Fulgencio Coll, general del Ejército de Tierra y primer director de la Unidad Militar de Emergencias (UME), ha solicitado formalmente el establecimiento de un destacamento militar permanente en las Islas Baleares, considerando que su presencia es «imprescindible», especialmente al tratarse de un archipiélago.
Coll, quien fue el general jefe de la UME tras recibir el encargo del ministro José Bono en 2005, ha asegurado que esta petición ya ha sido formalizada. «Lo hemos pedido», ha expresado en una entrevista con Útima Hora.
80 militares en la base de Jaime II
Actualmente, las Islas Baleares dependen del Batallón de Intervención situado en Bétera, en la Comunidad Valenciana. Coll, originario de Palma, argumenta que esta situación es insostenible y que la base de Jaime II debería albergar un destacamento permanente.
El objetivo de esta unidad sería conformar el «primer escalón de ataque» ante cualquier catástrofe. Para ello, requeriría una dotación inicial de 80 efectivos, además del material necesario para intervenir en incendios e inundaciones.
En caso de una emergencia grave, el plan de Coll prevé que estos 80 militares se reforzarían rápidamente con otros 300 efectivos provenientes de la península, alcanzando un total de 400 militares. Coll subraya que esta Unidad tendría la misión de «reforzar, no para competir» con los cuerpos ya existentes, y se pondría bajo las órdenes del director general de Emergencias.
20 Años de servicio y la última intervención en Ibiza
La Unidad Militar de Emergencias fue creada para intervenir en casos de graves riesgos y catástrofes. Su fundación, hace 20 años, fue una decisión «valiente» del presidente José Luis Rodríguez Zapatero tras los incendios de Guadalajara, que dejaron 11 víctimas mortales.
Desde sus inicios, la UME ha acudido al rescate en 781 catástrofes y situaciones de riesgo. De estas intervenciones, 18 se han producido en Baleares, enfocadas principalmente en inundaciones e incendios. El general Coll confirmó que la última intervención en el archipiélago ocurrió hace unos días, en Ibiza.
Coll, que apuntaló los cimientos de la UME con 40 militares y un presupuesto inicial de 250 millones de euros, considera que la Unidad está hoy «en la mejor línea», con personal motivado, gran experiencia, y altamente especializado en riesgos tecnológicos, nucleares, químicos, biológicos, radiológicos y terroristas.
No obstante, el militar señaló una deficiencia en la plantilla: la dotación actual de 3.400 efectivos es insuficiente, ya que, cuando se fundó la UME, se consideró que eran necesarios 4.300 efectivos. Coll también resaltó la capacidad de los militares de trabajar con «un sueldo mucho más reducido y una dedicación mucho más grande».
La advertencia sobre Sa Coma
Además de la necesidad operativa de la UME en las islas, Coll abordó la cuestión del patrimonio militar, sobre el cual manifestó una profunda preocupación.
El general, quien se define como un «técnico que defiende valores» más que como un político, insistió en que queda poco patrimonio y que hay que conservarlo, defendiendo que «no podemos ceder ni un metro cuadrado».
En este contexto, Coll advirtió específicamente sobre la gestión del patrimonio en la isla de Ibiza. Mientras que el uso de estas instalaciones podría cederse mediante convenios «bien hechos» —como el de La Mola en Menorca—, advirtió contra «cometer errores como en Ibiza con Sa Coma».
Coll concluyó que, en el ámbito de la protección civil, los principios y el interés general deben primar por delante de las ideologías.













