La travesía en la que falleció un turista holandés durante una parada de baño es un formato de excursión muy habitual en la costa suroeste de Ibiza. Suele partir de Sant Antoni, bordear calas populares y acercarse al entorno protegido de Es Vedrà y Es Vedranell antes del regreso al puerto.
La ruta tipo recorre en panorámica Port des Torrent, Cala Bassa, Cala Conta, Cala Tarida, Cala Molí, Cala Vadella, Cala Carbó y Cala d’Hort. El “momento foto” llega con la aproximación visual a Es Vedrà y Es Vedranell —sin desembarco— y, ya de vuelta, se suele navegar frente a islotes y cuevas del litoral. El itinerario ronda las 3–4 horas, con distancias en torno a 40–45 kilómetros, según el operador. Aunque, en algunos casos, Es Vedrá es parte de una excursión más larga, por varias islas.
Tras rodear los islotes, lo más común es fondear en aguas resguardadas cerca de Cala d’Hort para un baño de 45–60 minutos. Muchas embarcaciones proporcionan material básico (gafas de snorkel, churros, colchonetas) y cuentan con toboganes o trampolín a popa. Algunas incluyen bebidas o un pequeño tentempié
Hay variantes para casi todos los gustos (y bolsillos): desde lanchas rápidas que encadenan a calas y prometen dos zambullidas guiadas, hasta barcos con fondo de cristal orientados al paseo familiar. En todos los casos, la foto de Es Vedrà es el gran reclamo y el paso por la antigua cantera de Sa Pedrera (Atlantis) suele formar parte del recorrido, al menos en modo panorámico.
Qué se permite (y qué no) en un espacio protegido
Es Vedrà y Es Vedranell están dentro de una reserva natural integrada en la Red Natura 2000. La normativa autonómica permite la navegación turística en el entorno, pero no el desembarco en los islotes. Además, el Ayuntamiento de Sant Josep recomienda evitar acercamientos excesivos, especialmente en época de cría de aves.
El tramo del baño, el punto sensible
Las paradas para nadar —el momento más esperado por muchos pasajeros— son también cuando más atención requiere la tripulación: control de corrientes, vigilancia continua de los bañistas y recuentos antes de reanudar la marcha. Este formato, con baño intermedio y regreso a Sant Antoni, es estándar en varias ofertas comerciales de la zona.
Excursiones que se acercan “demasiado”
En paralelo a las salidas regulares, han proliferado propuestas de alto standing que venden la experiencia de “rozar” la roca de Es Vedrà. Esas maniobras, que han generado polémica en la isla, se mueven en el límite: el Govern balear recuerda que lo prohibido es desembarcar, mientras que fuentes municipales aconsejan no aproximarse en exceso por el impacto ambiental.