La expectación en Noruega creció al máximo este martes luego de que el Instituto Nobel cancelara, sin mayores explicaciones, la conferencia de prensa de María Corina Machado.
La líder opositora venezolana, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2025 y en clandestinidad desde hace más de un año, era esperada en Oslo para su primera aparición pública desde enero. Sin embargo, su paradero continúa siendo un enigma.
Una presencia incierta en la capital noruega
La conferencia estaba prevista para las 13 horas locales, pero fue aplazada primero y luego suspendida, alimentando la incertidumbre sobre si Machado logró salir de Venezuela. El portavoz del Instituto Nobel, Erik Aasheim, mantuvo el suspenso al afirmar que “fue muy difícil para ella venir a Noruega”, aunque reiteró que esperan su presencia en la ceremonia oficial de entrega del premio este miércoles.
El anuncio del pasado sábado, en el que el Instituto Nobel anticipaba la participación de la dirigente, había disparado especulaciones sobre una posible salida de la clandestinidad para recibir el galardón en persona.
Sin embargo, desde el entorno de Machado reina el silencio absoluto y su familia, ya instalada en Oslo, asegura desconocer dónde se encuentra realmente.
Tensión y emoción en Oslo: seguidores esperan un momento histórico
En la capital noruega, la comunidad venezolana vive horas de ansiedad. Decenas de simpatizantes, exiliados y familiares de Machado aguardan señales de la dirigente, a quien consideran un símbolo de resistencia democrática.
Su madre, Corina Parisca, expresó su deseo de que su hija aparezca en la ceremonia: “Le rezo todos los días para que esté mañana con nosotros”, dijo al llegar a Oslo. La emoción se mezcla con temor: muchos se preguntan si la dirigente podrá regresar a Venezuela sin enfrentar detención.
Magalli Meda, exjefa de campaña de Machado, aseguró que la opositora “no contempla el exilio” y que cualquier salida del país sería temporal. Mientras tanto, el candidato opositor Edmundo González Urrutia viajó también a Oslo desde Madrid para sumarse al equipo.
A la ceremonia asistirán jefes de Estado latinoamericanos invitados por la propia Machado, entre ellos Javier Milei (Argentina), José Raúl Mulino (Panamá), Daniel Noboa (Ecuador) y Santiago Peña (Paraguay).
Un Nobel que reaviva el conflicto político venezolano

El galardón, otorgado a Machado por su defensa de la democracia y su lucha por una transición pacífica, generó una reacción inmediata del chavismo. El oficialismo convocó una gran marcha para este miércoles en Caracas, mientras sus dirigentes endurecieron el discurso contra la Nobel de la Paz.
El ministro del Interior y número dos del chavismo, Diosdado Cabello, calificó el premio como una “subasta” y aseguró que sabe dónde se encuentra la opositora. Reiteró además que, si sale de Venezuela, será considerada “prófuga”, tal como ya había advertido el fiscal general Tarek William Saab.
Cabello aprovechó también para criticar a los mandatarios invitados a Oslo, en especial al presidente panameño Mulino, a quien acusó de responder a intereses de Estados Unidos. En paralelo, endureció su postura contra organismos internacionales como la Corte Penal Internacional, cuya oficina técnica en Venezuela será cerrada por falta de cooperación del gobierno.
Un escenario regional convulsionado
La entrega del Nobel coincide con un momento de tensión geopolítica en el Caribe, donde Estados Unidos realiza operaciones militares que el chavismo utiliza como argumento para denunciar injerencias externas.
Analistas como Michael Shifter alertan que, aunque el Nobel ha reactivado la atención internacional sobre la causa democrática venezolana, sostener el impulso será difícil sin avances concretos en la transición política. La población, sumida en una crisis económica y humanitaria crónica, muestra señales de fatiga.
¿Aparecerá Machado en la ceremonia?
El mayor interrogante sigue sin respuesta: ¿está María Corina Machado en Oslo? Con apenas horas para la premiación, el Instituto Nobel evita confirmarlo y su entorno mantiene un hermetismo absoluto.
La llegada de mandatarios internacionales, el clima emocional entre los exiliados y el silencio que rodea a la dirigente convirtieron la antesala del Nobel en un escenario cargado de simbolismo político.
Si Machado se presenta públicamente, será un giro histórico. Si no lo hace, su ausencia marcará otro capítulo de una lucha que continúa librándose entre la clandestinidad, el exilio y la presión internacional.









