SENTENCIA

Condenados por vender aceite adulterado como virgen extra y de Mallorca: parte del fraude llegó a Ibiza

Un empresario, su mujer, su hijo y un colaborador aceptan penas de cárcel por distribuir durante años aceite adulterado en Balears con etiquetas falsas de DO 'Oli de Mallorca' y virgen extra ecológico

El aceite de la estafa
El aceite de la estafa

Cuatro personas han sido condenadas a penas que suman ocho años de prisión por uno de los fraudes alimentarios más relevantes en Balears de los últimos años: la venta masiva de aceite de baja calidad, refinado o incluso de girasol, como si se tratara de virgen extra ecológico con denominación de origen ‘Oli de Mallorca’. Parte de ese producto fue distribuido y vendido en comercios de Ibiza y Mallorca entre 2017 y 2021.

Según ha avanzado el Diario de Mallorca, los acusados —el principal acusado, su mujer, su hijo y un colaborador— reconocieron este martes los hechos en la Audiencia Provincial de Palma, durante una vista rápida tras alcanzar un acuerdo con la Fiscalía. La pena inicial solicitada ascendía a 23 años de cárcel. Finalmente, cada uno ha aceptado dos años de prisión, multas económicas y la obligación de indemnizar a los comercios afectados y a la entidad gestora de la denominación de origen.

Las marcas implicadas

La trama operaba bajo las marcas Oro Oleum y Oli d’Or. Según los hechos admitidos, los tres familiares no producían el aceite que vendían: compraban a granel productos en Jaén, algunos refinados y otros directamente no aptos para el consumo, y los embotellaban en el sótano de su domicilio en Marratxí o en una almazara de Inca. Posteriormente, los comercializaban como si fueran aceite virgen extra ecológico de producción balear.

La Guardia Civil, en una operación desarrollada en 2021, decomisó cerca de 4.000 litros de aceite falsificado y localizó compras por más de 9.000 litros durante los años previos. Los productos se ofrecían en envases con logotipos falsos, sellos dorados y menciones a “ecológico”, “virgen extra” o “producto local”, y eran distribuidos tanto en Mallorca como en Ibiza.

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Uno de los elementos clave en el funcionamiento de la red fue la colaboración del cuarto condenado, propietario de una imprenta, que se encargaba de confeccionar etiquetas personalizadas con diseños similares a los oficiales de la denominación ‘Oli de Mallorca’, utilizadas para reforzar la apariencia de legalidad del producto.

La estafa permitía encarecer cada botella entre cuatro y siete euros, según la investigación, situando a los acusados en una posición de ventaja competitiva frente a productores legales. En redes sociales, el cabecilla llegó a presentarse como “el mayor productor de aceite ecológico de Balears”.

Indemnizaciones

Durante el proceso judicial, las partes acordaron que las penas de prisión queden suspendidas, al no tener antecedentes penales, pero los acusados deberán afrontar el pago de indemnizaciones a supermercados y distribuidores que compraron sus productos bajo engaño.

Además del fraude económico, la investigación reflejó que parte del aceite comercializado no cumplía condiciones sanitarias mínimas, al perder su trazabilidad o haber sido tratado con técnicas no autorizadas.

Este caso pone en evidencia los riesgos del fraude alimentario en productos con alto valor añadido como el aceite de oliva virgen extra, especialmente cuando se explotan ilegalmente etiquetas protegidas como las denominaciones de origen o las certificaciones ecológicas. Ibiza fue uno de los puntos de distribución afectados en Balears.

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