El coordinador de Cáritas Ibiza, Gustavo Gómez, ha asegurado que la entidad atiende cada vez a más personas con empleo estable, pero que no llegan a cubrir sus necesidades básicas por el alto coste de la vivienda y de la vida en la isla.
“No es tolerable que trabajando 40 horas por semana tengas que venir a buscar alimentos a Cáritas”, ha denunciado Gómez en una entrevista concedida a IB3, que califica la situación como “intolerable y estructural”.
La vivienda, el gran factor de exclusión
Cáritas Ibiza ha atendido a 2.300 personas en lo que va de año, un número que no deja de crecer. El aumento de precios de alquiler, la precariedad y la falta de alternativas están empujando incluso a familias trabajadoras a vivir en asentamientos o en habitaciones compartidas.
“Las personas tienen matices de exclusión en distintas dimensiones de su vida. Van hacia abajo”, explica Gómez, que pide una respuesta institucional decidida para evitar que “la isla expulse a quienes la sostienen con su trabajo”.
Según la organización, el encarecimiento del alquiler es el principal detonante del nuevo tipo de pobreza que afecta a Ibiza: personas con empleo, pero sin capacidad para acceder a una vivienda digna.
Precariedad que afecta a la salud mental
El problema no es solo económico. Cáritas advierte de que la incertidumbre laboral y habitacional está provocando un aumento de problemas de salud mental. La psicóloga María Ascensión Álvarez, del Col·legi Oficial de Psicòlegs de les Illes Balears, explica que la inseguridad permanente —no saber si se podrá pagar el alquiler, si habrá trabajo el mes próximo o si los precios seguirán subiendo— se convierte en una fuente de estrés crónico.
“Es un problema social, no solo individual. Hay que abordarlo con una mirada sistémica”, subraya Álvarez.