Cada octubre y marzo, España vuelve a vivir el ya clásico debate sobre el cambio de hora. Sin embargo, esta vez el tema podría tener un desenlace histórico: el Gobierno ha confirmado que la cuestión se encuentra en revisión y que el país podría dejar de modificar los relojes en 2026, siempre que haya consenso en el marco de la Unión Europea.
El Ejecutivo español ha reconocido que no tomará una decisión unilateral, ya que el horario de verano e invierno forma parte de una directiva europea que exige coordinación entre los Estados miembros. Por el momento, Bruselas mantiene el calendario habitual: el último domingo de octubre se retrasarán los relojes una hora, volviendo al horario de invierno.
Por qué se plantea eliminar el cambio de hora

El cambio horario se implantó con la intención de aprovechar mejor la luz solar y reducir el consumo energético, pero diversos estudios recientes han puesto en duda su eficacia real. Según informes citados por la Comisión Europea, el ahorro energético apenas llega al 0,5 % anual, una cifra considerada insignificante frente a los costes sociales y sanitarios que conlleva el cambio.
Los expertos en cronobiología advierten que alterar dos veces al año el ritmo circadiano puede provocar trastornos del sueño, fatiga, irritabilidad y bajo rendimiento, especialmente en niños y mayores. Además, hay investigaciones que relacionan estos cambios con un aumento de accidentes de tráfico y laborales en los días posteriores al ajuste.
Estas razones, sumadas al escaso ahorro y a las nuevas políticas de eficiencia energética, han llevado a varios países europeos a replantearse el modelo y pedir un horario fijo durante todo el año.
Qué países ya eliminaron el cambio de hora

Aunque la Unión Europea aún no ha dado luz verde a la eliminación total, algunos países fuera del bloque ya han tomado la delantera. Turquía, Islandia, Rusia y Bielorrusia mantienen un horario único durante todo el año. En la Unión Europea, varios gobiernos (como los de Finlandia, Polonia y Portugal) han mostrado su apoyo a eliminar el cambio, mientras que otros piden más tiempo para coordinar la medida.
En 2018, la Comisión Europea realizó una encuesta en la que más del 80 % de los ciudadanos se pronunciaron a favor de acabar con los cambios estacionales, aunque el proyecto quedó paralizado por la falta de consenso sobre qué horario mantener: si el de verano o el de invierno.
En España, los expertos se inclinan por mantener el horario de invierno, argumentando que se ajusta mejor al ciclo solar y al descanso de la población, aunque sectores económicos (como el turismo o el comercio) prefieren el horario de verano por sus beneficios en consumo y ocio.
Qué pasará a partir de ahora
Si la Unión Europea aprueba el fin del cambio horario, España deberá decidir qué franja horaria mantener. Actualmente, el país se rige por el mismo horario que Francia y Alemania (UTC+1), a pesar de su posición geográfica, más cercana al meridiano de Greenwich. Algunos expertos plantean que recuperar ese huso horario sería más coherente con la luz solar y podría mejorar la calidad del sueño y la productividad.
Por el momento, el Gobierno español insiste en que no actuará por su cuenta: la decisión final dependerá de Bruselas, que estudia si el cambio se eliminará definitivamente en 2026 o si continuará vigente algunos años más.
Mientras tanto, los relojes volverán a moverse una hora atrás el último fin de semana de octubre, en lo que podría ser, si se cumple el calendario europeo, uno de los últimos cambios de hora en la historia reciente.







