Telefónica ha dado un paso estratégico en plena negociación de su expediente de regulación de empleo al incorporar a Andoni Ortuzar al consejo de administración de Movistar Plus. El que fuera presidente del PNV durante más de una década se suma así a la cúpula de la filial audiovisual, donde también ha sido nombrado Marcos Contreras, consejero de CriteriaCaixa.
Por qué fue fichado Andoni Ortuzar
El cambio se debe a que la compañía busca fortalecer su capacidad de interlocución pública y su lectura del contexto regulatorio en el que opera el sector audiovisual, según comunicaron fuentes de la empresa.
La trayectoria de Ortuzar resulta especialmente valiosa en ese terreno: antes de su extensa etapa al frente del PNV, el dirigente ejerció como periodista y ocupó la dirección general de EITB, cargo que le otorgó una amplia experiencia en comunicación, medios y gestión institucional.
La actualización del consejo se produce en un momento sensible para la compañía, participada en un 10% por el Estado, que mantiene abierta la negociación de un ERE que afectará aproximadamente a 5.000 empleados. En paralelo, el grupo continúa reordenando su estructura y revisando sus estrategias en un mercado audiovisual cada vez más competitivo.
El PNV respalda la llegada de su antiguo presidente
Desde la formación jeltzale, el nombramiento se interpreta como un paso natural para Ortuzar tras abandonar la primera línea política. La secretaria del EBB, Maitane Ipiñazar, defendió públicamente que su exdirigente está “plenamente capacitado” para asumir responsabilidades en el sector privado y recordó que cualquier político tiene derecho a retomar su carrera profesional fuera del ámbito institucional.
Ipiñazar destacó que Telefónica haya tenido en cuenta su experiencia en el ámbito de la comunicación y la gestión de medios públicos, y subrayó que el partido acoge el fichaje “con absoluta normalidad”.
EH Bildu denuncia un nuevo caso de puertas giratorias
La reacción de EH Bildu se situó en el extremo opuesto: la coalición abertzale lamentó lo que considera una práctica reiterada en la política española: la transición de cargos públicos hacia empresas con fuerte implantación institucional.
Según señalaron fuentes del partido, este tipo de movimientos “alimentan el descrédito” y generan “cansancio social”, al percibirse como beneficios derivados de la proximidad partidista.
EH Bildu advirtió de que fichajes de este tipo erosionan la confianza en la gestión pública y pidió un compromiso firme para erradicar el “amiguismo” y reforzar la ética política.
