Un sol libre baña la falda de la ciudad de Ibiza encendiendo los blancos y colores pasteles de las fachadas. A su vez, una niebla espesa entrando por mar funde a blanco toda la bahía, negando todo. Son las 11 de la mañana y nos encontramos con Enrique Villalonga (Ibiza, 1976), un ibicenco que se dedica a la pintura, a la realización audiovisual y cursos, pero además, ofrece tours de lo más particulares. Hablamos con él de todo esto y de otras cuestiones vinculadas con la producción artística, incluyendo la ayuda o amenaza de las nuevas tecnologías…
La obra de Enrique Villalonga como realizador está disponible en filmotica.com
-¿De dónde viene?
-Yo nací en Ibiza en 1976 y soy de familia ibicenca.
-¿Criado aquí también?
-Sí, Dalt Vila es mi barrio.
-¿Qué estudió?
-Hice tres años de Dirección Cinematográfica y luego pasé a Bellas Artes donde me licencié en pintura.
-¿Cómo ha sido su experiencia estudiando cine?
-Comparando los dos ambientes, el del cine me pareció muy competitivo, no me pareció sano. En cambio con el de Bellas Artes conecté mejor.
-¿Qué diferencias hay entre la pintura y la realización audiovisual?
-Pintar es una actividad un poco más primitiva y directa, en el sentido que para mí estás utilizando elementos que están vivos, los pigmentos. Las pinturas reaccionan cuando los aplicas en una superficie que generan unos colores y texturas. Yo creo que eso conecta con una parte de mí más primitiva. El trabajo en cine tiene la primera parte, el rodaje, que puede ser a veces muy estimulante, cuando, pese a lo planificado, improvisas un poco. Después, una parte diferente, es la parte con el ordenador. Ahí es donde yo veo la mayor diferencia con la pintura. Trabajar con el ordenador para mí no es tan gratificante como la pintura.
-A la hora de componer el cuadro, ¿el límite del lienzo es igual al límite del encuadre?
-Yo tengo muy claro que me ayuda mucho el límite en la tela, me encanta que haya un límite porque trabajo de forma compositiva haciendo equilibrios de colores y de formas. Entonces básicamente, a un nivel muy subjetivo o intuitivo, divido el cuadro en mi cabeza en dos partes como si fuera una balanza, no siempre pero hay un momento que me interesa llegar a un equilibrio tonal, cromático y de formas. Para mí, en cierto modo, el límite del lienzo y el encuadre es un poco lo mismo. El límite del cuadro se entiende como una ventana a través de la cual ver una realidad diferente, en el caso de la pintura es un encuadre donde sucede una realidad inventada y el caso de la foto que existe al apretar el click se convierte en una realidad subjetiva.
-Hablemos de Inteligencia Artificial, ¿qué opinión tiene sobre la creación de arte por parte de la Inteligencia Artificial? Ahora mismo ya está inventado SORA, un software que transforma texto a imágenes, y que es tanto fascinante como aterrador.
-Yo utilizo una cámara Sony que ya viene con algo de Inteligencia Artificial integrada para asistir a la hora de enfocar en los ojos por ejemplo. Es una herramienta que me ayuda, así que de entrada la tecnología es un aliado más que un enemigo. Lo que pasa es que a nivel creativo se está utilizando para crear de manera industrial, lo que no sé si es positivo. Para mí, lo más importante a la hora de, por ejemplo, un retrato fotográfico de una persona y a la hora de pintar un cuadro es que cuando yo realizo esa actividad tengo una experiencia sensorial mientras la realizo, sin embargo creando con Inteligencia Artificial, o sea, introduciendo patrones en un ordenador, esa experiencia no la tienes.
Pintando un cuadro, mezclo los colores y ya me está dando una información de espesor, liquidez del pigmento a la vez que estoy generando ese pigmento nuevo y en esos 10 segundos estoy adquiriendo una experiencia empírica o cognitiva que forma parte del hecho de crear. Al final uno al crear un cuadro tiene miles de experiencias de este tipo y sin embargo con I.A. esas experiencias se reducen y no sabemos cómo va a afectar en el cerebro el carecer de ese tipo de experiencias que hemos tenido hasta ahora.
-Tiene Filmótica y Filmótica Studio, ¿cuál montó primero?
-Antes había creado con un socio, Julio Arche, una productora que se llamaba Factoría Difácil. Después en 2012 me independicé creando Filmótica y desde enero de 2023 agregué el Filmótica Studio que tengo abierto en el centro.
-¿Qué tipo de producciones realiza con el sello de la productora?
-A mí, el género documental siempre me ha gustado porque es juntar la realización cinematográfica, pero también utiliza la realidad como materia creativa para contar una historia. Es un género que me parece muy complicado y creativo pero donde me siento muy cómodo. Me gusta también porque mis trabajos están orientados sobre todo a la cultura, a la sociología y la historia de Ibiza, el hecho de que queden registrados en formato audiovisual permite difundir unos aspectos un poco ocultos, o no tan comerciales de nuestra cultura.
No sólo me gusta realizarlos sino también ayudar a crear estos productos que considero necesarios. Yo como documentalista he utilizado y sigo utilizando el archivo de imagen y sonido del Consell Insular de Ibiza. Junto con la persona a cargo del archivo, que se llama Susana Cardona, que hace de guionista y aporta la información y yo hago la parte audiovisual, hemos realizado ya seis documentales (ahora estamos haciendo uno de Las Salinas para el Arxiu d´Imatge i So del Consell junto con la guionista Susana Cardona), además de dos cortometrajes para el Museo de Can Ros.
Paralelamente a esto, como productor privado tengo una serie de documentales sobre procesos creativos de artistas de Ibiza y Formentera, una serie que se llama “AiguaLlums” y consta de 28 documentales cortos salvo alguno que es mediometraje, de más de 20 minutos.
También estoy haciendo otro que se llama “Que no mori el desig” con la psicóloga Ana Serapio y con guión de Ágnes Vida. En este caso, exploramos la sexualidad de la generación que hoy tiene más de 60 años que ha vivido la mayor parte de su vida en Ibiza y ha experimentado el cambio sociológico que supuso la llegada del turismo en los sesenta.
Otro que estoy haciendo hace un par de años pero ya más personal, biográfico, que se llama “Obras y Demonios” en el que se ve un poco el día a día mío durante la pandemia, las obras que hice en el local y algunas vistas de Ibiza, uno un tanto más experimental. Todo comenzó en 2007, con la realización de un documental de 56 minutos sobre Erwin Bechtold coproducido con Julio Arche y Laura Ferrer Arambarri, el cual participó en la sección Seminci del Festival de Cine de Valladolid en 2009.
-¿Cuáles son las actividades que realiza en el estudio?
-Filmótica Studio hace referencia a un lugar donde ofrezco servicios de foto y vídeo, también cursos, eventos culturales, exposiciones de pintura como por ejemplo en navidades hice un proyecto gráfico que se llamó Art TNT de una exposición de pintura con 10 artistas locales. Y así voy alternando entre el audiovisual y la pintura a lo largo del año.
-¿Qué tipos de cursos ofrece?
-Ahora justamente tengo uno programado para abril de cine que se llama Cine y Creatividad basado en lo que yo estudié en Barcelona con mis propios ejemplos que he seleccionado a lo largo de los años con el fin de entender qué elementos expresivos tiene un director de cine para crear ideas y emociones en una película.
-¿Una persona joven que desea dedicarse al cine tiene en Ibiza suficientes opciones como para iniciarse?
-Hay por ejemplo la televisión local a la que puedes ir de becario, algo que yo he hecho en los años 90 antes de que existiera la TEF, había una televisión que se llamaba Canal Mediterráneo y yo, adolescente, fui allí y dije que quería toquetear cámaras y me dejaron. Eso para mí fue el primer encuentro con el audiovisual.
Hay además bastantes productoras que realizan producciones propias. Está Xavi Herrero, realizador – productor y director del festival CineFest, también está Pauxa que la dirige Pablo Alcántara que ha producido documentales guapísimos como Vivir Sin País de Alberto Martos y por supuesto Adrián Cardona, rey del cine gore, de Escoria Films, que también produce.
Y la mayoría del resto de productoras se dedican más a dar servicios más que a promover proyectos. Entonces si alguien se quiere meter en cine nos tiene a nosotros con lo que puede adquirir cierta experiencia pero yo creo que es insuficiente. Una de las mejores cosas que hice fue irme a Barcelona con 18 años a estudiar cine y a estar en contacto con otras disciplinas, porque no es solo la productora, también está la filmoteca y exposiciones; vivir dentro de ese ambiente artístico que aquí en la isla no hay. Los referentes son muy importantes.
-Usted ha estado vinculado a la Ibiza Film Comission (ahora llamada Ibiza Film Office) ¿Cuál es la función de esta oficina?
-Tiene como objetivo facilitar los rodajes en la isla de Ibiza con respecto a los permisos, aglutinando en una misma oficina todos los permisos necesarios para rodar en distintos ayuntamientos y zonas de la isla.
-¿Y no dan servicio de localizaciones?
-Entiendo que no, que para eso hay que contratar especialistas.
-Usted ha estado a cargo de la videoteca, ¿cómo la recopiló, cuánto tardó y hoy cuán frondosa es?
-Majo Cardona, productora de Ibiza que se dedica a buscar localizaciones para productoras importantes de fuera, contactó conmigo para ver si quería unirme a ella para presentar un proyecto con el fin de solicitar la creación de la Ibiza Film Commission.
Ella se ocupaba de los aspectos legales, de los trámites de permisos y de presentar todo el proyecto con toda esa información. Y para crear ese proyecto era necesario crear a su vez una videoteca. Yo me ocupé de esa parte junto con dos personas que contraté para agrupar los cortos. Al final aglutiné unas 50 ó 60 películas y a partir de allí sé que se ha ido aumentando un poco más la base de datos de la videoteca con nuevas producciones. Yo hace tiempo que me desvinculé. Fui contratado para una cosa puntual en la etapa de creación.
-¿Y cómo lo hizo?
-Majo me contrata porque sabía que yo ya había acabado una investigación de manera privada e independiente. Yo la hice sinceramente porque no se había estudiado el tema y me pareció muy interesante. Tardé 5 años leyendo los diarios locales de la época e investigando.
-¿Qué virtudes específicas tiene Ibiza como atractivo para productores extranjeros?
-Es complicado porque creo que ahora mismo la isla de Ibiza está asociada al ocio nocturno y un ocio un poco desfasado, creo que la mayoría son ambientadas en discotecas con drogas por medio, un poco ese mundo oscuro detrás del lujo que es un reflejo de la doble cara de la isla.
Pero esto no ha sido siempre así, antiguamente en los años sesenta la isla fue un reclamo cinematográfico primero, por lo poco explotada que estaba cinematográficamente, después por la belleza absoluta de los paisajes (la Ibiza actual no tiene nada que ver con la de esa época) y también porque Ibiza se convirtió en un enclave del movimiento migratorio de los hippies. Entonces no sólo las piedras, la luz, el mar eran los únicos reclamos sino que también la presencia de hippies como figurantes era muy atractiva. Por ejemplo en la película La Larga Agonía de los peces fuera del agua de Francisco Rovira Beleta donde Serrat interpreta a un hippie está inspirada en un libro basado en realidad en Girona pero que se filma en Ibiza por ser una localización más atractiva para el mercado internacional.
-¿Hay profesionales, empresas de servicios y gestión local suficiente para atender las producciones extranjeras que eligen Ibiza para filmar?
-Sí. Hay varias empresas de alto nivel para atender. No es mi caso, yo no puedo ofrecer servicios por falta de infraestructura. Pero hay empresas que sí han hecho inversión en equipos. No obstante, cuando vienen a filmar a la isla ya se traen ellos mismos los equipos que utilizarán. Aquí se dan más los servicios de asistencia en producción, sonido, foto fija, runners por citar unos ejemplos no menos importantes. Es muy difícil que vengan de fuera a rodar aquí y el director de fotografía sea local. No somos Mallorca que sí que tienen más infraestructura.
-Por favor describa las excursiones tan originales que realiza.
-Es un proyecto pionero. Me he especializado en el cine rodado en la isla, entonces paseo un grupo de personas por los escenarios donde se filmaron pelis en la isla. Pero es un cine muy desconocido y el hecho de utilizar la tecnología para ver unos segundos de esas escenas mientras estás físicamente allí no sé hasta qué punto es original, pero es la primera vez que se ha hecho en España. Afortunadamente Ibiza es una isla muy amable, de pequeñas distancias… Nos perdemos fácilmente por barrios emblemáticos haciendo paradas estratégicas. Luego de una introducción sobre la película que se ha rodado en ese lugar y vemos pequeños fragmentos ahí mismo.
Eso tiene un impacto maravilloso porque permite ver, por un lado, la evolución de la isla en cuanto al cambio urbanístico, paisajístico y cultural a través de las imágenes, pero a la vez tiene un elemento muy mágico que te permite ver un lugar real en el presente a ver otro totalmente inventado como una persecución con un camión en unas escaleras. Yo creo que ese es un impacto muy chulo.
Además paralelamente a estas excursiones tengo otras orientadas a mayores de 60 años que hago junto a una psicóloga que se llama Ana Serapio, una persona encantadora con la que estoy haciendo varios proyectos. Las hacemos para potenciar la memoria de la gente del colectivo de mayores. Primero utilizan tecnología, que es una manera de vincularse al presente tecnológico a través del móvil, y, en algunos casos, puede haber personas que hayan vivido los rodajes o en esa época de los sesenta lo que les despierta recuerdos habiendo vivido en esos mismos espacios que la gente más joven lo ve como algo más del pasado.
-¿Cuáles son las zonas de la isla más elegidas por producciones extranjeras para filmar?
-Dalt Vila por zonas emblemáticas como la Catedral, los rincones y callejones o por sus vistas dominantes de la bahía. También la Marina, enfocada como zona de ocio por todos los bares que hay en primera línea de puerto, los pasacalles y ese rollo. También indudablemente el Puig De Missa de Santa Eulalia donde se han hecho mogollón de películas y también la zona de Cala Dor y Es Vedrà.
