Veinticuatro años después del asesinato de Helena Jubany, el caso vuelve a ocupar el centro del debate judicial y mediático: la jueza del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Sabadell ha ordenado este viernes el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza de Santiago Laiglesia Pla, señalado desde hace dos décadas como una de las piezas clave del enigmático crimen de la joven bibliotecaria.
La decisión llega tras una nueva prueba biológica que sitúa restos de ADN coincidentes con Laiglesia en la ropa que Jubany llevaba puesta el día en que fue arrojada, aún con vida, al patio interior de un edificio de Sabadell en diciembre de 2001.
La detención supone un cambio radical en una causa marcada por errores, archivos y años de silencio, y reaviva la pregunta que ha planeado desde el inicio: ¿quién es Santiago Laiglesia y por qué siempre estuvo bajo sospecha?
Un caso lleno de sombras: por qué vuelve a investigarse a Laiglesia
El crimen de Helena Jubany ha estado rodeado de fallos procesales, coartadas nunca verificadas y testimonios contradictorios que impidieron llegar a juicio en los primeros años. En 2001, las investigaciones señalaron a dos personas del entorno de la víctima: Montserrat Careta, amiga cercana de Helena que terminó ingresando en prisión provisional (y que posteriormente se quitó la vida en la cárcel de Wad-Ras), y Santiago Laiglesia, pareja de Careta y compañero de la Unió Excursionista de Sabadell (UES).
El juez instructor de entonces archivó la causa contra Laiglesia por falta de pruebas, y en 2005 el caso quedó definitivamente sobreseído. Sin embargo, la familia nunca creyó que Careta hubiera actuado sola: la sombra de la participación de Laiglesia se mantuvo viva, aunque sin elementos técnicos que permitieran reabrir la investigación.
Ese giro llegó en 2021, cuando, a instancias de la familia y del ministerio fiscal, la causa volvió a activarse justo antes de que prescribiera. Entre las nuevas diligencias se revisaron dispositivos informáticos, se localizaron nuevos testigos y se detectaron inconsistencias en las versiones que tanto Laiglesia como Careta ofrecieron en 2001.
¿Quién es realmente Santiago Laiglesia?
Laiglesia, natural de Sabadell, es abogado y criminólogo. En los años en que sucedieron los hechos, vivía con Montserrat Careta y participaba activamente en la Unió Excursionista de Sabadell, donde conocieron a Helena Jubany: ambos compartían aficiones, salidas de montaña y actividades del grupo excursionista.
Tras quedar fuera del foco judicial en 2005, Laiglesia logró reconstruir su vida pública. Durante años mantuvo actividades asociativas, especialmente en Sabadell, donde llegó a formar parte de la junta de una agrupación vecinal involucrada en campañas contra el ocio nocturno de la Zona Hermética.
En 2016, esa misma entidad defendió su presunción de inocencia a la vez que pedía reabrir el caso Jubany, una posición que siempre generó controversia entre vecinos y miembros de la entidad.
Pese a vivir alejado del foco mediático, rechazó participar en el documental de Crims y mantuvo un perfil discreto hasta 2021, cuando tuvo que volver a declarar por la reapertura del caso.
Contradicciones, testigos nuevos y la vivienda del crimen
La emisión del documental Crims sobre el caso abrió la puerta a nuevos testimonios. Un declarante explicó que Laiglesia vivía de manera habitual en el piso desde el que se habría arrojado a Helena, y que su nombre figuraba en el buzón junto al de Careta, lo que contradecía parte de su coartada original.
Otro testigo aseguró que ni Careta ni Laiglesia participaron en una protesta ecologista que ambos habían citado como excusa para justificar sus movimientos en los días previos al asesinato.
Para la familia de Jubany y para la Fiscalía, estos nuevos datos reforzaban un patrón de contradicciones que nunca llegó a aclararse en los primeros años. Ante esta acumulación de dudas, el caso volvió a escena.
La pieza clave: el ADN que cambia el rumbo del caso
Aunque durante años las pruebas biológicas dieron resultados ambiguos, una nueva técnica empleada por la Policía Científica cambió completamente el escenario. En septiembre de 2025, los agentes informaron a la jueza de que una de las muestras tomadas del jersey que Helena llevaba el día del crimen mostraba un perfil genético compatible con Laiglesia.
Los análisis concluyeron que era 24 veces más probable que el rastro genético perteneciera a él que a cualquier otra persona evaluada. Mientras tanto, no se halló ADN compatible con el otro investigado, Xavi Jiménez.
Con estas conclusiones, la Fiscalía reclamó volver a citar a Laiglesia como investigado. Este viernes, cuando finalmente fue llamado a declarar, se acogió a su derecho a no responder. La jueza decidió entonces ordenar su ingreso en prisión provisional sin fianza.
A las puertas del juzgado, la familia de Helena Jubany rompió a llorar al conocer la noticia: su abogado, Benet Salellas, calificó la resolución como un “giro histórico”, asegurando que supone “romper una impunidad que duraba 24 años”.
Qué viene ahora: posibles nuevas diligencias y un juicio que se acerca
Con el encarcelamiento de Laiglesia, la acusación particular prepara ya los próximos pasos. Entre las posibilidades se estudia solicitar nuevas medidas cautelares para el otro investigado, Xavi Jiménez, a quien hasta ahora solo se le había retirado el pasaporte.
En paralelo, la jueza instructora valora si ordenar nuevas pruebas o si la causa está ya madura para dar paso a los escritos de acusación y fijar fecha de juicio.
Para la familia de Helena, el objetivo sigue siendo el mismo que hace 24 años: conocer finalmente qué ocurrió y quién participó en su muerte. “Creemos que el juicio está cerca”, aseguró su abogado.
El crimen de Helena Jubany, uno de los más enigmáticos y dolorosos de la crónica judicial catalana, podría estar finalmente ante su resolución definitiva.
