos y descubrí los trabajos en agua. O sea que desde 2007 que me considero terapeuta dedicándome a estas cosas desde entonces.
Antes y durante el confinamiento también he estudiado Terapia Corporal Integrativa en la escuela T.C.I. de Barcelona que proporciona mucho entendimiento desde el abordaje de la biodinámica, bioenergía y el Gestalt entre otros para acompañar a otros en el viaje del autoconocimiento. Esto no sólo me ha hecho mucho bien como terapeuta sino además ha sido muy importante para mi propio viaje interior.
Masajistas hay muchos y en agua también, pero creo que es muy importante que para los que quieren formarse en esto, sabiendo que los cuerpos conservan toda las vivencias humanas y que tocándolos podemos acceder a lugares muy profundos, si no tenemos las herramientas necesarias para acompañar y sostener a la persona quizá podemos retraumatizar. Esto es muy importante. Como docente y terapeuta también recomiendo el centro de Gestalt que se llama “Cercle de consciencia» que lo llevan terapeutas y profesionales con mucho corazón.
-¿Cómo acabas en Ibiza?
-Siempre he tenido conexión con la isla, al principio por la fiesta cuando era joven pero luego en 2013 trabajando desde hace 6 años en Goa con Roger White quién decide dejar su piscina allí y mudarse a Ibiza para un nuevo proyecto, y me preguntó si quería venir y dije que sí. Desde 2013, estoy estable en la isla haciendo sesiones en piscina y tratamientos en agua.
-El ser humano es 70% agua, lo más lógico sería que estuviéramos más conectados a terapias que impliquen sumergirse en el mismo elemento al que pertenecemos, puedo ser ignorante pero creo que se hace muy poco con esto.
-Hay más de lo que crees, y se está expandiendo sobre todo en spas y hoteles. Cada vez hay más gente que conoce este tipo de terapias. Y más acceso también. Piensa que las terapias en aguas se inventaron en los ochenta, así que ya hay un recorrido. Y hay países que por la temperatura del mar tienen más actividad en el agua porque no necesitan piscina climatizada. México es un ejemplo de esto.
-¿Qué son las sesiones Waterness Journey™ de terapias acuáticas que ofreces?
-Empieza con un diálogo con la persona interesada para entender cuáles son las motivaciones, su relación con el agua… hay gente que viene con fobia al agua, otra que viene sólo por el bienestar de la experiencia, a otros les interesa el movimiento en suspensión… La charla inicial es para darme una idea general, luego flotando en superficie hago unos masajes de apertura del cuerpo y luego si quiere hacemos también sumergidos. Lo interesante de las terapias acuáticas al restar la gravedad es que permite al cuerpo expresarse libremente, de forma pre-cognitiva, generando una liberación somática. Digo, emociones cargadas en el sistema que salen con el movimiento y te libera de tensiones cambiándote la vida porque una vez que destrabamos eso, la energía del cuerpo circula libremente otra vez potenciando el poder del cuerpo.
-Yo digo que todos tenemos como una cajita en el pecho donde ponemos los pendientes, esas palabras que debimos decir y que no dijimos, ese llanto que debimos soltar y reprimimos y que quedan guardados allí y que nos traban…
-Y también a veces sólo el hecho de gozar, o estar en una relación muy sensual con uno mismo en esa agua caliente a casi la temperatura del cuerpo, con los ojos cerrados y los oídos debajo del agua, en un estado primario porque somos todos seres acuáticos… oceánicos… y cuando somos gestados flotamos en líquido amniótico calentito donde hay sensaciones y percepciones, y esta terapia te reconecta con eso.
-Hay en EE.UU. una terapia que se está poniendo de moda que consiste en flotar en una cápsula de agua caliente y salada a oscuras para el aislamiento sensorial, que dicen que no es fácil y que no es para todo el mundo…
–Bueno, cada uno es diferente, a uno le puede dar miedo y a otro placer. Cada uno con quién es tiene su propia experiencia. A mí, por ejemplo, estar encerrada en una cápsula no me parece muy agradable la verdad pero igual lo hago y me gusta.
-Sí, claro, a otra persona le puede gustar el encierro porque le recuerda el vientre de su madre cuando era un feto… digo, por la contención.
-La subjetividad de cada persona, pero a mí, más que estar en el vientre de mi madre, lo imagino cómo estar muerta en el cajón [risas].
Cada uno tenemos un filtro hacia la vida y lo interesante es encontrar esa resonancia de la palabra que para ti significa una cosa y para otra, otra, pero encontrar la esencia de la persona y desde ahí trabajar las emoción. Es importante que nunca haya juicio, porque en un contexto terapéutico todo puede ser. Dentro de una ambiente terapéutico sano es fundamental para que las personas puedan acudir sabiendo que serán aceptadas.
-Claro, e importante para la apertura, que si, por el hecho de llegar hasta ti demuestran la voluntad de entregarse pero si no se entregaran al proceso te deja a ti como terapeuta atada de manos.
-Trabajas con lo que hay. Si ese cuerpo en ese momento no se entrega, yo no soy nadie para forzarlo. Si parece un trozo de madera flotando en el agua pues esa es su realidad. La pregunta es por qué está en ese estado, pero si no me lo ha dicho, no voy a forzar por una cuestión de respeto, y en ese espacio, permitir que la persona avance porque se acaba relajando.
Yo a menudo tengo gente que viene de 3 a 6 sesiones. Yo recomiendo, si es posible por tiempo y dinero para la persona, que haga al menos 3 sesiones. Es un buen tiempo para crear esa confianza, para poder procesar y cerrar lo que haga falta. Otros vienen a una sesión por el disfrute de la sesión solamente.
-¿Cuánto dura la sesión?
-Treinta minutos de charla y una hora en el agua.
-¿Haces partos?
-No, pero doy acompañamiento al embarazo, soy docente y colaboro con un instituto en Madrid que se llama WATSUPATH, el primer instituto de formación de Watsu® en el mundo especializado en el ámbito terapéutico, gestionado por profesionales de la salud, que se dedica en terapias acuáticas. Uno de mis cursos se dedica al acompañamiento durante el embarazo.
-Dicen que parir en agua es mucho mejor para la madre y el bebé que el parto tradicional.
-Pues mira, yo probé parir en agua y estaba tan a gusto que al final pasaban horas y no paría [carcajadas]. Yo no trabajo durante el parto si no antes, preparo psicológicamente y físicamente a la madre orientada a la apertura a través de técnicas de relajación. Acompañar y sostener. Estar embarazada no es siempre un camino de rosas, hay veces que hay complicaciones físicas y/o emocionales y lo importante es dar seguridad a la madre desde su interior.
-¿En qué consisten los masajes ayurvédicos y cuáles son los efectos?
-Bueno, por ejemplo si estoy con un hombre como tú, pequeñito y flojo [carcajadas porque si hay algo que no soy es pequeñito mi flojo] voy a intentar un masaje suficientemente profundo para generar apertura y para fomentar una circulación energética nueva. Puedo usar mis manos o mis pies. Ayurveda se trabaja con aceites esenciales y, según se percibe el cuerpo, con más o menos presión. Pero básicamente es nutrir el cuerpo para mantener el equilibrio, utilizando diferentes aceites que se usan teniendo en cuenta qué tiempo hace, la temporada y el estado emocional de la persona. También es importante decir que se tratan mucho las articulaciones a través del calor de la frotación.
-¿Cuál es la diferencia para el terapeuta y el masajeado entre los masajes con las manos y aquellos realizados con los pies?
-Es básicamente permitir al peso de mi cuerpo bajar al cuerpo del masajeado. Tengo una cuerda colgada del techo o uso bastones cuando voy a domicilio y no puedo colgar la cuerda que uso para darme equilibrio extra a la hora de realizar el masaje. Tengo una pierna en el suelo y con la otra la deslizo, y es más profundo que con las manos. Es como un baile que cubre el cuerpo entero con un solo paso. Es increíble, y a la gente le encanta. Es un masaje típico de Kerala en India donde hay un arte entre baile y un arte marcial muy conocido, el Kalaripayatt, donde guerreros que saltan súper alto en el espacio y que van con máscaras o la cara pintada con un cuchillo que se llama kris. Ellos se dan esos masajes para flexibilizarse antes de las ceremonias que hacen. Yo lo aprendí de una mujer, de un maestro de Kalaripayatt en 2004. Y también lo enseño.
-¿Cómo se le explica a la gente lo importante que es tener un cuerpo descontracturado, que fluya, que esté conectado entre los planos cuerpo, alma y mente, etc? Porque esto no se enseña en el mainstream educativo, jamás hablan del poder de la respiración, de lo dañino que es respirar por la boca y de la importancia del equilibrio.
-La respuesta a esa pregunta es muy amplia, pero diría que que en la visión capitalista alopática cuando hay un fallo en el cuerpo se va directamente al problema y no al origen del problema. No hay una visión holística donde implica que cada parte del cuerpo está unida al resto, que somos un conjunto de materia desechable pero que también somos energía y emociones, espíritu y que hay que conocerse a uno mismo para mantener el equilibrio. Y cada uno es un mundo en sí mismo, estamos hechos de diferentes proporciones y vivencias, y tu sistema nervioso no va a reaccionar igual que el mío, etc. El equilibrio pasa por entender cómo funciona nuestro cuerpo. Pero en esta sociedad en que vivimos no se proyecta la imagen de uno mismo dándose el tiempo necesario para el autoconocimiento.
A mi niño de 9 años le inculco mucho esto, y cuando está estresado o ansioso le digo que respire unos minutos para autorregularse, etc, y creo que esta generación podría aprender de jóvenes esto pero la mía y la tuya fueron educadas en que el cuerpo es una cosa para ir del punto A al B.
-¿Y cómo ves el panorama ahora mismo, hablo del daño que están haciendo las redes sociales en la juventud donde los llevan a un plano tan frívolo donde el cuerpo pareciera que sólo sirve como carnada?
-Es como una estrategia apropósito para enseñar a disociar el cuerpo del alma. Es muy tarde creo yo para preguntarse cómo evitar las pantallas, lo importante para mí, como madre, es tener conciencia de las consecuencias que conlleva el abuso de la tecnología y, por tanto, tener límites. Y lo otro es incrementar la relación con la naturaleza, esto es fundamental. Hay que fomentar que los niños suden en el campo corriendo, que toquen la tierra y que se ensucien, que jueguen fuera.
-Y el contacto interpersonal real, físico, también ¿no?
-Sí, totalmente.
-¿Pero tú eres optimista o pesimista del futuro?
-Es una buena pregunta… Yo creo que soy más optimista porque veo los cambios en mí, y si yo puedo cambiar creo que todos pueden también. Pero digamos, para ser sincera, soy optimista con algunas caídas en el pesimismo. [risas].
Más información en www.sophiecostes.com
[todas las fotos fueron suministradas por la entrevistada]
