A sus 117 años, Maria Branyas Morera, reconocida como la persona más longeva del planeta, se ha convertido en un verdadero misterio para la ciencia. Nacida en San Francisco en 1907 y residente en Olot (Girona), no solo ha visto pasar guerras, crisis y pandemias, sino que hoy su organismo parece haber desafiado las leyes de la biología. Aunque la mujer falleció en agosto del año pasado, investigadores han revelado que su ADN y su microbioma mostraban signos de juventud sorprendentes, lo que podría explicar patrones de su extraordinaria longevidad.
Un ADN con ventajas únicas
Los análisis realizados sobre el material genético de Branyas detectaron una edad biológica 23 años más joven que la cronológica. Esto significa que, aunque su DNI marque 117 años, su organismo se asemeja al de una persona de alrededor de 94. Los expertos señalan que esta diferencia es excepcional y podría deberse a la ausencia de mutaciones degenerativas comunes en personas de edad avanzada.
Este hallazgo refuerza la hipótesis de que algunos individuos poseen una configuración genética especial que ralentiza el envejecimiento y protege contra enfermedades asociadas a la vejez, como el cáncer o la demencia.
Un microbioma con perfil juvenil

Otro de los descubrimientos llamativos tiene que ver con su microbioma intestinal. Los estudios muestran que la composición de bacterias de su sistema digestivo no corresponde al de una persona supercentenaria, sino al de alguien varias décadas más joven. Esta característica se asocia con una mejor capacidad de absorción de nutrientes, un sistema inmunitario más fuerte y una protección extra frente a infecciones.
Los investigadores creen que este equilibrio intestinal podría estar jugando un papel crucial en su vitalidad y resistencia a enfermedades, ya que el microbioma es considerado hoy un marcador clave de salud y longevidad.
Un caso que puede cambiar la ciencia
El fenómeno de Maria Branyas no solo despierta admiración, también representa una oportunidad científica. Su caso podría abrir la puerta a nuevas líneas de investigación sobre el envejecimiento saludable, con aplicaciones en medicina preventiva y terapias para alargar la esperanza de vida.
Los expertos, no obstante, insisten en que además de la genética y el microbioma, factores como el estilo de vida, la alimentación equilibrada, la calma emocional y la ausencia de hábitos nocivos habrían sido decisivos en su longevidad. Así, el secreto de Maria Branyas parece ser la combinación perfecta entre biología privilegiada y hábitos saludables.













