El proceso de recuperación del complejo turístico de Punta Arabí, en Santa Eulària, ha sumado un nuevo capítulo en los últimos días con el avance de los trabajos de limpieza en el aparcamiento y el anexo, dos de los puntos más visibles de la okupación prolongada que ha afectado al histórico recinto durante los últimos meses. La empresa D&S Desokupa, contratada para llevar adelante el operativo, ha intervenido con grúas y camiones de gran tonelaje para retirar caravanas abandonadas y liberar la zona de acceso.
En las imágenes documentadas durante el operativo, puede verse cómo una caravana antigua —marca Bedford y sin matrícula visible— fue levantada con grúa y cargada directamente en un camión, acompañada de otras estructuras móviles deterioradas y elementos residuales. También se ha constatado la tapiada de varias de las antiguas habitaciones, que hasta hace poco permanecían okupadas. Las puertas fueron selladas con ladrillo y cemento, y en el entorno inmediato se acumulan electrodomésticos fuera de uso, muebles desechados y materiales improvisados.

Desde D&S aseguran que el aparcamiento ha quedado completamente despejado. Sin embargo, no se ha confirmado oficialmente que el desalojo del conjunto completo esté concluido, y se mantiene cierta actividad privada en el resto del complejo. La vigilancia continúa activa, bajo la supervisión de FERGUS, empresa que actualmente tiene arrendado el predio a Paquita Marsan, titular del inmueble.
Un conflicto prolongado con múltiples fases
El caso Punta Arabí estalló públicamente en marzo, aunque la okupación irregular del recinto ya se arrastraba desde hacía meses, tras la inactividad del espacio y la salida de la anterior gestora, Llum Hotels. Durante ese periodo, el complejo fue habitado de manera informal por decenas de personas —algunas con vínculos laborales previos con la empresa saliente— y progresivamente se consolidó una comunidad establecida sin contratos ni autorizaciones.
La situación se agravó cuando varios de los residentes comenzaron a denunciar impagos laborales y abandono de funciones por parte de Llum Hotels, acusaciones que la firma negó en todo momento, afirmando haber cumplido con sus obligaciones antes del traspaso del inmueble.

Desokupación con acuerdos económicos y vigilancia reforzada
El proceso de desalojo formal se puso en marcha en marzo con la contratación de D&S, una empresa especializada en intervenciones sin proceso judicial, a través de acuerdos privados. En una primera fase, más de veinte personas accedieron a abandonar el complejo de forma voluntaria a cambio de compensaciones económicas de hasta 1.000 euros. “Sin coacción, todo pactado”, afirmaron entonces desde la empresa, que grabó algunas entregas de llaves en vídeo y publicó parte del procedimiento como respaldo.
En los días siguientes, sin embargo, se reportaron reokupaciones, amenazas y presencia de personas armadas con cuchillos, lo que obligó a reforzar la vigilancia nocturna con un equipo de ocho agentes privados. La operación pasó de una fase negociada a un control más firme del entorno, aunque evitando siempre la confrontación directa.
Pese al avance inicial, algunas personas rechazaron las compensaciones ofrecidas y permanecieron en el interior. Una de ellas llegó a pactar su marcha para instalarse en un estudio, aunque finalmente pospuso su salida. El proceso se mantuvo estancado varias semanas, mientras desde la empresa se insistía en que se actuaría “caso por caso” hasta recuperar el conjunto completo.
Objetivo: entorno operativo para la temporada turística
La limpieza actual del aparcamiento no significa el cierre del operativo, pero sí representa un avance visible y relevante de cara a la reactivación del entorno. La zona se encuentra contigua al hotel FERGUS Style Punta Arabí, uno de los complejos emblemáticos del municipio.
El objetivo de la empresa responsable y de los arrendatarios es recuperar la funcionalidad del predio de forma ordenada y legal.
A día de hoy, no hay una confirmación oficial del cierre definitivo del proceso, y todo indica que algunas zonas del complejo siguen bajo observación. Se desconocen las cifras exactas sobre las personas que aún podrían estar dentro. Lo que sí ha quedado despejado es el aparcamiento, uno de los focos más visibles del conflicto.