La costa de Mallorca fue escenario de una de las travesías migratorias más desgarradoras del verano. Una patera con 23 personas migrantes procedentes de Somalia y Sudán del Sur quedó a la deriva durante seis días en el mar Mediterráneo tras quedarse sin combustible. La embarcación fue localizada cerca de Portocolom, donde finalmente fueron rescatados por Salvamento Marítimo. Tres personas que saltaron al mar para nadar hacia la costa siguen desaparecidas.
«Nos turnábamos para nadar y empujar la barca cuando el motor se rompió», relata Ibrahim Ahmed, uno de los supervivientes, somalí de 21 años.
La ruta migratoria: de África a Baleares
Según los informes, la patera partió del puerto de Bourmedès (Argelia) el pasado 13 de agosto. Después de siete días de navegación, el motor se averió cuando ya avistaban la costa española.
Los ocupantes, en su mayoría hombres y mujeres jóvenes, pasaron días sin comida ni agua bajo el intenso sol mediterráneo. Algunos, desesperados, bebieron agua salada. «Al segundo día vimos montañas españolas, pero el motor se rompió. El viaje tenía que durar dos días, por lo que a las horas la comida y bebida se acabó», explica Ibrahim.
Y asegura: «Si hubiesen tardado un día más en encontrarnos, estaríamos todos muertos»
Una muerte confirmada y tres desaparecidos
Uno de los migrantes murió en la barca debido a una combinación de deshidratación, exposición solar extrema y quemaduras provocadas por la mezcla de gasolina y agua salada. «Un chico murió por eso, no teníamos medicinas y no pudo soportar las heridas», añade Ibrahim. Tres más se lanzaron al mar en un intento desesperado de alcanzar la costa y permanecen desaparecidos.
Los supervivientes, exhaustos y con quemaduras en la piel, fueron atendidos por los servicios de emergencia y pasaron la noche al raso frente a la Estación Marítima de Palma. Serán derivados a la Península para continuar su proceso migratorio.
La ruta migratoria desde Somalia y Sudán del Sur
Los ocupantes de la patera no son originarios de Argelia. Han atravesado más de 8.000 kilómetros, cruzando hasta seis países africanos, enfrentando controles, violencias fronterizas y años de incertidumbre para llegar a las costas argelinas desde donde parten muchas embarcaciones rumbo a Europa.
«Queremos trabajar y ser parte de la gente española»
Ibrahim, que sobrevivió la travesía con heridas visibles, no pierde la esperanza: «España es un país muy bueno, me gustaría aprovechar esta oportunidad para ayudar a mi familia, queremos trabajar y ser parte de la gente española».