Argelia estaría relajando el control sobre las salidas de embarcaciones para presionar a España y agilizar visados a sus ciudadanos. Esa es la conclusión de una investigación periodística que tiene a Baleares como principal foco. Y que explica, con esta hipótesis, que se disparen las cifras de migrantes que han llegado en los últimos meses (y especialmente en las últimas semanas) tanto a Ibiza y Formentera como al resto del archipiélago. Un fenómeno que ocurre mientras el Govern reclama un acuerdo específico con Argel y más medios en el mar.
Una investigación periodística de The Objective, basada en fuentes diplomáticas, sostiene que Argelia hace la vista gorda ante las mafias que operan en su costa, con la presión de los visados como telón de fondo. El relato coincide con advertencias publicadas en medios magrebíes en español, como Rue20, que describen falta de controles en origen y oleadas hacia Levante y Baleares durante el mes de agosto.
Según las fuentes consultadas, el nudo está en la lentitud con que los consulados de España en Argel y Orán tramitan visados para argelinos que quieren viajar por trabajo o turismo. Hoy el visado es obligatorio en ambos sentidos —a diferencia del régimen con Marruecos— y no existe visado en frontera: quien aterriza en Madrid o en Argel sin ese documento es rechazado y reembarcado en el primer vuelo disponible.
Argel denuncia que España ha “estrangulado” la concesión de visados, mientras el Defensor del Pueblo ha constatado un alto volumen de quejas por la obtención telemática de citas en los consulados de Argelia y Marruecos y ha recomendado medidas correctoras a Exteriores.
A la vez, Madrid expresa malestar por las denegaciones de entrada a españoles de origen marroquí en Argelia, bajo sospecha de espionaje. En este clima de tensión recíproca, esas fuentes sostienen que Argelia habría aflojado el control en sus costas para enviar un mensaje a La Moncloa y presionar con la ruta hacia Baleares.
Mientras tanto, el Govern balear ha pedido al Gobierno central abrir una negociación directa con Argelia para contener las salidas y normalizar trámites, al tiempo que exige refuerzos en el dispositivo marítimo. La petición se formalizó este mes, con el argumento de que la presión recae de forma desproporcionada en el archipiélago.
Madrid–Argel: deshielo a medias
El discurso oficial de Interior subraya la cooperación con Argelia contra las redes, tras visitas y reuniones en las que se agradeció la colaboración policial. Esa imagen de entendimiento convive con la tesis de una relajación de controles, en un marco diplomático aún sensible desde la crisis por el Sáhara Occidental.
La crisis diplomática arrancó en 2022, cuando Pedro Sánchez respaldó la propuesta de autonomía de Marruecos para el Sáhara Occidental, rompiendo la neutralidad previa. Argelia respondió con la suspensión del Tratado de Amistad de 2002, la retirada de su embajador y un veto comercial de facto —bloqueo de operaciones bancarias y trabas a intercambios—, manteniendo no obstante los contratos de gas vía Medgaz.
Desde 2024–2025 se encadenaron gestos de deshielo: reuniones técnicas y cooperación policial en materia de redes migratorias, contactos ministeriales y mensajes de colaboración.
Baleares en primera línea
Los últimos datos del Govern sitúan 2025 por encima de las 4.700 llegadas, con 1.500 en apenas veinte días y un salto interanual del 77%. La presidenta Marga Prohens insiste en que “es la ruta que más crece en Europa” y reclama apoyo europeo. Ibiza y Formentera han asumido oleadas nocturnas, con dispositivos portuarios y recursos de primera atención al límite.
En agosto se registraron macropateras, desembarcos en cadena y traslados urgentes, según el seguimiento diario. Formentera pidió radares SIVE y más apoyo para menores no acompañados, mientras Salvamento y Guardia Civil multiplicaron avisos y rescates en cortos intervalos.
Cómo operan las mafias hacia las Pitiusas
La ruta ha consolidado el formato “taxi patera”: lanchas rápidas, patrones experimentados y pagos por plaza que alcanzan varios miles de euros. También han reaparecido pesqueros como naves madre, con patrones reincidentes y detenciones en puertos de Ibiza. Los viajes buscan ventanas de mar en calma, navegan de noche y apagan señales para eludir radares, según las actuaciones policiales y judiciales recientes.
El negocio se alimenta de la promesa de un traslado exprés a las islas y se organiza por canales cerrados de mensajería, con reclutadores en origen y facilitadores en destino. La presión en pocos días obliga a ampliar espacios de acogida, mientras la investigación de patrones avanza en juzgados.