El inicio de la legislatura en Baleares ha estado marcado por la inestabilidad política derivada de las tensiones entre el Partido Popular (PP) y Vox, sin que se hayan implementado políticas efectivas para abordar problemas sociales urgentes, como el acceso a la vivienda. Así lo señaló Lluís Apesteguia, líder de Més per Mallorca y alcalde de Deià, en una entrevista concedida a Mallorca Diario, donde analizó el contexto político y económico actual del archipiélago.
Tensiones entre PP y Vox sin avances sociales
Apesteguia afirmó que la legislatura había arrancado con sobresaltos debido a los conflictos internos de Vox y sus tensiones con el PP, pero que, a pesar de ello, el Govern no había presentado políticas significativas en materia social. Tras ocho años de gobiernos progresistas, la expectativa de un giro radical en la gestión pública no se había materializado. A su juicio, medidas como la bajada de impuestos y la Ley de simplificación administrativa resultaban insuficientes para solucionar el problema de la vivienda o la necesaria transformación del modelo económico balear.
Elecciones anticipadas, una posibilidad incierta
Preguntado sobre la posibilidad de un adelanto electoral, consideró que esto dependería de la evolución de los sondeos internos que manejara la presidenta del Govern, Marga Prohens. Si el PP creyera posible alcanzar la mayoría absoluta, apuntó, podría optar por convocar elecciones anticipadas. Sin embargo, valoró como más probable que el Govern completara la legislatura, con independencia de si los presupuestos eran aprobados o no. También cuestionó la ausencia de contacto entre el Ejecutivo autonómico y los partidos de la oposición para explorar posibles acuerdos, calificándola de «inconsciencia».
El PP y su relación con Vox
Desde su punto de vista, el PP estaba incurriendo en un error estratégico al buscar acuerdos con Vox, una táctica que, en su opinión, perjudicaba a los votantes liberales y conservadores moderados. Aun así, defendió que su partido estaba dispuesto a apoyar cualquier medida que beneficiara a la ciudadanía sin buscar el desgaste del Ejecutivo, como ya habían demostrado en el caso de la macrogranja de Sineu.
Preocupación por el auge de la ultraderecha
Apesteguia también mostró inquietud ante el avance de la ultraderecha en Europa, un fenómeno que, según dijo, debía ser afrontado con respuestas políticas adecuadas para evitar que creciera el descontento ciudadano. Subrayó la existencia de un nuevo perfil de «trabajadores pobres», personas con empleo que, sin embargo, seguían enfrentándose a dificultades económicas. Esta realidad, advirtió, generaba un caldo de cultivo propicio para el auge de discursos demagógicos y populistas.