Epifanio Martínez Rodríguez, conocido por todos como Epi, no era simplemente un conductor de autobuses escolares en Formentera. Para decenas de niñas y niños a los que transportaba cada mañana, era una figura clave en su rutina diaria: una presencia constante, amable y siempre puntual. Su fallecimiento, confirmado el jueves tras un operativo de búsqueda, ha dejado una profunda huella entre compañeros, familias y vecinos de la isla.
Epi trabajaba desde hace años en la única empresa que opera los servicios de transporte regular, turístico y escolar en Formentera. Conducía una de las rutas escolares con un nivel de compromiso que, según sus colegas, era ejemplar. Le apasionaban los coches clásicos, especialmente el Citroën 2CV rojo que conducía, y tenía un concepto muy serio de la puntualidad y la responsabilidad.
Aunque era una persona introvertida, quienes lo trataron coinciden en que transmitía cercanía y respeto.
Tal como expresan a La Voz de Ibiza, el impacto de la noticia fue fuerte para toda la isla y más para los alumnos que transportaba: «Están en shock ellos y sus familias”. Además explicaron que “su carácter reservado no fue un impedimento para dejar una huella humana profunda entre quienes lo conocieron”.
El fallecimiento de Epifanio Martínez ha generado una avalancha de mensajes en redes sociales, donde decenas de vecinos, compañeros y antiguos conocidos han compartido recuerdos y muestras de afecto. Desde antiguos colegas de su etapa en el Kiosko Levante hace casi dos décadas hasta familias que lo cruzaban en carretera o lo trataban en el día a día, todos destacan su carácter amable, educado y siempre sonriente.
“Fuiste un gran compañero de trabajo”, “una de las mejores personas que he conocido en mi vida” o “descansa y conduce hasta el cielo”, son algunas de las expresiones que se han repetido en los perfiles de quienes lo apreciaban. Las condolencias y homenajes dibujan el perfil de una persona profundamente querida en Formentera, cuya pérdida deja una huella imborrable en la comunidad.
Su búsqueda y posterior hallazgo
El jueves por la mañana, las autoridades activaron una alerta por su desaparición, que fue difundida por medios locales como Ràdio Illa. Se compartió su imagen junto a teléfonos de emergencia, pidiendo colaboración ciudadana. Horas más tarde, la Guardia Civil confirmó que había sido hallado sin vida en las inmediaciones de Caló de Sant Agustí.
La respuesta de la isla fue inmediata. Participaron en su búsqueda efectivos de la Guardia Civil, Policía Local, Protección Civil, Bomberos, compañeros de trabajo y decenas de vecinos voluntarios. La implicación de la comunidad reflejó el cariño y la estima que Epi generaba a su alrededor.
Su ausencia ha provocado una oleada de mensajes de condolencia por parte de familias, amigos y miembros del entorno educativo. Muchos destacan que, sin buscar protagonismo, logró convertirse en una figura esencial para quienes confiaban en él cada día.
Desde La Voz de Ibiza, nos sumamos al pesar colectivo que recorre la isla y trasladamos nuestro más sincero pésame a sus seres queridos.
Descanse en paz.
