El Tribunal Supremo ha confirmado una sentencia de cuatro años de cárcel para un joven de 23 años condenado por patronear una patera que llegó a Baleares con 31 personas a bordo, varias de ellas menores. De todos los pasajeros, 16 eran hombres, cinco mujeres y diez menores.
Por la dificultad de retener a los testigos (los pasajeros de la patera), que suelen abandonar la Isla y ya no están localizables cuando llega la fecha del juicio, se les toma declaración al llegar, practicándola como prueba preconstituida, para poder utilizarla en la vista oral. Según el escrito de la Fiscalía, la nave disponía de dos motores y se quedó sin combustible dejándolos a la deriva durante toda una noche.
Llevaban en el mar unas 15 horas, desde las 08.00 horas del día anterior, cuando fueron rescatados por la Guardia Civil tras conseguir solicitar auxilio por teléfono. Solo dos de los diez menores de edad llevaban el chaleco puesto y el grupo ya se había quedado sin agua, según los agentes que intervinieron.
Uno de los pasajeros de la patera accedió a prestar declaración e incriminó al joven como el patrón de la embarcación. Explicó que había viajado con su esposa y tres hijos, y que su intención era ir a Francia. Dio detalles sobre cómo había contactado con los organizadores del viaje y que había pagado unos 1.600 euros por adulto.
También aportó un vídeo grabado por él mismo donde identificaba al acusado como la persona que llevaba los mandos, y lo señaló en un reconocimiento fotográfico.