La llegada de las fiestas navideñas coincide este año con un repunte de la actividad gripal en España y en otros países europeos. En el centro de la atención de epidemiólogos y autoridades sanitarias se encuentra el virus de la gripe A (H3N2), un subtipo conocido por su elevada capacidad de mutación y por provocar temporadas especialmente intensas durante el invierno.
Aunque la gripe es un fenómeno habitual en estas fechas, los datos recientes apuntan a una circulación temprana y predominante del H3N2, lo que ha reactivado el debate sobre el riesgo que puede suponer para las reuniones familiares de Navidad y Año Nuevo, especialmente en encuentros numerosos y en espacios cerrados.
Qué es el virus de la gripe H3N2 y por qué preocupa este invierno
El H3N2 pertenece a la familia de la gripe A, responsable históricamente de algunas de las temporadas gripales más severas. A diferencia de otros subtipos, este virus tiende a evolucionar con rapidez, generando variantes que pueden esquivar parcialmente la inmunidad previa de la población.
En las últimas semanas, sistemas de vigilancia epidemiológica de varios países del hemisferio norte han detectado un aumento significativo de casos asociados a este subtipo, con especial impacto en adultos mayores y personas con patologías previas. En Europa, incluida España, los servicios de salud han advertido de un inicio anticipado de la temporada de gripe, algo que no se observaba con tanta intensidad desde antes de la pandemia.
Los expertos subrayan que este comportamiento no implica necesariamente una mayor gravedad individual del virus, pero sí un mayor número de contagios en un periodo corto de tiempo, lo que puede traducirse en más consultas médicas y presión asistencial.
¿Puede afectar la gripe a las celebraciones navideñas?

Las reuniones de Navidad y Año Nuevo reúnen varios factores que favorecen la transmisión del virus: encuentros prolongados, espacios interiores poco ventilados, abrazos, comidas compartidas y presencia de personas vulnerables.
Epidemiólogos consultados coinciden en que el riesgo no está tanto en la celebración en sí, sino en acudir a ella con síntomas respiratorios. Una persona infectada puede contagiar a varias más incluso antes de ser plenamente consciente de que tiene gripe.
Por ello, los especialistas recomiendan extremar la prudencia durante las fiestas, especialmente si se convive o se va a estar en contacto con personas mayores o con problemas de salud. No se trata de cancelar celebraciones, sino de adaptar conductas para reducir riesgos.
Recomendaciones para Navidad y Año Nuevo
De cara a las celebraciones, las autoridades sanitarias y las sociedades médicas recomiendan reforzar una serie de medidas básicas para reducir el riesgo de contagio:
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Ventilar adecuadamente los espacios cerrados, especialmente durante comidas y reuniones prolongadas.
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Lavarse las manos con frecuencia y mantener una correcta higiene respiratoria al toser o estornudar.
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Evitar acudir a encuentros familiares o sociales si se presentan síntomas como fiebre, tos o malestar general.
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Extremar la protección de personas vulnerables, limitando el contacto en caso de sospecha de infección.
La vacunación, una herramienta clave de protección
La vacuna antigripal sigue siendo la principal medida preventiva frente a la gripe, incluido el H3N2. En España, la campaña de vacunación está dirigida prioritariamente a mayores de 60 años, personal sanitario, personas con enfermedades crónicas y otros colectivos de riesgo.
Aunque la eficacia de la vacuna puede variar cada temporada, los expertos recuerdan que su principal beneficio es reducir la gravedad de la enfermedad, las hospitalizaciones y las complicaciones. Incluso cuando no evita completamente el contagio, la vacunación suele traducirse en cuadros más leves.
Los especialistas recuerdan que aún es útil vacunarse en diciembre, ya que la protección se desarrolla en las semanas posteriores y la temporada gripal suele extenderse hasta bien entrado el invierno.













