Cala d’Hort contará esta temporada con un nuevo aparcamiento regulado de 7.000 metros cuadrados y capacidad para 200 vehículos, que se ha concebido como solución para descongestionar los accesos al mirador de Es Vedrà, uno de los enclaves más turísticos de Ibiza. Las obras de adecuación ya han comenzado, según ha informado el Ayuntamiento de Sant Josep de sa Talaia, y se espera que concluyan en los próximos días.
Parking ecológico y de uso controlado
El terreno arrendado, por un importe anual de 8.000 euros hasta el 31 de diciembre, se está acondicionando para garantizar un uso seguro y ordenado. Entre los trabajos ya en marcha destacan el aplanamiento del suelo, el desbroce del área y la instalación de delimitaciones con postes y cuerdas para distribuir mejor los vehículos.
También se han previsto puntos de recogida selectiva de residuos, cubriendo todas las fracciones, y un servicio de limpieza periódica para mantener el entorno en condiciones óptimas.
El objetivo principal del nuevo estacionamiento es proteger una zona ambientalmente sensible y, al mismo tiempo, ordenar el flujo de visitantes que acceden al espacio natural para contemplar los atardeceres más famosos de Ibiza.
Según ha señalado el Ayuntamiento, este parking «ayudará a descongestionar la zona y reducir el impacto sobre esa área protegida ambientalmente».
Transición al modelo de pago en 2026
Durante este verano, el aparcamiento funcionará de forma gratuita bajo gestión municipal directa, en virtud del contrato de arrendamiento suscrito entre el Ayuntamiento de Sant Josep y la propiedad del terreno.
De cara a 2026, está previsto implantar un sistema regulado de acceso mediante tarifas, cuyo control quedará en manos del consistorio para garantizar que se trata de un servicio público, en cumplimiento de la resolución emitida por la Ciotupha, órgano dependiente del Consell de Ibiza.
Un cierre forzado por el caos y la presión ambiental
El terreno que ahora se adapta como aparcamiento fue utilizado durante años como una explanada improvisada, sin cobertura legal ni control institucional. La propiedad decidió cerrar el acceso hace unos meses, ante la falta de avances administrativos y el riesgo legal que suponía mantener una instalación abierta sin autorización. La situación derivó en una masificación sin vigilancia, con decenas de vehículos invadiendo un entorno natural protegido, sin medidas de seguridad ni recogida de residuos. Además, el riesgo de incendio, elevado por la concentración de coches en plena temporada alta, hizo saltar las alarmas tanto en el Consell como en el Ayuntamiento de Sant Josep.
El cierre del solar provocó una reacción en cadena: vehículos aparcados en arcenes, dificultades de paso en la carretera de acceso a Cala d’Hort y quejas vecinales por el incremento de presión sobre un enclave de alto valor ecológico y paisajístico. El propio alcalde, Vicent Roig, reconoció que no se podía restringir el acceso al mirador de Es Vedrà sin ofrecer alternativas reales, motivo por el cual se aceleró la habilitación de este nuevo espacio, ahora bajo criterios de sostenibilidad, legalidad y control público.
La declaración de interés general concedida en mayo ha sido clave para desbloquear el expediente, tras años de informes técnicos y discrepancias sobre el uso del suelo.