La exconsejera de innovación de la Casa Blanca participa como ponente en el HIC Summit 2025 del 15 al 17 de Octubre, y recibe el Premio HIC Talentum. En conversación con La Voz de Ibiza, habla de confianza digital, cooperación público-privada, el papel de las pymes y el potencial de Ibiza como laboratorio de turismo regenerativo.
Una mirada global hacia la innovación estratégica
Cuando Natalia Olson-Urtecho habla de innovación, lo hace desde la experiencia de haber estado en el corazón del poder político y tecnológico mundial. Urbanista, emprendedora y exconsejera de innovación de la Casa Blanca durante la administración de Barack Obama, formó parte del primer gobierno estadounidense que entendió la tecnología como un motor de cambio estructural.
“Entramos después de una de las peores crisis económicas desde la Gran Depresión”, recuerda. “No se trataba solo de rescatar la economía estadounidense, sino también de ayudar a estabilizar la economía mundial”.
En aquel contexto, Olson-Urtecho, junto a otros profesionales del ámbito privado y tecnológico, impulsaron una modernización sin precedentes en la administración pública. “Era la primera vez que entrábamos personas del mundo del emprendimiento, de la tecnología. Obama fue el primer presidente tecnológico. Si recuerdas, el iPhone salió en 2006 y las primeras aplicaciones en 2007. Vivíamos una transición entre sistemas obsoletos e ideas que no podían avanzar. La tecnología permitió que las cosas pasaran más rápido, pero también trajo desconfianza, porque la información comenzó a moverse a una velocidad para la que nadie estaba preparado”.
De Shanghái a Washington: el despertar de una economista verde
Antes de llegar a la Casa Blanca, Natalia ya había fundado varias compañías y había sido una de las impulsoras del movimiento de la economía verde en Estados Unidos. “Empecé con un pequeño grupo de emprendedores que queríamos tener más voz en las políticas públicas. En 2005 y 2006, el concepto de emprendimiento aún era incipiente”, recuerda.
Su paso por Shanghái, donde trabajó en la Expo Mundial, la marcó profundamente: “Veía un ecosistema que crecía a una velocidad impresionante. Cuando me llamaron para servir en el gobierno, sentí que era el momento de devolver algo. No iba a ganar dinero, pero era lo correcto”. La vocación de servicio le viene de familia: “Mi abuelo estuvo en la Segunda Guerra Mundial, mi tío en Vietnam, mi padre en el Cuerpo de Paz. Servir está en nuestro ADN. Espero que las nuevas generaciones también lo entiendan así”.

Confianza digital: el próximo gran desafío
Europa ya ha marcado el terreno: el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) y la nueva Ley de Inteligencia Artificial obligan a explicar y proteger qué se hace con nuestros datos y con los algoritmos que influyen en la vida diaria. En ese contexto, Olson-Urtecho pisa firme: la confianza no es un adorno, es la condición de posibilidad para innovar sin romper el contrato social.
“Cuando las personas no saben cómo se usa su información, aparece la desconfianza. Las grandes empresas tecnológicas crecieron muy rápido, hicieron mucho dinero, pero no explicaron bien qué se hacía con los datos”, explica. “Cada persona debería ser dueña de sus propios datos. Igual que un inversor quiere saber qué se hace con su dinero, el ciudadano debe poder decidir sobre su información. Yo como urbanista siento que el ciudadano siempre tiene que estar en el centro».
Y añade: “Valoro mucho lo que hace Europa: proteger la información del ciudadano. Pero hay que encontrar equilibrio: si sobreregulas, matas la innovación”.
Acceso, educación y sostenibilidad: tres pilares para innovar
Cuando se le pide concreción, Natalia no se refugia en tecnicismos. Habla de tres palabras sencillas que resumen toda una agenda social: acceso, educación y sostenibilidad como pilares clave para la mejora en la calidad de vida de las personas, mediante el uso de la tecnología, la inteligencia artificial y la economía de datos.
“El acceso a las oportunidades es clave: si puedes conducir y trabajar en Uber o alquilar tu casa en Airbnb, estás creando nuevas fuentes de ingreso. La educación es el segundo pilar: no hace falta ir a la universidad para aprender, hay que formar en nuevas competencias. Y el tercero es la sostenibilidad: cómo usamos nuestros recursos, cómo ayudamos a otros a tomar mejores decisiones. La tecnología debe servir para eso, no solo para automatizar”.
Para la experta, el gran cambio que se avecina no es solo tecnológico, sino mental. “No se trata de digitalizar por digitalizar, sino de cambiar la forma en que pensamos y compartimos conocimiento”, afirma. “Hay que unir la experiencia de quienes ya han vivido mucho con la energía de los jóvenes. Esa conexión entre generaciones puede fortalecer comunidades enteras”.

Cooperación y fiscalidad inteligente: la receta para innovar
Es bien conocido el dilema: o la colaboración público-privada se traduce en incentivos reales, o se queda en eslogan. En ese debate, Olson-Urtecho no se anda con rodeos: “Sin incentivos fiscales, no hay innovación sostenible”.
“Los impuestos y la regulación deben ser aliados”, señala. “Durante mi etapa en la Casa Blanca promovimos hackathons para resolver problemas públicos. En 72 horas, pequeñas empresas lograban resultados que al Gobierno le habrían llevado un año. Eso es eficiencia”.
Recuerda que programas como Horizon Europe se inspiran en el modelo estadounidense SBIR, nacido en los años 80. “Europa copió esa idea. Pero si no tienes un ecosistema regulatorio y de incentivos donde empiece a cambiar la forma de pensar, no se va a progresar tan rápido».
Ibiza: del turismo de masas al laboratorio regenerativo
La isla ya no es solo postal ni noche infinita. Conectividad, teletrabajo y un ecosistema creativo la colocan en la conversación mediterránea sobre diversificación y desestacionalización. En ese contexto, Natalia destaca el potencial de la isla: “Hace tres años participé en una conferencia que se llamaba Ibiza Tech. Algunos me decían: ‘¿tecnología en Ibiza?’. Pero lo vi clarísimo: la isla ya tiene talento, tiene gente del mundo tech que trabaja desde allí. Es cuestión de aprovechar ese capital humano”.
Propone una visión regional: “Ibiza, Formentera, Mallorca y Menorca deberían presentarse como una región unida. Juntas pueden proyectar una marca poderosa: Vengan a Baleares”, afirma.

Las pymes, el alma de la economía
En España, como en EE. UU., el tejido pyme sostiene empleo, barrios y familias. Su enfoque es claro: usar la compra pública para beneficiar a empresas locales, especialmente si están lideradas por mujeres. “En Estados Unidos, el 52 % de la economía está formada por pequeñas empresas. Una pyme puede hacer tanto como un gran gobierno si tiene los incentivos adecuados”.
Y añade: “El turista valora lo local, lo hecho en Ibiza. Prefiere productos únicos, experiencias irrepetibles. Las pymes locales deben aprovechar esa autenticidad”.
Orgullo, relato y marketing inteligente
El mensaje a la comunidad local es directo: orgullo, relato y organización. “Sé que muchos sienten que el turismo los ahoga, pero también es una oportunidad. Hay que recuperar el orgullo de ser ibicenco, de creer en la isla y en su potencial”. “No esperes que el gobierno lo haga todo. Organízate, crea tu propia narrativa, crea oportunidades».
También propone romper con la estacionalidad: “Lo hablé con el primer ministro de Grecia. ¿Por qué cerrar todo de octubre a marzo? Hay turistas nórdicos que buscan sol en invierno, artistas, teletrabajadores. Con una estrategia de marketing adecuada, Ibiza puede tener actividad todo el año”.

El HIC Summit y un premio con propósito
El HIC Summit Ibiza (15–17 de octubre de 2025) vuelve a poner a la isla en el foco internacional del turismo sostenible. Natalia es ponente en el Hub Turismo & Naturaleza y además recibirá el Premio HIC Talentum, un reconocimiento a una trayectoria que cruza innovación, políticas públicas y compromiso con los territorios.
“Para mí, lo más importante es aportar ideas, herramientas y modelos que funcionen. No solo hablar de lo que sale bien, sino también de lo que no funciona. Si alguien toma una de mis ideas y la aplica, ya habré cumplido mi objetivo”. Y concluye: “Vengo porque yo creo en esto. Si este premio inspira a otros a seguir aportando, entonces tendrá sentido. Todos podemos ser instrumentos de éxito para la isla”.
Sobre Natalia Olson-Urtecho
Es experta internacional en la economía de las pequeñas y medianas empresas; en su digitalización y la de los servicios públicos en general, fue Consejera de Innovación de la Casa Blanca durante la etapa de Barack Obama. Actualmente se dedica a asesorar a varias entidades públicas de todo el mundo acerca del mejor modo de modernizar ciudades y gobiernos de todo rango con la digitalización como herramienta básica.
Además, es asesora de instituciones como el Banco Mundial o el European American EnterpriseCouncil, que promueve la cooperación entre empresas estadounidenses y europeas, y es Embajadora Global para España y Portugal del Silicon Valley Forum.
Ha sido reconocida como una «potencia latina» en Maryland, “una de las latinas más influyentes” por Delaware Valley (NJ, PA, DE), ganadora del premio Minority Business Leader por el Business Journal y ha recibido el premio Women of Distinction por su trabajo en el crecimiento de la economía verde y la infraestructura sostenible.













