MEDIOAMBIENTE

Alerta por la expansión de la hormiga eléctrica: riesgo potencial para Ibiza

La Wasmannia auropunctata, una de las especies invasoras más agresivas del planeta, sigue ganando terreno en el Mediterráneo. Aunque en Ibiza no se han registrado focos, expertos advierten del peligro real de su llegada si no se refuerzan los controles.

Hormiga eléctrica
La peligrosa hormiga eléctrica

La llamada hormiga eléctrica (Wasmannia auropunctata), considerada una de las especies invasoras más peligrosas del mundo, continúa su avance por la costa española. En los últimos meses se ha confirmado su presencia en Málaga, Elche y Tenerife, donde se han detectado supercolonias en zonas urbanas y naturales. Y se encienden las alertas en Ibiza.

Aunque en la isla no se ha registrado su presencia hasta ahora, diversos especialistas en biodiversidad y control ambiental alertan de que el riesgo de entrada es elevado, especialmente por el alto tráfico turístico y comercial que conecta las pitiusas con otras zonas afectadas, según advierte el sitio Sport.es.

¿Qué es la hormiga eléctrica y por qué preocupa?

Originaria de América Central y del Sur, la Wasmannia auropunctata mide apenas 1,5 milímetros y presenta un color marrón dorado. Sin embargo, su impacto es desproporcionado respecto a su tamaño.

Forma supercolonias con múltiples reinas, se reproduce a gran velocidad, desplaza a especies autóctonas y puede provocar dolorosas picaduras tanto en humanos como en mascotas. En animales, incluso puede llegar a causar ceguera por infecciones oculares.

Según entidades especializadas, su capacidad de adaptación a jardines, urbanizaciones, hoteles y entornos turísticos convierte a esta hormiga en una amenaza potencial para Ibiza, no solo a nivel ecológico, sino también económico.

Ibiza: sin focos detectados, pero con factores de riesgo

Actualmente no hay constancia científica ni detecciones de esta especie en Ibiza ni en Formentera. Sin embargo, los expertos subrayan que la isla reúne varios factores de riesgo, como la alta conectividad aérea y marítima, especialmente con zonas donde la hormiga ya está presente, o la importación de plantas ornamentales y sustratos, principal vía de entrada de esta plaga.

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De establecerse en Ibiza, la hormiga eléctrica podría tener consecuencias graves para la biodiversidad local, afectando a insectos, aves, anfibios y reptiles. Además, la colonización de espacios privados o turísticos de alto nivel —como jardines de villas o puertos deportivos— conllevaría costes de desinfección elevados y complicaciones sanitarias y logísticas.

Llamamiento a la prevención

Desde sectores vinculados al medio ambiente se insiste en la necesidad de actuar antes de que aparezca el problema.

En ese sentido, se reclama al Govern balear y al Consell Insular de Ibiza el refuerzo de los controles de entrada, especialmente en los puntos de inspección fitosanitaria de mercancías, y campañas de vigilancia activa en zonas sensibles.

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