Angelina Jolie revolucionó el Festival de San Sebastián con una aparición tan breve como intensa. La actriz y directora estadounidense participó este domingo en la presentación de Couture, filme dirigido por Alice Winocour que compite en la Sección Oficial del Zinemaldia. Durante su intervención, Jolie ofreció un testimonio personal y desgarrador sobre el cáncer, la libertad de expresión y su visión crítica de la actualidad en Estados Unidos.
Una visita relámpago cargada de emoción
La presencia de Jolie en San Sebastián no se confirmó hasta el miércoles previo al evento, ya que actualmente se encuentra en pleno rodaje de la serie Anxious People en Londres, dirigida por Marc Forster. Aun así, la actriz quiso estar presente para apoyar la película en la que participa como actriz y productora.
Su llegada al Hotel María Cristina fue discreta, accediendo por una puerta de servicio al mediodía. Por la tarde, pisó la alfombra del Kursaal para asistir a la gala de Couture. Durante la proyección, tuvo lugar la rueda de prensa, en la que estuvo acompañada por parte del equipo, entre ellos Louis Garrel. Tras el evento, Jolie regresó a Londres.
Couture: moda, cáncer y narrativa femenina
La película en la que participa Jolie narra la historia de varias mujeres conectadas con la semana de la moda de París: una modelo africana, una costurera, una maquilladora y una directora de cine de terror. Esta última, Maxine Walker, interpretada por Jolie, enfrenta un momento clave: recibe una llamada urgente de su médico desde Estados Unidos que le advierte de un posible cáncer de mama agresivo.
La narrativa de Couture se construye como un mosaico de vivencias, con un enfoque íntimo y combativo. “Existe efectivamente en ambas películas una guerra y una esperanza por lograr una vida sin sufrimientos”, explicó Jolie en la rueda de prensa, haciendo un paralelismo con su ópera prima como directora, En tierra de sangre y miel.
Una experiencia personal llevada a la pantalla
En 2013, Jolie se sometió a una doble mastectomía preventiva tras conocer que tenía una mutación genética que elevaba su riesgo de padecer cáncer de mama. Posteriormente, también se le extirparon los ovarios. En San Sebastián recordó: “Perdí a mi madre y a mi abuela por ese cáncer. En mi caso esas operaciones han sido mi elección, cuando en general muchas otras mujeres no pueden elegir”.
La actriz subrayó la importancia de representar en pantalla el viaje físico y emocional de las mujeres que enfrentan esta enfermedad: “Es muy importante que también lo conozcan los hombres”, dijo con firmeza.
El cine como espacio de encuentro y sanación
“Quiero creer que siempre estamos unidos como seres humanos, y a eso ayuda el cine cuando nos reúne en una sala a oscuras para compartir”, expresó Jolie, visiblemente emocionada. Aseguró que participar en Couture fue un proceso sanador para ella.
La actriz también reveló que durante el rodaje usó un collar que pertenecía a su madre, Marcheline Bertrand, como forma de sentirse acompañada. En otro momento de la rueda de prensa, al hablar de su madre, tuvo que interrumpirse por la emoción: “Me emociono mucho, así que no puedo responder porque lloro”.
Una crítica directa a la situación actual de Estados Unidos
Uno de los momentos más comentados fue cuando se le preguntó por sus miedos actuales. Tras una pausa prolongada, Jolie respondió con contundencia: “Amo a mi país, pero no lo reconozco en este momento. Son tiempos muy difíciles. Mi familia, mis amigos, mi visión del mundo es internacional. Y cualquier cosa en cualquier parte del mundo que divida o que limite las expresiones y libertades de las personas me parece muy peligrosa”.

La actriz se mostró crítica con las restricciones a las libertades individuales, un tema que ha abordado también en su faceta como activista y embajadora de ACNUR.
Entre el arte, la política y lo íntimo
Jolie habló poco, pero sus palabras marcaron la jornada. Cedió protagonismo al resto del elenco y a la directora, pero cada intervención suya fue precisa y cargada de significado. “La mujer no se dejó devorar por la estrella”, apuntaron algunos cronistas presentes en el acto.
Su paso por el Festival de San Sebastián fue breve, pero dejó una huella imborrable. Desde su sinceridad hasta su activismo, Jolie demostró que su compromiso con las causas humanas es tan fuerte como su presencia escénica.
En un solo día, combinó el glamour del cine con la profundidad del testimonio personal, llevando al Zinemaldia una de las intervenciones más emotivas y significativas de esta edición.