Una noticia sorpresa, pero cargada de felicidad: Enrique Iglesias y Anna Kournikova esperan ahora su cuarto hijo, según ha confirmado ¡HOLA! con fuentes cercanas a la pareja. La extenista y modelo rusa se encuentra ya en el ecuador del embarazo, y la llegada del nuevo miembro está prevista para finales de este año. Esta alegría se suma a su familia, que incluye a los mellizos Lucy y Nicolás, de 7 años, y la pequeña Mary (Masha), de 5.
La idiosincrasia del dúo ha sido siempre la discreción. Sus tres hijos nacieron y crecieron lejos del foco mediático, con nacimientos casi siempre confirmados cuando ya había pasado el momento, y gestaciones apenas perceptibles, salvo por algún detalle revelador en imágenes o atuendos holgados.
En esta ocasión, los indicios volvieron a surgir tras unas fotografías en las que Anna aparecía con ropa deportiva, muy oversize, mientras hacía recados con sus niñas. Esa elección estilística levantó sospechas que ahora se confirman con alegría: sí, hay un nuevo bebé en camino.
Prioridad familiar frente al estrellato
Este embarazo ocurre en un momento profesional significativo para Enrique. El artista está inmerso en una gira internacional, que lo está llevando desde México hasta Bulgaria, pasando por India y los Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, ha sido muy claro en sus declaraciones recientes: «Ser padre me ha cambiado la vida».
Enrique confesaba hace un año durante los 40 Music Awards en Santander que ya no puede estar más de dos semanas lejos de su familia: «Estoy en casa, con los niños, disfrutando de llevarlos al colegio, verlos crecer… Cada día crecen rapidísimo y quiero disfrutarlo. En 24 horas ya han crecido».
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Su prioridad está hoy en la crianza, no en las luces del escenario. Incluso cuando vuelve a actuar en España, como en su reciente concierto en Gran Canaria, su primera actuación en el país en seis años, su enfoque está en poder ser un padre presente, sin perderse los hitos familiares.
Amor que surgió de una cita fallida
La historia de amor entre Enrique y Anna arrancó hace más de dos décadas, casi como un cuento romántico. Él la contactó para participar en uno de sus videoclips, pero ella tuvo que esperar porque Enrique no apareció. Aun así, el flechazo sucedió, y meses después nacía una relación que desafiaría toda lógica mediática.
Juntos enfrentaron retos como las adicciones del cantante, conflictos familiares, una lesión que dejó a Anna fuera del mundo del tenis a los 21 años, y un ictus en 2022 que supuso un antes y un después en la vida de Enrique. Ese acontecimiento lo transformó, lo centró en lo esencial: la salud, el amor y los hijos. Desde entonces, la pareja ha priorizado la estabilidad, la privacidad y el crecimiento de su familia.
Un hogar en Indian Creek: privacidad y paz
Residen en Indian Creek, una enclave exclusivo en Miami donde comparten barrio con personalidades como Jeff Bezos. Allí viven rodeados de seguridad, tranquilidad y privacidad, alejados del espectáculo, cultivando una vida familiar discreta y apacible. Anna, retirada ya del tenis, ha volcado su energía en ser madre. Cuando sufrió un accidente doméstico que la dejó con una bota ortopédica, Isabel Preysler remarcó que solo fue algo leve y sin importancia, vuelta que calmó los rumores.
Este entorno seguro ha sido clave para que su familia crezca en armonía. Cuando nacieron sus hijos, solo el núcleo íntimo lo sabía, y los medios confirmaron la noticia días posteriores. Esa misma reserva ha permitido que este embarazo se confirme con el respeto y la sinceridad necesarios.
Admiración y emoción para el futuro
Con este nuevo bebé, la familia de Enrique e Irene se convierte en uno de los núcleos familiares más apreciados y discretos del mundo del espectáculo. Su forma de compartir su vida ofrece un modelo de equilibrio entre fama y normalidad.
Y aunque el foco informativo siga apuntando a sus éxitos musicales, hoy el centro de su universo es otro: el latido familiar. La expectativa por el cuarto bebé es más discreta, pero también profundamente emocionada. El silencio que siempre han elegido ahora se rompe con alegría, con esperanza y con un nuevo comienzo.
