El Ayuntamiento de Ibiza se encuentra diseñando la futura contrata de limpieza y recogida de basuras con una novedad esencial: no habrá un único sistema para toda la ciudad, sino una combinación de modelos en función de las características de cada barrio.
“Ya se ha hecho un estudio de los distintos tipos de recogida, ya sea puerta a puerta, islas emergentes o contenedores con tarjetas, para cumplir la nueva ley de residuos”, explica a La Voz de Ibiza el concejal de Medio Ambiente de Vila, Jordi Grivé.
El estudio en cuestión analiza aspectos urbanos como la altura de los edificios, el ancho de las aceras o la densidad de población, y prevé asignar a cada zona el modelo que mejor se ajuste. El objetivo es cumplir con la Ley 7/2022, que impulsa a los municipios a tomar medidas bajo el principio de que “el que más contamina, más paga”.
Grivé aclara que la identificación del usuario será obligatoria por ley: “Cada vez que vayamos a un contenedor habrá que identificarse. Esto puede hacerse mediante una tarjeta en el caso de los contenedores (sean emergentes o no) o mediante códigos de barras en el caso del puerta a puerta. Estos códigos de barras pueden incluirse en pegatinas que los ciudadanos colocarán en las bolsas, o pueden ya venir en las bolsas provistas por el Ayuntamiento».
Grivé advierte aún no hay nada resuelto, ya que que “hay diversas opciones y fórmulas que todavía quedan por decidirse”. Sin embargo, adelanta que “el sistema puerta a puerta puede encajar en ciertas zonas, no en toda la ciudad, obviamente”.
Puerta a puerta: para barrios de baja densidad
La recogida domiciliaria, donde los residuos se dejan a determinadas horas frente a cada casa, solo será viable en zonas con baja densidad de población.
“Tiene que ser en zonas donde no haya mucha altura, es decir, casas unifamiliares o edificios de una o dos plantas como máximo, y donde haya aceras anchas que permitan dejar la basura delante del portal”, detalla Grivé.
Este modelo se aplica ya en municipios de Menorca, con resultados diversos. Según ha señalado el Consorcio de Residuos de la isla, los municipios en los que se implementó vieron notables reducciones de impropios en los residuos orgánicos.
Sin embargo, también han surgido críticas por las molestias horarias y la gestión de residuos fuera del horario asignado. De hecho, la implementación más reciente, en Mao, ha estado llena de controversia, ya que el Ayuntamiento de Mao a intentado que esta política del Consell no se implemente en grandes edificios del municipio, por temor al malestar que puede genera. Es en esa línea que en Vila consideran que no cualquier barrio será apto para el puerta a puerta.
Sobre la experiencia de Menorca, por otra parte, la Plataforma Solo Menorca ha denunciado que el sistema implica una vulneración a la privacidad, ya que “los cubos incorporan un microchip que retiene datos del inquilino o dueño de cada domicilio», según han denunciado en declaraciones recogidas por El Diario.
A nivel internacional hay antecedentes exitosos de la implementación del sistema puerta a puerta. Incluso, esta ha sido señalada por grupos ambientalistas de Baleares como una importante herramienta que debe adoptar la isla de Ibiza en su plan de gestión de residuos, tal como ya lo han hecho otras islas mediterráneas.
Islas emergentes: la solución para cascos históricos
El concepto de islas emergentes se plantea especialmente para zonas densas y patrimoniales, como Dalt Vila o el centro histórico de la ciudad, donde no caben contenedores permanentes ni es viable el puerta a puerta.
«Es para lugar con muy poco espacio para tener contenedores y que tampoco son aptos para puerta a puerta, entonces lo que se hace es llevar los contenedores, que se dejan en una zona determinada durante un tiempo limitado y luego se retiran. En Palma, por ejemplo, se usan en los alrededores de la Catedral”, dice Grivé.
Precisamente, en la capital balear, el sistema ha sido pionero y hoy forma parte de la imagen del casco antiguo.
Este modelo ya se ha implantado también, por ejemplo, en Oviedo, una ciudad reconocida por su limpieza urbana. Allí el sistema permite mantener zonas céntricas libres de contenedores la mayor parte del día. Esto tiene otra ventaja, además de mejorar el paisaje, y es aportar más sitios de aparcamiento.
Contenedores con tarjeta: seguimiento individual del reciclaje
En los casos en los que no se aplique la recogida puerta a puerta o en «islas emergentes», se prevé identificar a cada usuario mediante una tarjeta cuando deposita basura en los contenedores. Este sistema permite aplicar con precisión la tasa variable según el grado de reciclaje de cada hogar o negocio.
“Es obligatorio identificar al que más recicla y al que menos recicla. Por tanto, la identificación va a ser sí o sí”, subraya el concejal.
“Cada vez que vayamos a un contenedor habrá que identificarse con una tarjetita. Luego, la identificación puede ser más o menos agresiva, es decir, cerrando el contenedor o no”, explica Grivé. Y considera: “De entrada, no somos partidarios de cerrar contenedores. Identificación, sí, contenedores cerrados, no”.
El modelo con tarjeta se está preparando también en Santa Eulària des Riu, donde el Consistorio ha iniciado un proceso para dotar a los vecinos de sistemas de identificación vinculados a contenedores inteligentes.
Este sistema se alinea con las exigencias de la Ley estatal 7/2022, que impone la implantación generalizada de sistemas de control individual para alcanzar los objetivos de reciclaje marcados por Europa.
¿Cuándo se aplicará el nuevo sistema?
El modelo mixto se incluirá en el pliego técnico de la nueva contrata, que debe licitarse próximamente. La nueva concesión comenzará en noviembre de 2026.
“Todo este estudio ya está hecho, y se incorporará al pliego de prescripciones técnicas de la futura contrata de limpieza y recogida, una vez se haya decidido qué tipo de recogida encaja en cada uno de los barrios”, resume Grivé.