Un espectacular accidente de tráfico ha tenido lugar esta mañana en la carretera de ses Salines, a la altura del núcleo de San Francisco, en el municipio de Sant Josep.
El siniestro se ha producido cuando un vehículo de alta gama, un Mercedes AMG de más de 200 caballos de potencia, ha perdido el control y se ha salido de la vía por el margen derecho, provocando un gran despliegue de medios y daños materiales de consideración.
Durante su violento recorrido, el coche ha derribado más de 70 metros de guardarraíl y ha colisionado contra una caja de control de carreteras, también conocida como radar fijo. El impacto fue tal que el dispositivo —de más de 80 kilos de peso, incluyendo su cimentación— salió completamente desprendido. El Mercedes terminó detenido en el lado izquierdo de la carretera tras una trayectoria errática.
El accidente fue tan aparatoso que el motor del vehículo fue literalmente arrancado del chasis y salió despedido hasta caer en uno de los canales de ses Salines. En su vuelo, golpeó un coche estacionado en las inmediaciones, provocando diversos daños materiales.
Ver esta publicación en Instagram
Los ocupantes huyeron del lugar y se investiga lo ocurrido
Fuentes locales han informado de que los ocupantes del vehículo abandonaron el lugar antes de la llegada de los servicios de emergencia. La Policía Local de Sant Josep se ha hecho cargo de la investigación para determinar responsabilidades y esclarecer los hechos.
La Xarxa Viària tuvo que intervenir para retirar la gran cantidad de restos esparcidos por la zona. Asimismo, dos equipos de Grúas Ibiza colaboraron en la retirada del coche siniestrado y en la recuperación del motor, que fue extraído del canal mediante una grúa pluma.
Segundo accidente similar en pocas semanas
Este accidente recuerda a otro registrado hace pocas semanas en la carretera de Cala Conta, donde también se vieron implicados vehículos deportivos del mismo modelo.
En ambos casos no hubo que lamentar heridos graves, pero los daños materiales fueron totales. Milagrosamente, en el momento del siniestro no había peatones en la zona, lo que evitó una posible tragedia mayor.
Todo apunta a que el exceso de velocidad fue determinante en este nuevo episodio que pone el foco, una vez más, en la conducción temeraria en las carreteras de Ibiza.
