El mundo mira hacia Roma. Este miércoles 7 de mayo de 2025 ha comenzado oficialmente el cónclave que decidirá quién será el nuevo Papa. La Capilla Sixtina se transforma desde hoy en el epicentro de una de las decisiones más trascendentales de la Iglesia Católica: la elección del sucesor de Francisco.
Pero ¿cómo se elige a un Papa? ¿Qué pasa dentro del Vaticano cuando se cierra la puerta? ¿Quiénes participan? ¿Cuánto tiempo puede durar el proceso? En esta guía, te explicamos de forma clara y completa cómo se desarrolla el cónclave, qué reglas lo rigen y quiénes son los nombres más mencionados para asumir el trono de San Pedro.
¿Qué es el cónclave?
El cónclave es el procedimiento reservado a la elección del Papa. Se trata de una reunión secreta y cerrada del Colegio de Cardenales, que se lleva a cabo en la Capilla Sixtina del Vaticano. La palabra “cónclave” proviene del latín cum clave, que significa “bajo llave”, porque los cardenales quedan encerrados sin contacto con el mundo exterior hasta que se alcanza un resultado.
Este mecanismo se activa tras la muerte o renuncia de un Papa. En este caso, el proceso ha comenzado tras el fallecimiento de Francisco, cuya figura dejó una fuerte impronta reformista y pastoral en la Iglesia del siglo XXI.
¿Quiénes votan?
En total, participan 133 cardenales con derecho a voto. Solo pueden votar aquellos que, al momento de iniciarse el cónclave, tengan menos de 80 años. La mayoría de los electores en este proceso fueron nombrados por el propio Francisco, lo que anticipa un posible deseo de continuidad con su legado.
Los cardenales provienen de todos los continentes y representan una diversidad que refleja la proyección global de la Iglesia. Aunque solo ellos pueden votar, cualquier varón bautizado puede ser elegido como Papa, incluso si no es cardenal ni obispo. Sin embargo, en la práctica moderna, el elegido ha sido siempre uno de los cardenales presentes.
¿Cómo se desarrolla el proceso?
Hoy miércoles 7 de mayo se activó formalmente el proceso de elección del nuevo Papa. La jornada comenzó con la misa Pro eligendo Pontifice, celebrada en la Basílica de San Pedro y presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio. Finalizada la ceremonia, los 133 cardenales electores se trasladaron a la Capilla Sixtina, donde hicieron el juramento de secreto absoluto y quedaron completamente incomunicados.
Desde ese momento, no pueden recibir ni emitir mensajes, no acceden a teléfonos ni medios, y permanecen bajo aislamiento total hasta que uno de ellos obtenga los votos necesarios para ser elegido Papa.
Cada jornada de cónclave contempla hasta cuatro votaciones: dos por la mañana y dos por la tarde. Para que un candidato sea proclamado Papa, debe alcanzar una mayoría de dos tercios (es decir, al menos 89 votos). Si no se logra en las primeras rondas, se continúa votando hasta alcanzar el consenso.
¿Cómo sabremos si ya hay Papa?
Después de cada votación, las papeletas se queman en una estufa especial ubicada en la Capilla Sixtina. Si no hubo acuerdo, se utiliza una sustancia química para que el humo que sale por la chimenea sea negro: eso indica que no hay nuevo Papa. Cuando se alcanza el consenso, el humo es blanco: es la señal esperada por millones de fieles.
Junto al humo blanco, suenan las campanas de la Basílica de San Pedro. Minutos después, el nuevo Papa aparece por primera vez ante el mundo desde el balcón central del Vaticano. Es entonces cuando se pronuncia la frase histórica: Habemus Papam.
¿Quiénes son los favoritos?
En las últimas semanas, varios nombres han sonado con fuerza dentro y fuera del Vaticano. Uno de los principales es el cardenal Pietro Parolin, italiano, ex secretario de Estado y considerado una figura de equilibrio entre tradición y reforma. También se menciona al filipino Luis Antonio Tagle, conocido como el “Francisco asiático”, con un perfil pastoral y carismático.
Otro nombre con peso es el del italiano Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, con fuerte presencia en temas de paz y mediación internacional. También suenan los africanos Fridolin Ambongo (Congo) y Peter Turkson (Ghana), lo que abriría la posibilidad de un papado no europeo, algo inédito desde hace más de mil años.
Por otro lado, el cardenal Robert Sarah, de Guinea, representa la opción más conservadora. Su elección marcaría un giro en relación con el estilo pastoral de Francisco.
¿Por qué es importante este cónclave?
Porque la elección del Papa no es solo un asunto eclesiástico. La figura del Pontífice tiene peso en el debate internacional sobre temas como la pobreza, el medioambiente, las migraciones, los derechos humanos y la ética global. El nuevo Papa deberá enfrentar desafíos complejos: crisis geopolíticas, secularización en Occidente, crecimiento del catolicismo en África y Asia, escándalos de abusos y un mundo cada vez más polarizado.
Además, deberá definir si profundiza el camino abierto por Francisco —centrado en una Iglesia más inclusiva, cercana y comprometida con los más vulnerables— o si, por el contrario, apuesta por una línea más doctrinal y tradicional.
¿Cuándo conoceremos al nuevo Papa?
Es imposible saberlo con certeza. Algunos cónclaves se resuelven en menos de 48 horas, otros pueden durar varios días. Todo depende de la capacidad de los cardenales para alcanzar un consenso. Lo cierto es que el mundo ya observa con atención la chimenea del Vaticano. Y cuando el humo blanco aparezca, una nueva etapa comenzará para la Iglesia Católica.