Un jet privado procedente de Las Vegas aterriza en el aeropuerto de Ibiza en pleno verano de 2021. A bordo, un grupo de 30 personas, entre ellas, Salman Behbehani, DJ, jugador de póker profesional y proveniente de una de las fortunas más grandes de Kuwait tal como expone la revista Forbes. Pero lo que parecía la llegada de otro magnate de la noche ibicenca terminó en una de las detenciones por narcotráfico más mediáticas de los últimos años.
Es por ello que en estos momentos, Behbehani se sienta en el banquillo de los acusados en la Audiencia Provincial de Palma. El juicio ha comenzado hoy, tras un aplazamiento en octubre por problemas de salud del acusado. La Fiscalía sostiene que la cantidad de drogas incautadas prueba su intención de traficar, mientras que su equipo legal defiende que eran para consumo personal en una celebración privada.
El control de equipajes reveló una gran cantidad de sustancias ilícitas en su poder: 83 gramos de cocaína, 348 gramos de ketamina, 52 gramos de MDMA y 543 gramos de cannabis, valoradas en 26.514 euros en el mercado negro. La Guardia Civil lo arrestó de inmediato y la Fiscalía lo acusó de tráfico de drogas, delito por el que ahora enfrenta una petición fiscal de nueve años de prisión y una multa de 53.000 euros.
Un juicio marcado por los retrasos y la expectación mediática
El juicio debía celebrarse en octubre del año pasado, pero fue aplazado por problemas de salud del acusado. Ahora, la Audiencia Provincial de Palma reanuda el proceso, que ha comenzado hoy y se extenderá hasta el 28 de febrero.
Behbehani ha llegado este jueves al tribunal con media hora de retraso, según informa Última Hora Mallorca, acompañado de tres abogados, dos mujeres y un hombre, que llevan su defensa. Su equipo legal sostiene que la droga no estaba destinada a la venta, sino que era para consumo privado en una celebración. Sin embargo, la Fiscalía argumenta que la cantidad y variedad de sustancias, así como las circunstancias de su entrada en España, justifican la acusación por tráfico de drogas.
La relevancia del caso ha llamado la atención de los medios internacionales. Behbehani no es solo un DJ y jugador de póker, sino que pertenece a una de las familias más ricas de Kuwait, propietaria de un imperio empresarial que figura en el puesto 19 de la lista Forbes de las 100 mejores empresas familiares árabes en Oriente Medio.

Del póker a los tribunales: la historia de un millonario con problemas con la justicia
Salman Behbehani, de 37 años y nacionalidad estadounidense, es una figura bien conocida en los torneos de póker. A lo largo de su carrera, ha ganado casi tres millones de dólares en competiciones en vivo, incluyendo un premio de 600.000 dólares en una sola partida. Su estilo de vida ha estado marcado por el lujo y la exclusividad, con frecuentes apariciones en eventos de alto nivel y en destinos como Ibiza, Dubái y Mónaco.
El 14 de julio de 2021, llegó a Ibiza como lo hacía cada verano, esta vez acompañado de un séquito de 30 personas en un jet privado procedente de Las Vegas. Su entrada a la isla, sin embargo, no pasó desapercibida. Un control rutinario de equipajes en el aeropuerto destapó el cargamento de drogas que llevaba consigo. El hallazgo fue lo suficientemente contundente para justificar su detención inmediata.
Tras pasar un tiempo en prisión preventiva, fue puesto en libertad bajo fianza a la espera del juicio. Ahora, la Audiencia Provincial de Palma decidirá si las pruebas presentadas son suficientes para condenarlo o si acepta la versión de su defensa.

Una causa judicial con final incierto
Las próximas 48 horas serán clave para determinar el futuro del DJ y empresario. La Fiscalía mantiene que la cantidad de drogas incautadas y el contexto en el que ingresaron a España prueban que no eran para consumo personal, sino que tenían una clara finalidad de distribución.
Por otro lado, la defensa insiste en que no hay indicios de que Behbehani intentara vender las sustancias y que se trataba de una cantidad justificada dentro del consumo habitual en el entorno en el que se movía.
El juicio está en marcha y la expectación crece. La imagen de Behbehani, un hombre acostumbrado a las cartas y el riesgo, ahora enfrenta una partida mucho más peligrosa, con un posible destino tras las rejas. La última jugada está en manos del tribunal.