La ilustradora y artista vasca Amaia Arrazola ha fallecido a los 41 años, dejando tras de sí una profunda huella en el mundo del arte contemporáneo. Su obra, reconocida por su colorido, sensibilidad y mirada social, marcó un antes y un después en el panorama de la ilustración española.
De qué ha muerto Amaia Arrazola
Arrazola murió como consecuencia de una patología de carácter fulminante que no fue rodeada de divulgación pública previa. Su editorial informó que la artista sucumbió ante el avance acelerado de la dolencia, que no permitió un tratamiento prolongado ni una recuperación visible al público.
Según fuentes editoriales que confirmaron su fallecimiento, la ilustradora murió en Barcelona el 5 de noviembre de 2025 y la prematura pérdida de esta artista deja un hueco emocional y profesional en la comunidad creativa.
Tras su formación y trayectoria, su inesperado deceso ha conmocionado a compañeros y seguidores, quienes valoraban tanto su talento como su sensibilidad plasmada en obras ilustradas y visuales.
Cómo fueron sus últimos años de vida

Durante sus últimos años, Amaia Arrazola mantuvo un ritmo creativo intenso, alternando trabajos editoriales con proyectos urbanos de gran escala. Radicada en Barcelona, participó en murales monumentales, colaboraciones con marques reconocidas y obras para instituciones culturales, aún cuando su salud ya se encontraba en deterioro.
Entre sus trabajos más recientes figuran murales en el barrio de Gràcia y piezas para espectáculos de gran formato como para el Cirque du Soleil. En 2023, su proyecto “Contra el olvido” fue premiado en Madrid como homenaje a las ‘Sinsombrero’, ese grupo de mujeres artistas que marcaron la historia y que también fueron parte de la línea de trabajo de Arrazola.
A pesar de la enfermedad que finalmente la venció, la ilustradora continuó creando, participando en festivales, exposiciones y colaboraciones hasta prácticamente el final. Su entrega al arte y a la narración visual le permitió dejar un legado profundo, en múltiples formatos, que ahora cobra mayor valor tras su partida.
Su trayectoria profesional

La trayectoria de Amaia Arrazola se inició en Vitoria-Gasteiz (1984) y se formó en Publicidad y Relaciones Públicas. Posteriormente, trabajó como directora de arte en Madrid antes de trasladarse a Barcelona en 2010 para dedicarse plenamente a la ilustración freelance.
Sus colaboraciones abarcaron desde gigantes del diseño y la moda (como Nike o Uniqlo) hasta instituciones culturales como la Universidad de Barcelona, el Ayuntamiento de Barcelona o la Diputación de Bizkaia. En el terreno editorial, publicó títulos reconocidos como “Wabi Sabi” (2018), fruto de una experiencia artística en Japón, y “Totoro y yo” (2022), inspirada en el universo del director Hayao Miyazaki.
“El meteorito” (2020) exploró su maternidad, mientras otros libros infantiles como “Buenas noches, Simón” abordaban la aceptación de las diferencias con ternura. Su estilo, caracterizado por trazos limpios, paletas amables y un sentido del humor gráfico, se extendió también a muros urbanos, cerámica, serigrafía y otros soportes experimentales, lo que la consolidó como una de las creadoras más versátiles de su generación.








