El inicio de curso en Ibiza y Formentera llega de nuevo marcado por la falta de profesores en varias especialidades. Según datos aportados por los directores de secundaria y el sindicato STEI, a día de hoy 62 plazas permanecen sin adjudicar en las Pitiusas, una cifra que genera preocupación pese a ser algo inferior a la del año pasado.
Las principales dificultades se concentran en las clases de catalán, donde “no hay nadie en lista” para cubrir las vacantes. También resultan complicadas las contrataciones en matemáticas, física y química, además de varios ciclos formativos donde tradicionalmente cuesta encontrar docentes.
Los sindicatos han señalado en una entrevista con Radio Ibiza que uno de los factores clave es el alto coste de la vivienda en Ibiza y Formentera, que disuade a muchos aspirantes de trasladarse a las islas. A esto se suma que en oposiciones recientes quedaron plazas desiertas porque no se presentó nadie, lo que evidencia la escasez de candidatos disponibles.
El portavoz del sindicato STEI, Pere Lomas, recordó que la falta de profesorado “va de atrás” y se debe también a la escasa participación en los procesos de oposición. “Aquí en Ibize había plazas que ya se abandonaron desiertas porque no se presentó nadie. Nadie. Cero”, señaló, apuntando que el problema es estructural y que ni siquiera la convocatoria de oposiciones garantiza cubrir las necesidades.
Cambios de especialidad para cubrir vacantes
Ante la falta de docentes en catalán, algunos centros están optando por transformar plazas en apoyos de Lengua y Sociales, lo que permite que las ocupen profesores de Historia o Geografía con conocimientos acreditados de catalán.
Pese a estas soluciones, los equipos directivos reconocen que no podrán empezar con normalidad: “Lo ideal sería que los docentes estuvieran desde el día uno, conociendo el proyecto educativo del centro”, explicó Fran Tienda, presidente de la Asociación de Directores de Secundaria.
Primaria, con menos problemas
En los colegios de primaria la situación es algo más estable, aunque persisten los problemas de planificación: las adjudicaciones llegan tarde y apenas queda tiempo para que los nuevos docentes se adapten a los centros. Además, el crecimiento constante de la población escolar en las Pitiusas aumenta la presión sobre los recursos educativos.